Por: Arturo Cano
Es frecuente encontrar en los despachos de la embajada estadunidense en México quejas sobre la falta de colaboración de funcionarios mexicanos con sus contrapartes del norte. No es el caso de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal, quien en febrero de 2007 dijo a Michael Chertoff, secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos: Usted tendrá libre acceso a nuestra información de inteligencia en seguridad pública.
En su oferta, contenida en el cable 07MEXICO983 –entregado por Wikileaks a La Jornada–, García Luna pedía establecer protocolos para hacer posible ese intercambio de información de inteligencia de alta calidad.
La oferta de García Luna ocurre cuando Chertoff –uno de los padres de la Ley Patriótica, que anula derechos y garantías en aras de la lucha contra el terrorismo–, visita en México a la plana mayor del nuevo gobierno para plantear las prioridades de Estados Unidos.
Solícito, el flamante titular de la SSP anunció a Chertoff la contratación de 8 mil nuevos agentes y expresó su esperanza de que el Departamento de Seguridad Interior (o DHS, por sus siglas en inglés) pueda ayudarle a establecer programas para asegurar la integridad de (los agentes de) su fuerza.
A pesar de la confianza, García Luna pide una orientación clara respecto a los puntos adecuados de contacto con el DHS. Dado que ambos gobiernos tienen complejos sistemas federales de seguridad pública, argumenta, a veces hacenconexiones erróneas.
Chertoff ofrece enviar un agregado de alto nivel del DHS a México para mejorar los esfuerzos de coordinación.
Pese a su ánimo colaborador, García Luna es el funcionario mexicano que ocupa menos espacio en los despachos enviados por la embajada con motivo de la visita de Chertoff a México, cuando el gobierno de Felipe Calderón cumplía apenas dos meses y medio.
Las prioridades de EU
Chertoff se reúne, el 16 de febrero de 2007, con el flamante secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, y algunos de sus colaboradores. La minuta de la reunión se envía al Departamento de Estado con el número 07MEXICO965 (los dos cables citados en esta nota están firmados por el embajador Anthony Garza).
El cable detalla las demandas estadunidenses como: Un compromiso para trabajar juntos estrechamente en la elaboración y aplicación de una estrategia para controlar la frontera sur de México; un compromiso para fortalecer y ampliar los Protocolos de Violencia en la Frontera, extender el programa a lo largo de la frontera norte y profundizar los intercambios de inteligencia táctica; “una oferta para mejorar el Programa de Repatriación Interna, que incluya a los viajeros ‘en riesgo’ y los ‘ilegales’ centroamericanos”; y una petición para que el gobierno de México amplíe el compartir información de datos biométricos, mediante la captura de huellas dactilares, de los pasajeros que llegan a México por avión.
Es evidente el interés estadunidense por establecer una buena relación con el nuevo gobierno. Chertoff, por ejemplo, elogia las recientes iniciativas de ley sobre temas de seguridad, presentadas por gobierno mexicano, y las coloca en la línea de las principales preocupaciones estadunidenses: “el terrorismo transfronterizo, la narcodelincuencia organizada y la migración illegal”.
No a un Plan Colombia
En una reunión por separado, Eduardo Medina Mora, titular de la Procuraduría General de la República (PGR), pide a Chertoff “una relación al ‘estilo Estados Unidos-Canadá’, una verdadera asociación en lugar de un programa made in USA”, como se ha caracterizado a gran parte del Plan Colombia. “Si queremos mejorar realmente la calidad de nuestra cooperación –señaló–, México tiene que construir sus propias capacidades, así como ayudar a sus vecinos de América Central”.
Chertoff dice que entiende la dinámica política de México e insta una vez más a que el gobierno mexicano diera a EU su propio plan, en particular sobre la frontera sur.
La diferencia de estilos o incluso de prioridades es evidente. Mientras García Luna ofrece una colaboración total, Medina Mora sugiere cambios en la política estadunidense de combate a las drogas y externa quejas sobre fallas en el aparato de seguridad pública del país vecino.
Por ejemplo, aprovecha el viaje para hablar de la reciente incautación de 40 toneladas de seudoefedrina, enviadas desde Hong Kong a Manzanillo, vía Long Beach.
