Fernando Camacho Servín
Publicado: 08/09/2011 13:57
México, DF. Para entender a las juventudes hay que verlas tal cual son, en sus múltiples y diversas formas, y no como se piensa que deberían ser, y es debido a esa diferencia de criterios que los gobiernos en México han fallado en garantizar los derechos de un segmento vital para el desarrollo del país.
Tal fue la advertencia que lanzaron las autoras del Informe sobre la situación de los derechos humanos de las juventudes en México y en el Distrito Federal 2010-2011, realizado por el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria (CDHFFV), y cuya presentación se llevó a cabo en el Centro Universitario Cultural.
Clara Meyra Segura, coordinadora del área de educación, promoción y difusión del CDHFFV, señaló que para los sucesivos gobiernos del país la juventud nunca ha sido una prioridad, y es por ello que dicho sector no ha sido atendido con políticas públicas específicas.
La activista subrayó que no hay una sola forma de ser joven, ya que el contexto económico, territorial y de género marca diferencias importantes para cada persona, y lamentó que se haya invisibilizado por muchos años a colectivos especialmente vulnerables, como las juventudes migrantes, indígenas o de diversidad sexual.
En un escenario nacional marcado por la violencia, son las personas de entre 15 y 29 años quienes están más expuestas a ir presas por delitos menores, o a ser reclutadas por el Ejército o el crimen organizado.
Los jóvenes, además, también son blanco de la estigmatización de los medios informativos, quienes los han reducido a estereotipos denigrantes como el de nini, y les trasladan la responsabilidad de no trabajar ni estudiar, cuando en realidad es el gobierno el responsable de no darles oportunidades de acceder a una vida digna.
Meyra enfatizó la necesidad de que el Estado mexicano ratifique la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, ya que dicho instrumento les permitiría ser objetores de conciencia para no ingresar a las filas del Ejército.
Por su parte, Angélica Gay Arellano, investigadora del CDHFFV, indicó que por muchos años las juventudes han sido planteadas como un problema, como individuos tutelados o como consumidores, pero no como sujetos plenos de derechos y agentes de transformación social.
Además, advirtió que en vez de mejorar en la atención de sus necesidades, el gobierno ha presentado iniciativas de ley que criminalizan aun más a los jóvenes, como la de Seguridad Nacional, o que oficializan sus condiciones de precariedad laboral.
Juan Martín Pérez García, coordinador de la Red por los Derechos de la Infancia en México, aseveró que los jóvenes no son una masa amorfa, sino un colectivo diverso y complejo que hay que entender, al tiempo que Mario Patrón Sánchez, primer visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, advirtió sobre las medidas de populismo punitivo que afectan en primer lugar a las juventudes.
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