@FedericoArreola
2011-07-10
Los priistas que asistieron a la cargada light que le organizaron a Enrique Peña Nieto el viernes pasado son muy poco representativos como factores reales de poder dentro de ese arcaico partido.
Con esa representación la EPN nació muerta.
Asistieron puros empleados de Peña Nieto y unos cuantos arribistas que no aportan ni votos ni ideas al proyecto de construir el México renovado que urge tener
Algo que analizar en ese evento es si asistir a él fue el primer error de cálculo de Eruviel Ávila. Dado que su principal problema de credibilidad es demostrar su independencia de Peña Nieto.
O resignarse a ser un títere de los amigos de Peña desde ahora.
Pero los 300 dinosaurios segundones que acudieron a formalizar la agrupación Expresión Política Nacional EPN (¡qué imaginación!) no se pronunciaron por proyecto nacional de regeneración alguno.
Simplemente se formaron, en una de las más desprestigiadas prácticas del PRI como es la cargada, para “subirse” al carro del que piensan será el ganador en el 2012.
Pena ajena dan elementos como el anodino y fantasmal “líder” de la CNC, Gerardo Sánchez, que simplemente no tiene base social en su sector, ya absorbido el desarrollo generacional y por las expectativas de vida urbana. Y sin embargo va a ofrecer “toda su gente” al presunto presidente de México.
¡Qué despropósitos hace cometer la abyección en política!
Tras bambalinas, seguramente la mano que mece la cuna de la mafia que gobierna México, Carlos Salinas de Gortari, fue el que palomeó la lista de los 300 magníficos fundadores de EPN.
Una simple deducción me lleva a pensar que ello efectivamente pudo suceder.
Recuerdo que me contaron que unos días después del asesinato de Luis Donaldo Colosio, cuando Carlos Salinas resolvió la sustitución del malogrado candidato a favor de Ernesto Zedillo, convocó a varios columnistas políticos de aquel momento para darles la nueva línea.
Y el colofón de su recomendación para que apoyarán a Zedillo fue una advertencia para aquellos comunicadores: Salinas, siempre acompañado del todavía súper asesor José Córdoba Montoya, les espetaba a voz en cuello: ¡Cuídense de Gamboa y de Beltrones¡
Tal vez por esa razón ni Beltrones ni Emilio Gamboa fueron palomeados por el que organizó, desde las sombras, la fantasmal EPN, que seguramente piensa ser la competidora de MORENA que tiene como líder a Andrés Manuel López Obrador.
No perder la memoria política será siempre un ejercicio para analizar el presente.
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