(El procurador mexicano) señaló que hasta el 97 por ciento de los precursores químicos ilícitos viajaron siguiendo esa ruta, y pidió un mejor monitoreo e intercepción en el puerto de Long Beach, así como acciones diplomáticas de EU y México en Asia, para dar con, localizar e impedir los envíos ilegales.
La parte estadunidense pide detalles de la incautación. Si volúmenes tan grandes que pasan a través de Long Beach, EU debe mejorar la focalización.
Chertoff se muestra de acuerdo en que ambos países deben cooperar más estrechamente en ese ámbito y ofrece poner a alguien operativo para compartir información y analizar conjuntamente las vulnerabilidades.
Construir apoyo al programa de trabajadores temporales
Con Ramírez Acuña, Chertoff destaca el compromiso del presidente George W. Bush con el programa de trabajadores temporales (TWP) y subraya la necesidad de controlar quién entra en EU a través de nuestra frontera sur, tanto para mantener la seguridad pública como para construir el apoyo público al TWP.
Sin embargo, advierte que el gobierno de EU seguirá adoptando medidas para asegurar la frontera, aun cuando avance la reforma migratoria.
Como se sabe, el apoyo público nunca fue suficiente, pues Bush terminó su mandato sin reforma migratoria y también sin una ampliación del muy limitado programa de trabajadores temporales.
Inestabilidad de CA, amenaza directa para México
Chertoff ofrece trabajar con México para atacar a los polleros, sus organizaciones y seguir la pista de su dinero. Estados Unidos, insiste Chertoff con Ramírez Acuña y otros funcionarios, quiere ayudar a México a asegurar su frontera sur y tiene ganas de escuchar cómo el gobierno mexicano tiene previsto hacerlo. Al menos por lo escrito en el cable, la parte mexicana no dice nunca cómo tiene previsto asegurar la frontera sur.
En su reunión con Medina Mora, el funcionario estadunidense insiste en conocer la estrategia del gobierno calderonista para la frontera sur mexicana. En su respuesta, el entonces titular de la PGR sugiere que la construcción de capacidades de interdicción entre los países centroamericanos es un elemento clave necesario.
Para Medina Mora, el problema de la frontera sur es verdaderamente regional, y la inestabilidad potencial en América Central constituye una amenaza directa e inmediata a la seguridad pública en México.
El procurador mexicano dice que la situación de Guatemala es “particularmente problemática. Las comprensibles reducciones en las fuerzas armadas (de Guatemala) han creado un vacío en materia de seguridad, especialmente en el Petén, el departamento más al norte de Guatemala, que Medina Mora llamó ‘una tierra de nadie’”.
Medina Mora sugiere abandonar los US Halcon Citations (aviones de la fuerza aérea) porque, dice, los envíos aéreos de drogas ilegales en México hacia el norte son poco frecuentes. Óscar Rocha, colaborador de Medina, presenta una propuesta mediante la cual EU compraría lanchas rápidas incautadas y reacondicionadas por México para que los gobiernos centroamericanos hagan sus propios esfuerzos de incautación de drogas.
Chertoff no dice que no, pero tampoco da esperanzas a los mexicanos frente a esta propuesta.
Por su lado, Ramírez Acuña y su equipo sólo responden que por ahora, México “necesita no sólo un mejor análisis sobre actividades ilegales en el sur, sino también concentrar sus recursos en áreas clave como los puertos de entrada formal e ‘informal’ a lo largo de la frontera con Guatemala, así como en el istmo de Tehuantepec, un punto natural de ‘estrangulamiento’ para los contrabandistas ilegales de personas y mercancías”.
Ramírez Acuña informa que Guillermo Valdés, director del Cisen, será el contacto principal del gobierno mexicano para la estrategia en la frontera sur.
Quizá para esquivar el tema de la frontera sur, los funcionarios mexicanos reclaman la falta de seguimiento de las agresiones que padecen los migrantes en Estados Unidos por agentes de la Patrulla Fronteriza. Chertoff responde con un elogio al profesionalismo de la migra y justifica: Los agentes se enfrentan a un constante aluvión de ataques, que van desde las piedras que les tiran a incidentes de gravedad mucho mayor, y México debe entender su necesidad de defenderse adecuadamente.
