Jenaro Villamil
La alianza con la “presidenta vitalicia” del SNTE, Elba Esther Gordillo, y con su partido creado en 2005, el Panal, constituyó hasta el viernes 20 de enero uno de los tres pilares fundamentales del proyecto de Enrique Peña Nieto para alcanzar la presidencia de la República, como candidato del PRI.
El apoyo de la red magisterial y del Panal, controlados por Gordillo, junto con los convenios publicitarios con las televisoras –Televisa y TV Azteca-, más el apoyo logístico y presupuestal de 10 gobernadores aliados, incluyendo el del Estado de México, constituyeron el triángulo fundamental del proyecto presidencial peñista.
Todo parecía inamovible hasta que el actual dirigente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, anunció en El Noticiero de Canal 2, la noche del 20 de enero, que “tras una larga y cordial negociación” su partido había decidido romper con la alianza electoral, firmada apenas el 17 de noviembre de 2011, entre el PRI, Panal y Partido Verde.
“No es una ruptura, es una separación amistosa que, por cierto, nada tiene que ver con las personalidades que me referiste (hija y yerno de Elba Esther Gordillo) que nos merecen el mayor de los respetos. Simplemente por equilibrios internos de nuestros partidos y por así convenir a nuestros intereses político-electorales”, declaró Joaquín Coldwell.
El comunicado oficial del PRI insistió que la decisión de cancelar el convenio de coalición parcial, firmado el 17 de noviembre de 2011, “de ninguna manera, significa una confrontación entre ellos”.
Antes de esa decisión, las muestras públicas de inconformidad con el convenio se concentraron en Sinaloa, Distrito Federal, Jalisco y Chiapas, donde presuntamente los candidatos del Panal encabezarían las fórmulas para senadores de la República.
Al llegar a la dirigencia del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, aclaró que el convenio se modificaría e, incluso, se “podría ampliar” para que los tres partidos fueran de manera conjunta en más distritos electorales. Originalmente, Panal, PRI y PVEM acordaron ir juntos en 125 distritos electorales para diputados federales (23 para Nueva Alianza, 30 para el Partido Verde y 72 para el PRI), así como en 20 fórmulas para el Senado en 10 entidades: 4 para el Panal, 5 para el Verde y 11 del PRI.
En los días previos a la ruptura se negoció ampliar estas posiciones. En entrevista con Proceso, Luis Castro, dirigente nacional del Panal, afirma:
“Todavía el viernes 20 por la mañana, se presenta un menú de 13 entidades federativas para ir al Senado, juntos. Era la ampliación”.
“Hubo dos tipos de reacciones a la coalición: la primera, de aquellos que en alguna entidad se opusieron. Fue la que tuvo más notoriedad en los medios de comunicación, pero no fue la más importante.
“La reacción más importante fue de aquellos excluídos de la coalición. Por ejemplo, Aguascalientes, Tabasco, Colima. Lo piden las dirigencias estatales del PRI o los gobernadores priistas”.
-¿Puebla estaba incluída en esta ampliación?
-Puebla ya estaba adentro de la coalición. Puebla es nuestro, del Panal.
Castro explicó que durante esta negociación se expusieron tres tipos de conflicto: el jurídico, el aritmético y el político.
Jurídicamente, el Panal argumentó que el IFE podía rechazar la ampliación. El PRI y el Verde refutaron, tras una consulta con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que sí podían ampliar la coalición.
De la lista de 13 nuevas senadurías, el Panal tenía que sacar a 3 de las cuatro que ya tenía. “Eso nos afectaba, en número de votos”, advierte Castro.
El dirigente del Panal explica que en la negociación querían evitar el llamado “efecto popote” que consiste en que “el partido más grande absorbe los votos del partido más pequeño, emergente” porque cada uno va con su propio logotipo en la boleta electoral.
“Eso nos ha ocurrido en Jalisco. Tuvimos votos para que entraran dos candidatos locales y perdimos las prerrogativas. Nos acaba de ocurrir en Michoacán”, donde el Panal apoyó a la candidata panista a la gubernatura, Luisa María Calderón.
-¿Cuál fue el conflicto político? –se le cuestiona.
-Mi interpretación es que los que están tratando de hacer la generación de relevo en el PRI prefirieron garantizar su unidad y sus equilibrios, comprendiendo que una de las partes del PRI interesada en dinamitar la coalición es aquella con la que históricamente tenemos algún tipo de diferencia, básicamente partiendo de lo que sucedió en el Congreso federal en 2003.
