martes, 1 de mayo de 2012

…Y en el IFE recuerdan “el terror” durante la campaña de “Cocoa” en Michoacán


Luisa María Calderón Hinojosa, excandidata al gobierno de Michoacán. Foto: Enrique Castro
Luisa María Calderón Hinojosa, excandidata al gobierno de Michoacán.
Foto: Enrique Castro

 
MÉXICO, D.F. (apro).- El tema no venía al caso, pero Raquel Sosa no aguantó y le regresó el golpe a Luisa María Calderón Hinojosa:
–Al estado de Michoacán “le guardo veneración, lo conozco profundamente y en él he trabajado muchos años. Yo no soy la Auditoría Superior de la Federación, pero sí sé que se dejaron de entregar 10 mil millones de pesos de participaciones federales en los últimos meses antes de la elección (para gobernador de Michoacán), para favorecer la candidatura de la señora Calderón.
“Y sí me tocó presenciar directamente cómo ella aterrorizaba a las poblaciones de Michoacán, presentándose con militares, con policías federales, con el Estado Mayor Presidencial, a hacer su campaña”.
Pero la hermana del presidente Felipe Calderón, fallida candidata al gobierno de Michoacán, el año pasado, tuvo que contener la rabia que se le dibujó en el rostro. Se quedó, como popularmente se dice, trinando. El formato del debate no daba para más.
Era la segunda ronda, de cinco, del primer Foro de contraste de propuestas electorales 2012, organizado por el Instituto Federal Electoral (IFE).
El tema fue la política social que proponen partidos y coaliciones en la actual contienda electoral.
Raquel Sosa Elizaga, propuesta por López Obrador como secretaria de Desarrollo Social si gana la elección –antes tuvo ese cargo en el gobierno capitalino, de 2000 a 2005 y luego, hasta 2006, fue titular de Cultura capitalina– se la había pasado en el letargo, participando con lecturas y no con réplicas como se había establecido.
Tuvo que despertar, y responder como lo hizo, cuando Cocoa Calderón, ante las críticas de Sosa a los gobiernos panistas y priistas –que, dijo, “en los últimos 30 años acordaron con organismos financieros internacionales la reducción y reorientación de las funciones públicas” en materia social–, le espetó que los gobiernos perredistas de Michoacán han dejado a ese estado en la peor situación de su historia.
Había abierto Raquel Sosa esa segunda ronda con una aburrida lectura, llena de cifras y datos que sugerían el fracaso de priistas y panistas en el combate a la pobreza, la protección de los más vulnerables del país; el desastre de la educación y en la salud, entre otros.
En su turno, para réplica, Calderón también ofreció una lista de datos y cifras contrapuestas a las de Sosa: los millones que atiende Oportunidades, las más de mil preparatorias y las más de cien universidades nuevas creadas en los gobiernos panistas, por ejemplo.
Pero la emprendió contra la perredista:
–Yo firmaría con usted todas las cosas que (ciertamente) faltan por hacer. Sólo querría que me dijera dónde está la congruencia. Mire, en Michoacán hay diez años de gobiernos “democráticos”, perredistas o de izquierda… y mágicamente en los últimos cuatro desaparecieron 38 mil millones de pesos.
Y soltó una larga lista de cosas que no hicieron los gobiernos perredistas: nula atención a los indígenas, poco acceso a la educación y, en materia de salud, un desastre:
“El Seguro Popular en Michoacán no tiene medicinas, no tiene médicos, no tiene atención, (y es un programa) que ejecuta el gobierno del estado”.
Y, entonces, le dijo a Sosa: “Ojalá pudiéramos coincidir en cómo hacer congruencia y en cómo los gobiernos de los estados puedan rendirnos cuentas también. El 92% de los recursos que utilizan los estados vienen de la Federación y ahí (en los estados) se desaparecen.
“Así que –concluyó Luisa María– a mí me gustaría mucho que coincida conmigo en transparentar, en rendir cuentas, en sancionar a quien se robó los recursos de todos los mexicanos para que podamos tener gobiernos democráticos”.
Y fue por eso que Raquel, última en la ronda, se le fue a la yugular, con un tema ajeno, sin que la otra pudiera contestar.
* * * *
Ese fue, en realidad, el único momento interesante del primer foro organizado por el IFE para que especialistas de los partidos debatieran sus propuestas. Pero pasó lo de siempre: no alcanzó a ser debate, ni siquiera una exposición clara de propuestas concretas; mucho menos de cómo harán los partidos para lograr lo que proponen –que se pierden en generalidades y diagnósticos archirreconocidos– en materia social.
De hecho, Raquel Sosa y Luisa María Calderón eran las únicas “personalidades” conocidas. Por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), participó el diputado Ricardo Astudillo; por Nueva Alianza (Panal), Alejandro Culebro, y por el PRI, Guillermo Deloya.
En su casa los conocen.
Fue un encuentro más bien soso en un auditorio del IFE semivacío. Estuvieron presentes los consejeros del IFE, aunque no todos aguantaron hasta el final: se fueron saliendo… porque la cosa estaba verdaderamente aburrida.
Salvo la panista Calderón, que siempre preguntó a sus oponentes cómo le iban a hacer para lograr lo que proponen sus partidos e insistía en la transparencia y rendición de cuentas de sindicatos y gobiernos estatales, el resto de las intervenciones transcurrió en lecturas aburridas de diagnósticos fáciles para increpar al gobierno; exposición de generalidades, posiciones ideológicas tradicionales, promesas temerarias –con López Obrador en el gobierno, dijo Sosa, “no habrá más hambre y desolación”– sin explicación de cómo se logrará ello, pero de mucho impacto mediático.
Mal augurio para el próximo domingo, cuando debatirán los candidatos presidenciales.

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