Es frecuente encontrar en los despachos de la embajada estadunidense en México quejas sobre la falta de colaboración de funcionarios mexicanos con sus contrapartes del norte. No es el caso de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal, quien en febrero de 2007 dijo a Michael Chertoff, secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos: Usted tendrá libre acceso a nuestra información de inteligencia en seguridad pública.
En su oferta, contenida en el cable 07MEXICO983 –entregado por Wikileaks a La Jornada–, García Luna pedía establecer protocolos para hacer posible ese intercambio de información de inteligencia de alta calidad.
La oferta de García Luna ocurre cuando Chertoff –uno de los padres de la Ley Patriótica, que anula derechos y garantías en aras de la lucha contra el terrorismo–, visita en México a la plana mayor del nuevo gobierno para plantear las prioridades de Estados Unidos.
Solícito, el flamante titular de la SSP anunció a Chertoff la contratación de 8 mil nuevos agentes y expresó su esperanza de que el Departamento de Seguridad Interior (o DHS, por sus siglas en inglés) pueda ayudarle a establecer programas para asegurar la integridad de (los agentes de) su fuerza.
A pesar de la confianza, García Luna pide una orientación clara respecto a los puntos adecuados de contacto con el DHS. Dado que ambos gobiernos tienen complejos sistemas federales de seguridad pública, argumenta, a veces hacenconexiones erróneas.
Chertoff ofrece enviar un agregado de alto nivel del DHS a México para mejorar los esfuerzos de coordinación.
Pese a su ánimo colaborador, García Luna es el funcionario mexicano que ocupa menos espacio en los despachos enviados por la embajada con motivo de la visita de Chertoff a México, cuando el gobierno de Felipe Calderón cumplía apenas dos meses y medio.
Las prioridades de EU
Chertoff se reúne, el 16 de febrero de 2007, con el flamante secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, y algunos de sus colaboradores. La minuta de la reunión se envía al Departamento de Estado con el número 07MEXICO965 (los dos cables citados en esta nota están firmados por el embajador Anthony Garza).
El cable detalla las demandas estadunidenses como: Un compromiso para trabajar juntos estrechamente en la elaboración y aplicación de una estrategia para controlar la frontera sur de México; un compromiso para fortalecer y ampliar los Protocolos de Violencia en la Frontera, extender el programa a lo largo de la frontera norte y profundizar los intercambios de inteligencia táctica; “una oferta para mejorar el Programa de Repatriación Interna, que incluya a los viajeros ‘en riesgo’ y los ‘ilegales’ centroamericanos”; y una petición para que el gobierno de México amplíe el compartir información de datos biométricos, mediante la captura de huellas dactilares, de los pasajeros que llegan a México por avión.
Es evidente el interés estadunidense por establecer una buena relación con el nuevo gobierno. Chertoff, por ejemplo, elogia las recientes iniciativas de ley sobre temas de seguridad, presentadas por gobierno mexicano, y las coloca en la línea de las principales preocupaciones estadunidenses: “el terrorismo transfronterizo, la narcodelincuencia organizada y la migración illegal”.
No a un Plan Colombia
En una reunión por separado, Eduardo Medina Mora, titular de la Procuraduría General de la República (PGR), pide a Chertoff “una relación al ‘estilo Estados Unidos-Canadá’, una verdadera asociación en lugar de un programa made in USA”, como se ha caracterizado a gran parte del Plan Colombia. “Si queremos mejorar realmente la calidad de nuestra cooperación –señaló–, México tiene que construir sus propias capacidades, así como ayudar a sus vecinos de América Central”.
Chertoff dice que entiende la dinámica política de México e insta una vez más a que el gobierno mexicano diera a EU su propio plan, en particular sobre la frontera sur.
La diferencia de estilos o incluso de prioridades es evidente. Mientras García Luna ofrece una colaboración total, Medina Mora sugiere cambios en la política estadunidense de combate a las drogas y externa quejas sobre fallas en el aparato de seguridad pública del país vecino.
Por ejemplo, aprovecha el viaje para hablar de la reciente incautación de 40 toneladas de seudoefedrina, enviadas desde Hong Kong a Manzanillo, vía Long Beach.
