Notimex
Publicado: 12/06/2011 15:12
Norberto Rivera, en la homilia de hoy en la Catedral Metropolitana. María Luisa Severiano
México, DF. La justicia federal en México es perversa y mal intencionada al actuar contra el principio de presunción de inocencia, que implica “investigar para detener y no detener para investigar”.
Así lo afirmó la Arquidiócesis Primada de México en un comunicado con el que elevó una “protesta enérgica” por la detención durante seis días de María Carrera Rivera, prima hermana del cardenal Norberto Rivera Carrera.
La pariente del prelado, permaneció seis días en prisión acusada por delitos contra la salud en su modalidad de tráfico de mariguana, fue fichada y posteriormente liberada luego de darse a conocer que todo se debió a una confusión.
De acuerdo con un comunicado de la Iglesia católica en Durango, donde sucedieron los hechos, fue detectado un vehículo con marihuana lista para su venta; al ser investigado resultó que las placas habían sido solicitadas por una persona de nombre María Cabrera Ribera.
Con base en esos elementos, el Ministerio Público federal inició una averiguación contra María Carrera Rivera, cuya aprensión fue otorgada por el juez segundo de Distrito, Luciano Valadez Pérez el 3 de junio.
La prima del cardenal fue ingresada al Centro de Readaptación Social (Cereso) número Uno de Durango el mismo día., y la noticia de la detención apareció al día siguiente en los medios de comunicación.
En los días en que corrió el plazo constitucional para ofrecer pruebas, se constató que la prima del cardenal no es la propietaria del vehículo ni la solicitante de las placas en cuestión, su domicilio no es el que ahí se consigna y las huellas digitales encontradas tampoco le pertenecen, detalla el comunicado.
Ante estos hechos el 9 de junio el juez de Distrito decretó la libertad reservada en favor de María Carrera Rivera, por no haberse acreditado su probable responsabilidad.
A raíz de esos hechos, la Iglesia Católica denunció la actuación de las autoridades que actuaron sin la menor profesionalidad al afectar la fama publica de la señora María Rivera Carrera.
Estos hechos, subrayó, representan una “aberrante actuación, violatoria de garantías individuales consagradas en la Constitución federal y de derechos humano en contra de María Rivera Carrera, tanto por parte de la autoridad investigadora como por el juez de la causa”.
Tanto el vocero de la arquidiócesis, Hugo Valdemar, como el presidente del Colegio de Abogados Católicos de México, Armando Martínez, dieron a conocer la postura de la Iglesia al término de la misa dominical presidida por el cardenal Norberto Rivera.
Ahí criticaron también la actuación de los medios de comunicación porque, según ellos, dieron una noticia “insidiosa y calumniosa” al presentarla como si el arzobispo fuera responsable de la conducta de sus familiares.
Armando Martínez precisó que como abogado no puede dejar de denunciar la “aberrante actuación” de la justicia federal en este caso, porque en el futuro cualquier persona podría ser la siguiente víctima.
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