-¿El episodio de la rebelión priista en contra de Elba Esther Gordillo como coordinadora de la bancada?
-Así es. Hubo un grupo de diputados que se llamaba Fuerza Reformadora que incluía a 70 diputados priistas que apoyaban las reformas, junto con Elba Esther. Ganaron los no reformistas.
-¿Entre los estados que el Panal tenía que mover estaban Chiapas donde era aspirante Mónica Arriola (hija de Elba Esther y secretaria general del Panal) y Fernando González Sánchez (yerno de Elba)?
-No. Esta otra versión es por filtraciones interesadas. Nosotros encabezábamos la fórmula en Nayarit, Puebla, Sinaloa y Chiapas. En el acuerdo de ampliación se mencionaban Aguascalientes, Tabasco, San Luis Potosí, Colima y el Distrito Federal.
“En Aguascalientes, el gobernador priista decía éntrenle a la coalición y dénsenlo a Nueva Alianza”.
-¿También influyeron los gobernadores?.
-Fueron uno de lso factores principales. Hubo gobernadores del PRI que cuando se firmó el convenio ni siquiera fueron. Y luego quisieron ser incluídos.
-¿Existe la posibilidad de que el Panal regrese a apoyar sólo la candidatura presidencial de Peña Nieto?
-No, porque la ley ya lo impide. Hay un artículo en el Cofipe que dice que un partido político no podrá participar en ma´s de una coalición y siempre tienen que estar más de dos partidos.
“La modificación de nuestro convenio tiene que ser aprobada por los tres partidos. En la presidencial no podríamos ir 3 partidos y para diputados y senadores sólo 2.
“Lo que quiere ser un corsé en la ley electoral se convierte en un cinturón de castidad apretadito”, sentencia Luis Castro.
La noche del jueves 26 de enero, el Consejo Nacional del Panal aprobó por unanimidad la separación definitiva de la coalición “Compromiso por México” y acordó nombrar a su secretaria general, Mónica Arriola Gordillo, como coordinadora de las campañas.
En paralelo, el PRI y el Partido Verde determinaron ampliar su convenio de coalición y conceder 13 candidaturas más al Congreso. Ahora, ambos partidos irán en alianza en 199 distritos de los 300 federales, de los cuales 43 serán para el Partido Verde y 156 encabezará el PRI.
Para el Senado, PRI y Verde continúan junto en 10 entidades, pero el tricolor sacó de la coalición los estados de Jalisco y Puebla, e incorporar las entidades de Tabasco y Colima.
Peña no le Contesta a Elba
La semana previa al anuncio del 20 de enero, las negociaciones para modificar el convenio de coalición se intensificaron entre el martes 10 y el jueves 19 de enero.
Versiones consultadas por Proceso revelaron que uno de los motivos de la ruptura fue la senaduría por el Distrito Federal. En la ampliación del convenio, el Panal pidió encabezar esta posición.
“Es intransitable el Distrito Federal”, afirmó Pedro Joaquín Coldwell, dirigente nacional del PRI. Al mismo tiempo, le demandaron al Panal que se necesitaba la estructura y el apoyo del sindicato de maestros para la capital de la República, gobernada actualmente por el PRD.
En una reunión realizada en la casa de Elba Esther Gordillo ella rechaza dar todo el apoyo para los presuntos candidatos de PRI al Distrito Federal, que representan a sus dos principales adversarios: Beatriz Paredes, ex dirigente nacional del PRI, aspirante a la jefatura de Gobierno; y Pablo Escudero, actual diputado federal del Partido Verde y yerno de Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los senadores del PRI.
De acuerdo con los testimonios cercanos a esta negociación, Gordillo advirtió que iba a hablar con Enrique Peña Nieto, aspirante presidencial del PRI. Este nunca le contestó el teléfono.
Es en esos mismos días que se resuelve que el candidato a la jefatura de Gobierno por el Distrito Federal sea el procurador Miguel Angel Mancera, el más cercano a las posiciones del actual gobernante Marcelo Ebrard, a quien Elba Esther ha manifestado su abierta simpatía.
En distintas versiones de prensa, Mancera expresó su simpatía a la posibilidad de que el Panal apoyara su candidatura a la jefatura de Gobierno.
-¿Qué va a pasar con el apoyo del Panal a las candidaturas a gobernadores en 2012? –se le preguntó a Luis Castro.