(El procurador mexicano) señaló que hasta el 97 por ciento de los precursores químicos ilícitos viajaron siguiendo esa ruta, y pidió un mejor monitoreo e intercepción en el puerto de Long Beach, así como acciones diplomáticas de EU y México en Asia, para dar con, localizar e impedir los envíos ilegales.
La parte estadunidense pide detalles de la incautación. Si volúmenes tan grandes que pasan a través de Long Beach, EU debe mejorar la focalización.
Chertoff se muestra de acuerdo en que ambos países deben cooperar más estrechamente en ese ámbito y ofrece poner a alguien operativo para compartir información y analizar conjuntamente las vulnerabilidades.
Construir apoyo al programa de trabajadores temporales
Con Ramírez Acuña, Chertoff destaca el compromiso del presidente George W. Bush con el programa de trabajadores temporales (TWP) y subraya la necesidad de controlar quién entra en EU a través de nuestra frontera sur, tanto para mantener la seguridad pública como para construir el apoyo público al TWP.
Sin embargo, advierte que el gobierno de EU seguirá adoptando medidas para asegurar la frontera, aun cuando avance la reforma migratoria.
Como se sabe, el apoyo público nunca fue suficiente, pues Bush terminó su mandato sin reforma migratoria y también sin una ampliación del muy limitado programa de trabajadores temporales.
Inestabilidad de CA, amenaza directa para México
Chertoff ofrece trabajar con México para atacar a los polleros, sus organizaciones y seguir la pista de su dinero. Estados Unidos, insiste Chertoff con Ramírez Acuña y otros funcionarios, quiere ayudar a México a asegurar su frontera sur y tiene ganas de escuchar cómo el gobierno mexicano tiene previsto hacerlo. Al menos por lo escrito en el cable, la parte mexicana no dice nunca cómo tiene previsto asegurar la frontera sur.
En su reunión con Medina Mora, el funcionario estadunidense insiste en conocer la estrategia del gobierno calderonista para la frontera sur mexicana. En su respuesta, el entonces titular de la PGR sugiere que la construcción de capacidades de interdicción entre los países centroamericanos es un elemento clave necesario.
Para Medina Mora, el problema de la frontera sur es verdaderamente regional, y la inestabilidad potencial en América Central constituye una amenaza directa e inmediata a la seguridad pública en México.
El procurador mexicano dice que la situación de Guatemala es “particularmente problemática. Las comprensibles reducciones en las fuerzas armadas (de Guatemala) han creado un vacío en materia de seguridad, especialmente en el Petén, el departamento más al norte de Guatemala, que Medina Mora llamó ‘una tierra de nadie’”.
Medina Mora sugiere abandonar los US Halcon Citations (aviones de la fuerza aérea) porque, dice, los envíos aéreos de drogas ilegales en México hacia el norte son poco frecuentes. Óscar Rocha, colaborador de Medina, presenta una propuesta mediante la cual EU compraría lanchas rápidas incautadas y reacondicionadas por México para que los gobiernos centroamericanos hagan sus propios esfuerzos de incautación de drogas.
Chertoff no dice que no, pero tampoco da esperanzas a los mexicanos frente a esta propuesta.
Por su lado, Ramírez Acuña y su equipo sólo responden que por ahora, México “necesita no sólo un mejor análisis sobre actividades ilegales en el sur, sino también concentrar sus recursos en áreas clave como los puertos de entrada formal e ‘informal’ a lo largo de la frontera con Guatemala, así como en el istmo de Tehuantepec, un punto natural de ‘estrangulamiento’ para los contrabandistas ilegales de personas y mercancías”.
Ramírez Acuña informa que Guillermo Valdés, director del Cisen, será el contacto principal del gobierno mexicano para la estrategia en la frontera sur.
Quizá para esquivar el tema de la frontera sur, los funcionarios mexicanos reclaman la falta de seguimiento de las agresiones que padecen los migrantes en Estados Unidos por agentes de la Patrulla Fronteriza. Chertoff responde con un elogio al profesionalismo de la migra y justifica: Los agentes se enfrentan a un constante aluvión de ataques, que van desde las piedras que les tiran a incidentes de gravedad mucho mayor, y México debe entender su necesidad de defenderse adecuadamente.
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