La aspirante presidencial panista, Josefina Vázquez Mota, en el Hospital General. Foto: Miguel Dimayuga |
MÉXICO, D.F. (apro).- Reducidas carpas se colocaron en los patios próximos al pabellón infantil del Hospital General. En los pasillos adyacentes, numerosas familias esperan, bajo el sol y 30 grados centígrados, que inicie el festival para celebrar el Día del Niño. Ignoran que en realidad acuden a un acto de campaña partidista.
–¿Usted por qué viene?–, se le pregunta a Norma Cepeda, una mujer joven que lleva a un pequeño de la mano y otro en brazos.
–Vine a consulta de este–, responde y señala al más pequeño de sus hijos. “Nos dijeron que viniéramos al festival.
–¿De la candidata?–, replica el reportero.
–¿Cuál candidata?–, dice la mujer, sorprendida.
Así fue la convocatoria. Nadie sabe que es un evento del PAN. Todos han abierto un espacio en su mañana, para tratar de que su niño o niña reciban un regalo en su día, luego de transitar por las populosas salas de consulta, de laboratorio, de especialidades.
Una mesa sirve de escaparate a enseres domésticos. Una cafetera, un extractor de jugos, una tostadora eléctrica…
¿Los van a rifar o a regalar? –pregunta el reportero a los encargados del improvisado estante, pero ninguno se anima a contestar. Envían al reportero con el personal de logística.
De pronto, el bullicio anuncia la llegada de la candidata “diferente”. Panistas lucen prendas estampadas con la palabra “Diferente”, la misma que destaca en los gafetes que portan hombres de traje y mujeres de elegante casimir, enjoyadas, suficientes entre esa pequeña muchedumbre de usuarios de hospital público.
Para que la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota celebrara el Día del Niño, se dispuso del Hospital General de esta ciudad, del personal y hasta de los enfermos.
Por fin, 40 minutos después de la hora programada, llega Josefina hasta donde la esperan las familias que de repente se ven envueltas en la vorágine de reporteros, escoltas del Estado Mayor y colaboradores de la candidata. Tripiés y cámaras enormes, pasan encima de la cabeza de los pequeños, mientras sus padres reciben los empellones y a duras penas, logran librarse de un golpe.
Josefina no se inmuta. Mantiene la sonrisa tatuada e intenta generar empatía. Algo empieza a decir, sobre que también es madre, de que quiere un México seguro, de que le preocupa la infancia. En eso, la rechifla indómita, creciente, que convoca a una improvisada consigna.
“¡Juguetes; juguetes; juguetes!”
Entonces acaba el mensaje y Vázquez Mota ingresa a un edificio que le queda a sus espaldas, para dar paso al reparto.
El Hospital General de México se encuentra en la popular colonia Doctores, uno de los barrios más legendarios de la Ciudad de México.
Desde la estación del Metro Hospital General, saltan a la vista todo tipo de puestos callejeros, menesterosos y personas enfermas. El ruido es salvaje.
En el interior del Hospital, todo mundos e hace bolas porque la candidata del PAN va a presentar su libro La mariposa blanca y el pato Tulio que fue repartido entre los niños convalecientes del hospital.
El nosocomio es un organismo descentralizado de la secretaría de Salud federal y tiene como una de sus principales funciones atender a los usuarios del Seguro Popular, el programa desarrollado por Felipe Calderón, mediante el que pretende alcanzar la cobertura universal de salud antes de que se acabe su sexenio en noviembre. El programa emblema del gobierno de Felipe Calderón en materia social.
Josefina se justifica ante la pregunta de un reportero. Según ella, está respetando la ley electoral y acudió ahí como invitada del voluntariado del hospital. Para sustentarlo, hay una mujer a su lado, vestida de enfermera, quien aparentemente trabaja ahí de manera voluntaria.
De cara al sol
El improvisado templete no le favorece a la candidata, alguien hizo mal el cálculo sobre la ubicación de los reporteros, pues Josefina ha quedado de frente al sol y se ve forzada a gesticular involuntariamente, mientras intenta mantener su sonrisa de siempre.
