La protesta de los indignados de Nueva York se extiende en EEUU gracias a la detención de 700 manifestantes en el famoso puente de Brooklyn, mientras sindicatos e intelectuales apoyan la lucha contra los excesos financieros de Wall Street. Esto nos lleva de manera inevitable y automática hasta los años 60 del siglo pasado, cuando la sociedad en bloque salió a las calles a manifestar sus iras, desencantos, deseos de cambio y esperanzas; parafraseando al pensador español del siglo XX, la historia es cíclica, un flujo y reflujo pendular en que las cosas, tarde o temprano se repiten, y la historia no escapa a ello.
Hace ya más de una semana, los indignados norteamericanos, llevaron su coraje y frustración hasta el puente de Brooklyn dejando escuchar su voz, la que retumbó hasta otras ciudades de la Unión Americana. La protesta masiva y popular, promovida e impulsada por el movimiento Ocupa Wall Street (Occupy Wall Street), logró bloquear el enorme flujo de tráfico, al tiempo que fueron reprimidos por las fuerzas del orden de la ciudad de los rascacielos; a su clamor se unió el de sus homólogos en Boston, Massachussets y en Los Ángeles y San Francisco, California, dando una muestra de músculo político-social del nuevo activismo norteamericano contra el conservadurismo imperante. Y el martes 11 de octubre, estos mismos activistas se dieron a la tarea de visitar, simbólicamente, las residencias neoyorquinas de magnates como Rupert Murdoch, para exigirles se unan al movimiento o cuando menos para que paguen sus impuestos conforme al monto de sus altísimos ingresos, pues como afirman en sus protestas públicas, un uno por ciento de privilegiados se enriquece cada día más frente a un 99 por ciento de la población norteamericana que vive en condiciones no muy halagadoras y sirven al enriquecimiento de esos magnates.
Ahora, los políticos, los grandes empresarios y los señores de los capitales tuvieron que voltear sus ojos hacia estas multitudes enardecidas y producto de un cultivo que se vino incubando desde hace tiempo: La tasa de paro que no baja del 9 por ciento, y el 45 por ciento entre los 14 millones de desempleados que están sin trabajo desde hace más de medio año. Sin empleo y con los ingresos nuevamente en picada, uno de cada seis estadounidenses vive prácticamente a las puertas de la pobreza.
El movimiento Ocupa Wall Street, considerado como la oposición liberal del Tea Party de la derecha norteamericana, arrancó tibiamente y sin muchas perspectivas el pasado 17 de septiembre con varios cientos de personas no muy bien organizadas. Ahora, también gracias al efecto de réplica de las redes sociales, moviliza a miles al permitir sacar toda la rabia y la frustración producidas por la crisis y las ayudas en masa a la banca. Así como es en EEUU, es en todos los países del orbe, incluido México, pues cada nación y su sociedad tendrán su “estación de crisis”. Prueba de esto son los “indignados de Madrid”, los de Brasil y muchos más que se suman a las 719 ciudades de 71 países dentro de la protesta planetaria llamada 15-O.
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