-No hemos iniciado conversaciones todavía en las elecciones concurrentes a gobernadores. Está abierta la negociación y vamos a ir caso, por caso.
-¿Incluyendo el Distrito Federal?
-Incluyendo el DF. La tendencia será ir solos con nuestros candidatos, pero no estamos cerrados, depende de la opinión del comité directivo estatal.
-Se acusa mucho al Panal de buscar simplemente un rédito electoral inmediato, que pueden apoyar lo mismo al PRI, que al PAN o al PRD. ¿Qué opinión le merece estas críticas?
-Es exactamente lo contrario –ataja Castro-. Lo primero que ponemos en una mesa de negociación es nuestra plataforma y una serie de principios irrenunciables que nos caracterizan: por ejemplo, la defensa de la educación laica, pública y gratuita.
“Eso se aterriza en propuestas concretas: la escuela de tiempo completo, por ejemplo. Pero también tenemos propuestas en materia de reforma laboral.
“Por ejemplo, en el caso de Michoacán, el PAN no nos corrigió nada en nuestra plataforma. No hubo bronca. Luisa María Calderón asumió nuestra plataforma electoral, fue la candidata más progresista de Michoacán.
-¿En el caso del apoyo a Peña Nieto?
-Presentamos públicamente nuestra plataforma antes de negociarla. Los trabajos de elaboración los dirigió Emilio Zebadúa y fue nuestro representante ante el PRI. Toda la propuesta educativa del convenio es íntegra nuestra propuesta.
“Justo para nosotros, la modificación del convenio fue una cuestión de principios, no de posiciones. Y en ellos (el PRI) fue un asunto más de equilibrios internos.
“No nos pueden pedir que en el 2012 fuéramos con quienes nos sacaron la lengua en el 2003”, afirmó Castro, refiriéndose a la disputa por la coordinación de la bancada priista en la Cámara de Diputados, que derivó en la salida de Elba Esther Gordillo del PRI.
El acuerdo original con Peña
Antes de la ruptura, los “amares políticos” entre Peña Nieto y Elba Esther Gordillo se concretaron el 19 de noviembre de 2010. Al inaugurar las oficinas de la sección 36 del SNTE, en el municipio de Ecatepec, Gordillo le dio todo su respaldo al entonces gobernador del Estado de México y marcó su distancia pública del gobierno de Felipe Calderón.
“Nuestro reconocimiento y gratitud a su gobierno y nuestro deseo de que los sueños seamos capaces de hacerlos realidad”, afirmó Gordillo ante un sonriente Peña Nieto, aquella tarde en Ecatepec.
Los beneficios fueron mutuos. En los comicios para renovar diputados locales en el Estado de México, el 5 de julio de 2010, gracias al convenio de coalición con el PRI, el Panal obtuvo sólo 12 mil 601 votos directos pero se convirtió en la cuarta fuerza política local, por encima incluso del Partido Verde, y obtuvo 5 diputados locales. Estos legisladores fueron determinantes para que el peñismo mantuviera el control del 65 por ciento de los votos en el Congreso local.
El Panal apoyó el proyecto de reformas conocida como “Ley Peña” que cerró el paso a la posible alianza electoral entre el PAN y el PRD en los comicios para gobernador en el 2011 en el Estado de México. Elba Esther Gordillo fue determinante para que el candidato a suceder a Peña Nieto fuera Eruviel Avila, el alcalde de Ecatepec.
El domingo 12 de diciembre de 2010, en una reunión convocada en la Casa del Estado de México, Peña Nieto convocó a todos sus homólogos priistas, a los coordinadores de las bancadas de la Cámara de Diputados y del Senado, así como a la entonces dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, y a su futuro relevo, el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira. Asistieron también 14 gobernadores priistas.
En esa comida se pactó la “candidatura de unidad” a favor de Moreira como futuro presidente nacional del PRI.
Casi un año después, el 17 de noviembre de 2011, Moreira firmó con el Panal y el PVEM un convenio de coalición denominado “Compromiso por México”, a través del cual los tres partidos apoyaban la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto y acordaban ir juntos en 125 distritos electorales para diputados federales, de los cuales 23 eran para el Panal, 30 para el PVEM y 72 para el PRI. También acordaron una coalición en 20 fórmulas para el Senado, en 10 entidades. El Panal encabezaba 4 fórmulas, el PVEM 5 y el PRI 11.
Todo cambió en las primeras semanas del 2012.