Pero ya está ahí y no hay manera de enmendar el error. Es la hora de su propuesta: cero pobreza alimentaria; acceso gratuito universal a banda ancha; una cuenta bancaria para que se garantice la educación hasta el bachillerato; abatir la mortalidad infantil; abatir la explotación de menores; mecanismos legales para que los padres no se desobliguen de sus hijos, entre otros.
Ah, también dijo que combatirá el bullying.
Es la hora de los pronunciamientos contra la trata de menores; a favor de la evaluación al magisterio; un gobierno que procurará que los niños y niñas vivan en paz, en un ambiente de seguridad, con salud y educación.
Ya en la entrevista, literalmente banquetera, se le pregunta sobre las encuestas. Ella se dice confiada, asegura estar a seis puntos de su adversario más próximo y dice que en los próximos días repuntará, pues cuenta con un equipo de campaña muy sólido. Exactamente lo que dijo hace una semana, pero frente a los miembros del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas, como reveló el periodista Álvaro Delgado en el reportaje publicado por la revista Proceso en la edición que está en circulación.
Sobre el debate entre candidatos presidenciales, a celebrarse el próximo 6 de mayo, considera que tiene una doble oportunidad: explicará por qué su partido es diferente y las propuestas, la forma en que se propone atender los desafíos del país.
Los cuentos de Josefina
Josefina Vázquez Mota presentó un libro de cuentos infantiles supuestamente de su autoría, con el propósito, según dijo, de fomentar la lectura en la infancia. Sin embargo, no pudo recordar decir los nombres de los personajes.
Con el frecuente desorden logístico que caracteriza su campaña, la candidata panista repartió “La mariposa blanca y el pato Tulio”, dos relatos publicados en un libro por la división infantil de la editorial Alfaguara.
De acuerdo con el colofón, fue impreso en septiembre de 2011. Se trata es de una edición costosa, con páginas papel grueso, brillante, ilustrado por la argentina Cecilia Varela.
¿Me podría decir el nombre de los personajes y los capítulos del libro? –se le preguntó a la candidata.
–Son dos cuentos: La mariposa blanca y el pato Tulio–, respondió.
Pero ¿me puede decir los nombres de los personajes?
–Ya te dije, la Mariposa Blanca y el Pato Tulio–, insistió.
–¿Son los únicos?–, insistió el reportero.
–“Pues lee el libro… no son los únicos… lee el libro–, respondió Vázquez Mota y se dio media vuelta.
–¿Lo escribió usted?–, replicó el reportero.
–Te puedo platicar todo el libro…–, dijo.
–Pero nada más quiero saber el nombre de los personajes y los capítulos-–, insistió el reportero.
–Lee el libro–, repitió, enfática, y luego se encaminó precipitadamente al estacionamiento del Centro Médico, seguida por su cuerpo de escoltas.
De una breve lectura del libro se pudo observar que, efectivamente, son dos relatos, cuya estructura se aproxima a la de una fábula.
En el caso de La mariposa blanca, desde la primera página (Página 10 del libro) se identifica a un personaje: “la abuela José”. El personaje central, “la mariposa blanca”, es objeto de comentarios entre la fauna por ser tan rara y no tener rayas. No obstante, a ninguno de los animales se les puso nombre. Tiene otros personajes “un búho sabio”, la luna y el río azul, que interactúan con el personaje central.
En el otro relato, El pato Tulio, éste es el personaje central e interactúa en la primera página (Página 32 del libro), con su mamá pato; en la siguiente página con su papá pato. Pero sobretodo, el pato Tulio tiene por amigo al venado Manchas, que juega un papel toral en el cuento:
En una migración, forzada por la sequía, el pato Tulio conoce a un venado al que discrimina. El pato se pierde y el venado, Manchas, lo ayuda a regresar con su familia y se hacen grandes amigos.
En total, los personajes –al menos los que hablan– son: la mariposa blanca, la abuela Jose, el búho, la luna, el río; en el otro, es aun más fácil: pato, mamá, papá y Manchas.
Sin embargo, Vázquez Mota sólo pudo mencionar el título del libro. Después de la entrevista, su equipo de prensa ofreció la edición original a fin de despejar dudas sobre la autoría.
