El elenco de Televisa |
Peña se opone a Reformas políticas y sociales que facilitarían las soluciones económicas, al impulsar coaliciones gubernamentales y entre partidos para lograr el consenso
Está claro para los priistas y ciudadanos que hay dos PRI: uno que se agrupa con Peña y sus seguidores (encabezados por su corruptísimo tío Arturo Montiel; Salinas, Zedillo y Liébano Sáenz, ambos cómplices de sanguinarios hechos, como los “daños colaterales” de Calderón: familias exterminadas por el fuego cruzado de militares-policías y delincuentes que tienen aterrada a la Nación). Peña ha corrompido a Televisa y Tv-Azteca con miles de millones pagados como publicidad, sobornos por debajo a locutores y periodistas, su porra femenina; su sospechosa viudez y boda al estilo del canal de las “estrellas”, el encubrimiento al homicidio de la niña Paulette… ¡y las devastadoras inundaciones durante seis años, que dejaron en más pobreza y más enfermedades a los mexiquenses que sufrieron su mal gobierno.
Peña se opone a Reformas políticas y sociales que facilitarían las soluciones económicas, al impulsar coaliciones gubernamentales y entre partidos para lograr el consenso y la gobernabilidad mediante el acuerdo entre las fuerzas políticas y económicas, para elaborar programas en beneficio de todos; y está obcecado en un PRI autoritario, que busca le regalen mayoría en el Congreso, en lugar de pactar transacciones con los partidos. Contra ese tonto precandidato rapaz, que quiere un presidencialismo absolutista, apareció a toda una plana en periódicos de la capital del país (La Jornada: 5/X/11) la censura porque sus diputados federales (que no representantes de la Nación, porque son sus serviles e incondicionales mozos de cordel), sabotearon la aprobación de algunos puntos de la Reforma Política aprobada por el Senado. Además de una indirecta-directa con un texto titulado: Por una democracia constitucional (La Jornada: 10/X/11).
Y la firman, el senador Beltrones, José Woldenberg, María Amparo Casar, Cárdenas padre e hijo; Sergio Aguayo, Javier Corral, Lorenzo Córdoba, Granados Chapa, Reyes-Heroles, etc. Es otro documento, para convocar no a la unidad, que quiere Peña, sino la unión de la pluralidad política mexicana para discutir las diferencias y superarlas por el acuerdo de lo que une, posponiendo las diferencias, en beneficio de la Nación. Se propone “la cooperación de las fuerzas políticas” en programas y planes que permitan la fluidez en el estira y afloja fiscal, presupuestario de ingresos y gasto; en políticas públicas sociales. Y en acordar la estrategia para restaurar la paz pública, sometiendo a los delincuentes al imperio de la ley, y parar el derramamiento de sangre.
Contra el PRI de Peña se oyen voces que han comprendido que la Nación no puede seguir así. Que urge democratizar las instituciones, con discusiones abiertas y acuerdos en el Congreso para resolver con más democracia y republicanismo nuestros problemas, además de hacerlo compatible a la “diversidad de intereses” en el Estado de Partidos, logrando transacciones (no transas, como las que quiere Peña), para “posponer lo que estorba a la unión, a favor de lo que contribuye a ella” (Hans Kelsen: Esencia y valor de la democracia).
Peña se opone a Reformas políticas y sociales que facilitarían las soluciones económicas, al impulsar coaliciones gubernamentales y entre partidos para lograr el consenso y la gobernabilidad mediante el acuerdo entre las fuerzas políticas y económicas, para elaborar programas en beneficio de todos; y está obcecado en un PRI autoritario, que busca le regalen mayoría en el Congreso, en lugar de pactar transacciones con los partidos. Contra ese tonto precandidato rapaz, que quiere un presidencialismo absolutista, apareció a toda una plana en periódicos de la capital del país (La Jornada: 5/X/11) la censura porque sus diputados federales (que no representantes de la Nación, porque son sus serviles e incondicionales mozos de cordel), sabotearon la aprobación de algunos puntos de la Reforma Política aprobada por el Senado. Además de una indirecta-directa con un texto titulado: Por una democracia constitucional (La Jornada: 10/X/11).
Y la firman, el senador Beltrones, José Woldenberg, María Amparo Casar, Cárdenas padre e hijo; Sergio Aguayo, Javier Corral, Lorenzo Córdoba, Granados Chapa, Reyes-Heroles, etc. Es otro documento, para convocar no a la unidad, que quiere Peña, sino la unión de la pluralidad política mexicana para discutir las diferencias y superarlas por el acuerdo de lo que une, posponiendo las diferencias, en beneficio de la Nación. Se propone “la cooperación de las fuerzas políticas” en programas y planes que permitan la fluidez en el estira y afloja fiscal, presupuestario de ingresos y gasto; en políticas públicas sociales. Y en acordar la estrategia para restaurar la paz pública, sometiendo a los delincuentes al imperio de la ley, y parar el derramamiento de sangre.
Contra el PRI de Peña se oyen voces que han comprendido que la Nación no puede seguir así. Que urge democratizar las instituciones, con discusiones abiertas y acuerdos en el Congreso para resolver con más democracia y republicanismo nuestros problemas, además de hacerlo compatible a la “diversidad de intereses” en el Estado de Partidos, logrando transacciones (no transas, como las que quiere Peña), para “posponer lo que estorba a la unión, a favor de lo que contribuye a ella” (Hans Kelsen: Esencia y valor de la democracia).
Álvaro Cepeda Neri - Opinión EMET
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