Mauricio Rodríguez
7 de noviembre de 2011 · Sin comentarios
Destacado
CIUDAD JUÁREZ, Chih.- Autoridades de los tres niveles de gobierno fueron abucheadas por familias de desaparecidas e integrantes de grupos de la sociedad civil esta mañana cuando solicitaron perdón por la serie de feminicidios que han ocurrido durante los últimos 20 años en Ciudad Juárez.
La manifestación de inconformidad ocurrió durante la develación del “Monumento en Memoria de las Mujeres Víctimas de Homicidio por razones de género en Ciudad Juárez” en el predio conocido como Campo Algodonero.
Familiares de mujeres desaparecidas consideraron que dicho espacio más que rendir homenaje a sus parientes, se convertirá en un “monumento al morbo”, que atraerá la curiosidad de personas de otras latitudes y poco hará a favor de resolver las muertes de las mujeres.
Asimismo, indicaron que lejos de pedir espacios de este tipo, lo que actualmente solicitan son líneas reales de investigación y resultados que los lleven a dar con el paradero de sus seres queridos.
El acto fue desairado tanto por las familias de las víctimas directas, como por el presidente de la República, Felipe Calderón Hijonosa; el gobernador del Estado, César Duarte Jáquez y presidente municipal Héctor Murguía Lardizábal, quienes enviaron representantes a la ceremonia.
El acto fue encabezado por Felipe de Jesús Zamora Castro, subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, así como por la Secretaria General de Gobierno, Graciela Ortiz, en representación del gobernador del estado y el secretario del Ayuntamiento, Héctor Arcelús, representante del presidente municipal.
Recién iniciaba la ceremonia, Arcelús fue interrumpido en su discurso por José Luis Castillo, padre de Esmeralda, una adolescente de 14 años desaparecida el 19 de mayo de 2009 en la colonia Postal.
“No queremos mausoleos, no queremos que encuentren a nuestras hijas muertas, queremos que se hagan líneas de investigación, que encuentren a nuestras hijas con vida, después de 10 años vienen a inaugurar un mausoleo que sirve como morbo turístico para la demás gente del mundo”, dijo.
El memorial realizado por los tres niveles de gobierno aunque incompleto, se inauguró casi después de dos años, luego de que el 10 de diciembre de 2009 fuera publicada la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) sobre el caso “González y otras Vs México” conocido también como “Campo Algodonero”.
En los puntos 16 y 17 de esta resolución de la CoIDH se estableció que el Estado mexicano debería hacer un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional, en honor a la memoria de Laura Berenice Ramos Monárrez, Esmeralda Herrera Monreal y Claudia Ivette González, el cual debería realizarse en la misma ceremonia que se develará el monumento en memoria de las mujeres víctimas.
Sin embargo, durante la presentación del memorial la escultura que debería honrar a las allí nombradas no estuvo lista y a cambio, sólo se mostró una maqueta de la obra “Rosa del Desierto” a cargo de la artista chilena Veronica Leytón, la cual, se espera sea concluida hasta dentro de seis meses.
José Luis Castillo cuestionó el gasto de 16 millones de pesos en la construcción del memorial, mientras que aseguró, la Fiscalía General del Estado no cuenta con los recursos necesarios para la atención a la investigación de desapariciones y homicidios de mujeres en esta frontera.
Al hacer uso de la palabra, Graciela Ortiz, la titular de la Secretaría de Gobierno del Estado, también fue interrumpida con gritos de ¡Ni una más! ¡Vivas se fueron, vivas las queremos! por parte de las familias de mujeres desaparecidas.
En un momento de su intervención, una de las manifestantes le gritó a la funcionaria que ojalá y tuviera una hija para que entendiera su dolor, a lo que Ortiz respondió que sí la tenía, escuchándose por nueva cuenta una voz que le decía: “pero no la tienes desaparecida para que te pongas a trabajar”.
Felipe de Jesús Zamora, subsecretario de Gobernación Federal, pidió un minuto de silencio por las víctimas y tras emitir su discurso, afirmó ante los medios locales que el motivo de su visita tenía por objetivo “pedir perdón”, por las muertes y desapariciones de mujeres.
Cabe destacar que las familias de Esmeralda Herrera Monreal, Laura Berenice Ramos Monárrez y Claudia Ivette González de 15, 17 y 19 años de edad, respectivamente, victimas del caso algodonero emitieron un comunicado en el que declinaron asistir a la ceremonia.
Sus cadáveres junto con los de otras 5 jóvenes, fueron localizados en un lote conocido como “Campo Algodonero”, los días 6 y 7 de noviembre de 2001.
En el boletín aseveraron se trataba de “un acto más de simulación por parte del gobierno federal, en donde se pretende “reconocer la responsabilidad” del Estado por las tres víctimas del caso ante la Corte Interamericana y desconocer a los centenares de víctimas más que han perecido como parte del feminicidio en esa ciudad”.
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