Lo que se hizo llegar a la redacción, es el libro “Cuentos para Ni”, firmado por Josefina Vázquez Mota, cuyo colofón establece que se imprimió en enero de 2008. Además de La mariposa blanca y El pato Tulio (que en este caso se llama “El pato que no quería tener amigos”), se incluye otro: “El gigante que se robó el fuego”.
–¿Usted por qué viene?–, se le pregunta a Norma Cepeda, una mujer joven que lleva a un pequeño de la mano y otro en brazos.
–Vine a consulta de este–, responde y señala al más pequeño de sus hijos. “Nos dijeron que viniéramos al festival.
–¿De la candidata?–, replica el reportero.
–¿Cuál candidata?–, dice la mujer, sorprendida.
Así fue la convocatoria. Nadie sabe que es un evento del PAN. Todos han abierto un espacio en su mañana, para tratar de que su niño o niña reciban un regalo en su día, luego de transitar por las populosas salas de consulta, de laboratorio, de especialidades.
Una mesa sirve de escaparate a enseres domésticos. Una cafetera, un extractor de jugos, una tostadora eléctrica…
¿Los van a rifar o a regalar? –pregunta el reportero a los encargados del improvisado estante, pero ninguno se anima a contestar. Envían al reportero con el personal de logística.
De pronto, el bullicio anuncia la llegada de la candidata “diferente”. Panistas lucen prendas estampadas con la palabra “Diferente”, la misma que destaca en los gafetes que portan hombres de traje y mujeres de elegante casimir, enjoyadas, suficientes entre esa pequeña muchedumbre de usuarios de hospital público.
Para que la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota celebrara el Día del Niño, se dispuso del Hospital General de esta ciudad, del personal y hasta de los enfermos.
Por fin, 40 minutos después de la hora programada, llega Josefina hasta donde la esperan las familias que de repente se ven envueltas en la vorágine de reporteros, escoltas del Estado Mayor y colaboradores de la candidata. Tripiés y cámaras enormes, pasan encima de la cabeza de los pequeños, mientras sus padres reciben los empellones y a duras penas, logran librarse de un golpe.
Josefina no se inmuta. Mantiene la sonrisa tatuada e intenta generar empatía. Algo empieza a decir, sobre que también es madre, de que quiere un México seguro, de que le preocupa la infancia. En eso, la rechifla indómita, creciente, que convoca a una improvisada consigna.
“¡Juguetes; juguetes; juguetes!”
Entonces acaba el mensaje y Vázquez Mota ingresa a un edificio que le queda a sus espaldas, para dar paso al reparto.
El Hospital General de México se encuentra en la popular colonia Doctores, uno de los barrios más legendarios de la Ciudad de México.
Desde la estación del Metro Hospital General, saltan a la vista todo tipo de puestos callejeros, menesterosos y personas enfermas. El ruido es salvaje.
En el interior del Hospital, todo mundos e hace bolas porque la candidata del PAN va a presentar su libro La mariposa blanca y el pato Tulio que fue repartido entre los niños convalecientes del hospital.
El nosocomio es un organismo descentralizado de la secretaría de Salud federal y tiene como una de sus principales funciones atender a los usuarios del Seguro Popular, el programa desarrollado por Felipe Calderón, mediante el que pretende alcanzar la cobertura universal de salud antes de que se acabe su sexenio en noviembre. El programa emblema del gobierno de Felipe Calderón en materia social.
Josefina se justifica ante la pregunta de un reportero. Según ella, está respetando la ley electoral y acudió ahí como invitada del voluntariado del hospital. Para sustentarlo, hay una mujer a su lado, vestida de enfermera, quien aparentemente trabaja ahí de manera voluntaria.
De cara al sol
El improvisado templete no le favorece a la candidata, alguien hizo mal el cálculo sobre la ubicación de los reporteros, pues Josefina ha quedado de frente al sol y se ve forzada a gesticular involuntariamente, mientras intenta mantener su sonrisa de siempre.
Pero ya está ahí y no hay manera de enmendar el error. Es la hora de su propuesta: cero pobreza alimentaria; acceso gratuito universal a banda ancha; una cuenta bancaria para que se garantice la educación hasta el bachillerato; abatir la mortalidad infantil; abatir la explotación de menores; mecanismos legales para que los padres no se desobliguen de sus hijos, entre otros.
