MÉXICO, D.F. (apro).- El incremento de enfermedades mentales en México –ansiedad, trastornos obsesivo-compulsivos, depresión y esquizofrenia– que actualmente padecen unos 20 millones de personas, coincide con el inicio de la lucha contra el crimen organizado emprendida por el presidente Felipe Calderón.
Según Jorge Manrique, rector del Colegio Jurista, pionero en impartir la carrera de criminalística en licenciatura y posgrado, en los últimos cinco años las enfermedades mentales se dispararon de 20 a 68%, sobre todo en la frontera norte y entidades donde hay presencia de cárteles de la droga.“La violencia asociada a la guerra contra el crimen genera más personas inquietas, temerosas, ansiosas o francamente deprimidas e incluso paranoicas, y de manera simultánea incrementa el número de suicidios y otros tipos de autoflagelación”, afirma.
Sustenta su afirmación con datos del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, del Instituto Mexicano del Seguro Social y de la Organización Mundial de la Salud que sugieren que una de cada cuatro familias padece alguna enfermedad mental.
Y la cifra asciende a una de cada dos familias en la frontera norte, sostuvo el rector.
Aclara que las enfermedades mentales son multifactoriales pero sostuvo que en ambientes de alta violencia y peligrosidad como las guerras, existe una mayor incidencia.
Por ejemplo, dice, la depresión se presenta en 82% de las víctimas directas e indirectas de crímenes de alto impacto como asalto, secuestro y narcotráfico.
La depresión, sostiene Manrique, la enfermedad más común asociada a la inseguridad y violencia y le sigue la esquizofrenia. Esta última afecta más a los varones de 15 a 25 años mientras que en las mujeres es más común entre los 25 y 35 años.
La pérdida de contacto con la realidad, delirios, pensamientos anormales y alteraciones sociales se presentan con mayor frecuencia entre las víctimas indirectas de ajustes de cuentas entre cárteles y quienes han visto cadáveres mutilados o con señales de tortura, sostiene el Colegio Jurista.
Y quienes han sido víctimas de ilícitos económicos como robo a casa habitación en los últimos cinco años, se les han detectado afecciones que van del temor persistente al desarrollo de patologías como trastornos de ansiedad, sostiene Manrique.
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