Hace un poco más de un mes, un amigo (que era sobrino de un candidato a senador del PRI) me había invitado a trabajar en la campaña del PRI. Yo con todo gusto acepté ya que pues me iban a dar lana por trabajar y la verdad yo no tenía ninguna postura a ningún partido, y más me valía madre con que yo ganara lo que ganara.
Es aquí donde empieza lo bueno, mi trabajo en la campaña. Ya conocen pues a toda aquella gente del PRI que se la pasan dando regalos en todos lados como camisetas, bolsas ecológicas, vasos, bueno un chingo de cosas. Yo fui parte de ellos y siempre desde el principio me imaginé que iba a trabajar así. Lo que en verdad nunca me imaginé ocurrió un día que iba acompañando precisamente al amigo que me metió al trabajo a colonias muy muy pobres donde nunca ha caído una gota de pavimento. Yo iba sólo con mi amigo y con otros 4 que precisamente nos habían mandado a esa colonia a “recaudar datos”. El proceso era simple, llegábamos a tocar a cualquier casa preguntando por mayores de edad, ya cuando nos atendían, preguntábamos que opinaban sobre el candidato Enrique Peña Nieto, lo que me sorprendió es que completamente todos contestaban cosas buenas de él pero obviamente muy sencillas ya que no sabían ni qué pedo la verdad (seguramente era porque nos veían vestidos con uniforme de PRI). Después de pedir su opinión nos dábamos la tarea de decirles cosas como que su gobierno será beneficiario para todos los mexicanos, que ya lo vimos en el Estado de México como cumplió todas sus propuestas y etcétera. Después de eso repartíamos todos los regalos que nos daban para cada día y ya hasta al último, lo que hizo que me arrepintiera como priísta, pedíamos su credencial de elector con la excusa de que íbamos a tomar “datos” para una encuesta (La gran mayoría si nos la prestaba). Llenábamos un folio con el nombre y el número de la credencial de elector.
Yo le había preguntado a mi amigo para qué hacían eso, si era en serio lo de que iban a hacer una encuesta, a lo que él me confesó que de ser que ellos no votaran el 1 de Julio entonces todos los folios iban a pasar como votos a favor del PRI.
Al principio me valía un pito lo que pasará, pero últimamente me estaba perturbando la idea de una elección completamente sucia, de lo que iba a ser el futuro de México con este tipo de elecciones presidenciales, en los que se aprovechan de la gente que no tiene recursos para informarse, donde los únicos beneficiados son cualquier afiliado a tal partido o aquellos que hayan “ayudado” con intereses entre otras cosas.
Después de un rato de pensar las cosas, de informarme de hechos que promueven la democratización en México como la marcha #YoSoy132, renuncié al trabajo como simpatizante de campaña de PRI, claro, me pagaron el tiempo que estuve.
Hoy puedo confesar que estando con el PRI me di cuenta realmente de las personas que son. lo único que buscan todos ellos es el interés personal, no les importa una mierda el país, no les importa la pobreza, la educación, la economía, la seguridad, lo único que les importa es inflarse la billetera y tener el poder.
Ya no más votos a un partido que no hace nada por la gente de México, suficiente el daño que le hizo por 71 años.
Un priísta arrepentido. ¡Hazme el chingado favor!
Cortesía de El Guasón
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