Ah, también dijo que combatirá el bullying.
Es la hora de los pronunciamientos contra la trata de menores; a favor de la evaluación al magisterio; un gobierno que procurará que los niños y niñas vivan en paz, en un ambiente de seguridad, con salud y educación.
Ya en la entrevista, literalmente banquetera, se le pregunta sobre las encuestas. Ella se dice confiada, asegura estar a seis puntos de su adversario más próximo y dice que en los próximos días repuntará, pues cuenta con un equipo de campaña muy sólido. Exactamente lo que dijo hace una semana, pero frente a los miembros del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas, como reveló el periodista Álvaro Delgado en el reportaje publicado por la revista Proceso en la edición que está en circulación.
Sobre el debate entre candidatos presidenciales, a celebrarse el próximo 6 de mayo, considera que tiene una doble oportunidad: explicará por qué su partido es diferente y las propuestas, la forma en que se propone atender los desafíos del país.
Los cuentos de Josefina
Josefina Vázquez Mota presentó un libro de cuentos infantiles supuestamente de su autoría, con el propósito, según dijo, de fomentar la lectura en la infancia. Sin embargo, no pudo recordar decir los nombres de los personajes.
Con el frecuente desorden logístico que caracteriza su campaña, la candidata panista repartió “La mariposa blanca y el pato Tulio”, dos relatos publicados en un libro por la división infantil de la editorial Alfaguara.
De acuerdo con el colofón, fue impreso en septiembre de 2011. Se trata es de una edición costosa, con páginas papel grueso, brillante, ilustrado por la argentina Cecilia Varela.
¿Me podría decir el nombre de los personajes y los capítulos del libro? –se le preguntó a la candidata.
–Son dos cuentos: La mariposa blanca y el pato Tulio–, respondió.
Pero ¿me puede decir los nombres de los personajes?
–Ya te dije, la Mariposa Blanca y el Pato Tulio–, insistió.
–¿Son los únicos?–, insistió el reportero.
–“Pues lee el libro… no son los únicos… lee el libro–, respondió Vázquez Mota y se dio media vuelta.
–¿Lo escribió usted?–, replicó el reportero.
–Te puedo platicar todo el libro…–, dijo.
–Pero nada más quiero saber el nombre de los personajes y los capítulos-–, insistió el reportero.
–Lee el libro–, repitió, enfática, y luego se encaminó precipitadamente al estacionamiento del Centro Médico, seguida por su cuerpo de escoltas.
De una breve lectura del libro se pudo observar que, efectivamente, son dos relatos, cuya estructura se aproxima a la de una fábula.
En el caso de La mariposa blanca, desde la primera página (Página 10 del libro) se identifica a un personaje: “la abuela José”. El personaje central, “la mariposa blanca”, es objeto de comentarios entre la fauna por ser tan rara y no tener rayas. No obstante, a ninguno de los animales se les puso nombre. Tiene otros personajes “un búho sabio”, la luna y el río azul, que interactúan con el personaje central.
En el otro relato, El pato Tulio, éste es el personaje central e interactúa en la primera página (Página 32 del libro), con su mamá pato; en la siguiente página con su papá pato. Pero sobretodo, el pato Tulio tiene por amigo al venado Manchas, que juega un papel toral en el cuento:
En una migración, forzada por la sequía, el pato Tulio conoce a un venado al que discrimina. El pato se pierde y el venado, Manchas, lo ayuda a regresar con su familia y se hacen grandes amigos.
En total, los personajes –al menos los que hablan– son: la mariposa blanca, la abuela Jose, el búho, la luna, el río; en el otro, es aun más fácil: pato, mamá, papá y Manchas.
Sin embargo, Vázquez Mota sólo pudo mencionar el título del libro. Después de la entrevista, su equipo de prensa ofreció la edición original a fin de despejar dudas sobre la autoría.
Lo que se hizo llegar a la redacción, es el libro “Cuentos para Ni”, firmado por Josefina Vázquez Mota, cuyo colofón establece que se imprimió en enero de 2008. Además de La mariposa blanca y El pato Tulio (que en este caso se llama “El pato que no quería tener amigos”), se incluye otro: “El gigante que se robó el fuego”.
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