APRO
Finalmente, sí hubo un debate: entre Enrique Peña Nieto arrinconado por Andrés Manuel López Obrador que le recordó los contratos millonarios con Televisa, su parentesco con Montiel, y la pobreza del Estado de México; entre Josefina Vázquez Mota disminuida ante el revire insistente de Enrique Peña Nieto que le reprochó su inasistencia en la Cámara de Diputados y la retó a hacer un recorrido por los 608 compromisos cumplidos del Estado de México.
Sin embargo, antes de llegar a la mitad del encuentro de dos horas, decayó el clímax y los candidatos presidenciales se refugiaron en sus propuestas, en su retórica y decidieron no polemizar, mientras en las redes sociales los temas más llamativos fueron la edecán del evento; los 18 mil tsurus de López Obrador; las sonrisas de Guadalupe Juárez, moderadora del debate, y la fotografía al revés que el candidato presidencial de la izquierda intentó mostrar en pantalla.
El momento más importante del debate fue cuando Enrique Peña Nieto, del PRI-PVEM, y Andrés Manuel López Obrador, de PRD-PT-Movimiento Ciudadano, se enfrascaron en una esgrima de acusaciones, donde claramente el ex jefe de Gobierno capitalino le borró la sonrisa al mexiquense, quien inició la contienda con un buen entrenamiento para responder a las críticas de Josefina Vázquez Mota, pero no a las del tabasqueño.
En el turno para la tercera pregunta, López Obrador recordó que este debate no estaba siendo transmitido por los canales de Televisa y TV Azteca de mayor audiencia porque “quieren imponer” a Enrique Peña Nieto. En ese momento el mexiquense cambió su rostro. Le respondió a López Obrador que “si la televisión hiciera presidentes usted ya lo sería” porque como jefe de Gobierno capitalino gastó mil millones de pesos en la pantalla chica que “es el doble del Estado de México”.
En la contrarréplica, López Obrador le señaló que esos mil millones se gastaron en todo el sexenio, pero que el gobierno de Peña Nieto gastó tan sólo en su primer año 691 millones de pesos, y mostró los documentos que fueron publicado desde octubre de 2005 por Proceso. El tabasqueño también lo calificó como “hechura de Arturo Montiel” que “fue acusado de corrupción” y tiene una fortuna valuada en 600 millones de pesos.
Visiblemente molesto, Peña Nieto le indicó a López Obrador que la información utilizada “es totalmente falsa” y proviene “de una revista que de manera especulativa” la publicó, en clara referencia a Proceso.
Peña Nieto ensayó otro ataque contra López Obrador: revivió el caso de René Bejarano y mostró una portada del periódico La Crónica.
De inmediato, López Obrador le respondió que también le faltó Gustavo Ponce, su ex jefe de Finanzas. “Ponce se fue a la cárcel. Bejarano estuvo en la cárcel. Y usted está aquí. Y fue secretario de Administración” del gobierno de Montiel.
En ese momento, el perredista mostró la foto de los “verdaderos padrinos” de Peña Nieto. El turno se le había terminado y no se vio completa en la pantalla televisiva. En su siguiente oportunidad, López la mostró, pero de cabeza. Y bromeó: “está de cabeza porque así está el país”.
En su turno, Peña Nieto aclaró que Montiel fue investigado y exonerado, y le mencionó a López Obrador que “uno de los suyos” fue metido en la cajuela de un vehículo para obtener fuero en la Cámara de Diputados, a pesar de ser investigado por presunto vínculo con el narcotráfico. Se refería al diputado michoacano Julio César Godoy.
El fantasma de Salinas, mencionado desde el principio de sus intervenciones, revivió cuando López Obrador mostró una publicidad política de 1988, durante la campaña presidencial salinista, con el lema “Mi compromiso con Durango”. Explicó que el lema actual de la campaña peñista proviene de esa época.
Insistente, López Obrador le recordó a Peña Nieto que su verdadero “compromiso” fue para “privatizar carreteras, hospitales” y entregar el segundo piso a “un consorcio español”, mientras que 1 millón 200 mil personas se encuentran “en pobreza extrema”. El tabasqueño reprochó que el PRI gana las elecciones en el Estado de México porque “lucran con la pobreza de la gente” y mostró la tarjeta “Efectiva” que se repartió durante la campaña de 2011 de Eruviel Avila.
Peña Nieto acusó a López Obrador de “burlarse” de los 3 millones de votantes mexiquenses que hicieron ganar al PRI en el 2011, pero no respondió a la acusación de la utilización de la tarjeta “Efectiva”. Y mencionó su propuesta de seguridad social universal y pensión para el retiro para toda la población.
El último flashazo de debate entre Peña Nieto y López Obrador fue en referencia con Pemex. López Obrador acusó al mexiquense de no conocer bien el artículo 27 constitucional y proponer la privatización de la paraestatal petrolera, cuando “Pemex no es del gobierno”. Peña no dejó ir esta acusación y le insistió al tabasqueño que él no había propuesto la “privatización” sino la “modernización” del sector energético.
Vázquez Mota y Peña Nieto
Al inicio del debate, la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota inició lanzando puyas contra Peña Nieto por los bajos índices de competitividad en el Estado de México, porque su gobierno ocupó el segundo lugar en corrupción, según Transparencia Mexicana, y porque la bancada del PRI no aprobó la reforma laboral en la Cámara de Diputados que hubiera creado 400 mil empleos, en la primera etapa.
Peña Nieto, dueño de la escena y de los datos en ese momento, le reviró a Vázquez Mota que el Estado de México es el cuarto lugar en competitividad y que triplicó su red de carretera.
La balconeó diciendo que “falta a la verdad” porque si no se lograron acuerdos para la reforma laboral “fue por su ausencia como coordinadora del PAN en la Cámara de Diputados”.
Peña Nieto insistió en este tema durante tres veces más. Acusó a Vázquez Mota de no haber asistido a 7 de cada 10 sesiones y estar presente en sólo 1 de cada 3 sesiones sobre la discusión de las reformas más importantes. Le reprochó cobrar sueldo como si estuviera presente en San Lázaro. Hasta el final, la panista le respondió que eran falsos esos datos, pero dejó transcurrir más de la mitad del tiempo.
Notablemente disminuida tras la esgrima entre López Obrador y Peña Nieto, Josefina, al hablar sobre su propuesta de seguridad pública y combate al narcotráfico, trajo a colación el tema de la niña Paulette.
“¡Qué lamentable que quiera revivir su campaña lucrando con la muerte de una niña!”, le reviró Peña Nieto.
Los otros intentos de Vázquez Mota por debatir con el mexiquense se frustraron. López Obrador no la mencionó personalmente ni ella criticó ninguna posición del perredista.
Finalmente, Gabriel Quadri, del Panal, salió como sparring de Peña Nieto en dos ocasiones, cuando mencionó que él sí estaba a favor de la privatización de Pemex y consideró que mantener los subsidios al precio de la gasolina no son sustentables.
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