GUADALAJARA, Jal. (apro).- En su edición del próximo domingo 31, el Semanario de la Arquidiócesis tapatía fustiga a quienes filtraron la información “falsa” de que el cardenal Juan Sandoval Iñiguez haya solicitado al gobierno estadunidense frenar a Andrés Manuel López Obrador en su campaña por la Presidencia de la República en 2006.
Bajo la cabeza de “Wikileaks y sus medias verdades”, el órgano eclesiástico de Guadalajara confirma que el prelado sí se reunió con el embajador de Estados Unidos en el Vaticano, Francis Roony, pero en su calidad de hombre católico, con el fin de que ayudara económicamente a la construcción del Santuario de los Mártires en esta capital, pero que no se trató el asunto de López Obrador.
En opinión del arzobispado, la filtración de tal reunión puede obedecer a fines totalmente políticos para enturbiar más la situación, “en plena lucha de los partidos políticos por posicionarse en el ánimo de los ciudadanos en el apogeo, a veces patético, desgastante y turbio, por encontrar a un candidato a la Presidencia de la República entre sus agremiados”.
Y la reacción de la Iglesia católica tapatía “fue buscar al principal afectado en nuestro país, de acuerdo al cable, al señor Andrés Manuel López Obrador. La respuesta del político tabasqueño decepcionó a quienes intentaban provocar un enfrentamiento mayor con el arzobispo de Guadalajara: ‘No me consta que Sandoval Íñiguez haya pedido a Estados Unidos frenar mi campaña’, dijo tajante AMLO”.
El Semanario, que empieza a circular este fin de semana, asume que la respuesta de López Obrador “contrastó con las de algunos personajes de su misma corriente política, que se rasgaron las vestiduras, que juzgaron de ‘gravísima injerencia del cardenal’, cuando el excandidato ni se inmutó”.
Más adelante advierte que el propio tabasqueño dudó de la especie, “en calidad del conocimiento que tiene del cardenal Sandoval (y de los intríngulis mediáticos y políticos) de la veracidad del documento en cuestión. Suena ridículo creer que el purpurado se ande ocupando de esos asuntos, y más como petición a un gobierno extranjero”.
En el mismo espacio se escribe que no hay rechazo a priori de la Iglesia católica a la izquierda.
“Sin embargo, la posición que a nivel internacional ha tomado la izquierda resulta incompatible con la doctrina católica”, en la intención y realización de promover situaciones que no son acordes ni con el Evangelio ni con la Ley Natural, aunque no por eso deja de existir un acercamiento, porque históricamente el pensamiento de la derecha o de la izquierda occidentales derivan, en buena medida, del cristianismo, siempre y cuando no se caiga en un capitalismo deshumanizante, en una asistencia anticristiana o en un desprecio por la vida.
“Sabemos que pueden incluir, cada una de ellas, radicalizaciones de unos aspectos y silenciamientos de otros, excluyendo la Tradición Cristiana. Sin embargo, la intención del Papa Benedicto XVI es reunir ambos pensamientos bajo una sola visión teológica, sin excluir a Dios y conservando el respeto por la vida y por la dignidad de la persona, puede prestarse un valioso servicio a la comunión, que debería traducirse en una reconciliación de sensibilidades políticas, complementándose unas posturas con otras en esa visión mayor, y facilitando un incremento de la capacidad de acción colectiva de católicos y no católicos en la vida pública”.
Por último, admite el Semanario en su edición 756: “La izquierda es necesaria en el desarrollo político de una nación, pero una izquierda que, al mismo tiempo que hace contrapeso al capitalismo salvaje, no se desgaste en posiciones que excluyen a Dios, no respetan la vida de la persona y descuidan su dignidad, sabiendo que entre sus valores puede estar la promoción de beneficios sociales y el respeto por todos los derechos humanos, empezando por el derecho a la vida y la libertad religiosa”.
En opinión del arzobispado, la filtración de tal reunión puede obedecer a fines totalmente políticos para enturbiar más la situación, “en plena lucha de los partidos políticos por posicionarse en el ánimo de los ciudadanos en el apogeo, a veces patético, desgastante y turbio, por encontrar a un candidato a la Presidencia de la República entre sus agremiados”.
Y la reacción de la Iglesia católica tapatía “fue buscar al principal afectado en nuestro país, de acuerdo al cable, al señor Andrés Manuel López Obrador. La respuesta del político tabasqueño decepcionó a quienes intentaban provocar un enfrentamiento mayor con el arzobispo de Guadalajara: ‘No me consta que Sandoval Íñiguez haya pedido a Estados Unidos frenar mi campaña’, dijo tajante AMLO”.
El Semanario, que empieza a circular este fin de semana, asume que la respuesta de López Obrador “contrastó con las de algunos personajes de su misma corriente política, que se rasgaron las vestiduras, que juzgaron de ‘gravísima injerencia del cardenal’, cuando el excandidato ni se inmutó”.
Más adelante advierte que el propio tabasqueño dudó de la especie, “en calidad del conocimiento que tiene del cardenal Sandoval (y de los intríngulis mediáticos y políticos) de la veracidad del documento en cuestión. Suena ridículo creer que el purpurado se ande ocupando de esos asuntos, y más como petición a un gobierno extranjero”.
En el mismo espacio se escribe que no hay rechazo a priori de la Iglesia católica a la izquierda.
“Sin embargo, la posición que a nivel internacional ha tomado la izquierda resulta incompatible con la doctrina católica”, en la intención y realización de promover situaciones que no son acordes ni con el Evangelio ni con la Ley Natural, aunque no por eso deja de existir un acercamiento, porque históricamente el pensamiento de la derecha o de la izquierda occidentales derivan, en buena medida, del cristianismo, siempre y cuando no se caiga en un capitalismo deshumanizante, en una asistencia anticristiana o en un desprecio por la vida.
“Sabemos que pueden incluir, cada una de ellas, radicalizaciones de unos aspectos y silenciamientos de otros, excluyendo la Tradición Cristiana. Sin embargo, la intención del Papa Benedicto XVI es reunir ambos pensamientos bajo una sola visión teológica, sin excluir a Dios y conservando el respeto por la vida y por la dignidad de la persona, puede prestarse un valioso servicio a la comunión, que debería traducirse en una reconciliación de sensibilidades políticas, complementándose unas posturas con otras en esa visión mayor, y facilitando un incremento de la capacidad de acción colectiva de católicos y no católicos en la vida pública”.
Por último, admite el Semanario en su edición 756: “La izquierda es necesaria en el desarrollo político de una nación, pero una izquierda que, al mismo tiempo que hace contrapeso al capitalismo salvaje, no se desgaste en posiciones que excluyen a Dios, no respetan la vida de la persona y descuidan su dignidad, sabiendo que entre sus valores puede estar la promoción de beneficios sociales y el respeto por todos los derechos humanos, empezando por el derecho a la vida y la libertad religiosa”.
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