Astillero
Crímenes de guerra
Libertad de
espot
San Lázaro en Semana Santa
México vive una constante violación de los derechos humanos a causa de una “lucha” contra el narcotráfico que de manera arbitraria y torpe instaló un político panista en busca de legitimidad política y control social mediante el terror, todo lo cual ha comenzado a denunciarse con fuerza en organismos internacionales como un adelanto de lo que podría llegar a constituir una demanda de juicio por crímenes de esa “guerra”. Ayer, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 19 organizaciones no gubernamentales (alguna de ellas dirigida incluso por foxistas ahora anticalderonistas) denunciaron los múltiples hechos de violencia desde el poder que se viven en nuestro país. La respuesta de la administración felipista fue cínica y meramente retórica, al grado de que un subsecretario de gobernación, Felipe de Jesús Cald…, no, perdón, Zamora, se permitió la infamia de decir que las acciones militares y policiales contra el narco son en sí mismas una lucha por los derechos humanos. La delegación mexicana de defensa explicó, además, que aún faltan “meses de lucha cruenta”, sin explicar si tales periodos habrán de contarse por decenas o centenas.
Juicio adverso también recibieron los promotores de un alegato ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación en defensa de una supuesta libertad de expresión que les permitiera contratar a título personal publicidad en los medios electrónicos de comunicación para incidir en procesos electorales en curso. Constituido por intelectuales y periodistas de renombre, el grupo solicitante del recurso de amparo combatía la tesis de que solamente el Instituto Federal Electoral podrá contratar tiempo en radio y televisión para difundir mensajes relacionados con los comicios de la temporada. La prohibición judicial para que particulares pudieran contratar esa publicidad tiene como antecedente la guerra sucia de 2006 que se desató contra el candidato presidencial puntero. Lo que aprobaron ahora los ministros de la Corte, con el voto del nuevo ocupante de un asiento en ese máximo sitial jurídico, José Mario Pardo, impedirá que los exitosos infractores del pasado reciente puedan usar vías “ciudadanas” para los mismos propósitos sabidos.
Votos en condiciones menos claras serán los que emitan en Semana Santa los legisladores federales que atienden las propuestas de reformas laborales que en su paquete de modificaciones “históricas” ha negociado el calderonismo. Con un sentido de los tiempos políticos que hace recordar nefastas maniobras hechas para dar golpes al interés popular en fechas de fiesta o descanso, los programadores de la agenda de San Lázaro han llevado el desenlace de las discusiones sobre el tema a esa franja de desatención generalizada que propicia la llamada semana mayor.
Por otro lado, Alejandro Encinas propone que el PRD haga alianza consigo mismo. Es decir, que en lugar de apoyar candidaturas ajenas y menores, acepte la clara viabilidad de una postulación propia y se arriesgue a ganar el estado de México formando parte de un abanico de izquierda que incluya a la casa matriz, que es el partido del sol azteca, a los anfitriones ya definidos, que son Convergencia y el Partido del Trabajo, y a la corriente motriz, llamada Morena, pero no a Acción Nacional. La insólita lucha de un militante con buenas probabilidades de ganar en una contienda electoral de gran importancia, para que su propio partido lo haga candidato, es consecuencia del aberrante planteamiento al que han llegado el chuchismo y el calderonismo en función de unas alianzas electorales que tuvieron éxito formal en entidades donde se produjeron escisiones priístas (de inmediato retomadas por esos pactistas “contra el PRI”) y donde hubo un rechazo abierto al gobernador saliente (a diferencia de Ulises Ruiz, Mario Marín y Jesús Aguilar, condenados socialmente al abismo, Enrique Peña Nieto parece enfilado sin problema a buscar Los Pinos).
Tan desangelado e inviable parece ser el proyecto de alianzas entre una parte de las cúpulas del PAN y el PRD que aunque parezca increíble están batallando para unirse en función de un candidato de presuntos visos triunfadores y unitarios cuyo nombre es ignorado, por no decir inexistente. El batidillo toluqueño se forma a partir de una alianza, aprobada por una anémica consulta, que no tiene candidato viable, mientras el PRD de Chucho II “considera” como uno de sus precandidatos al mencionado Encinas que ha anunciado que no aceptará ir bajo las banderas panistas pero sí está más que dispuesto a hacerlo bajo las propias, las negro y amarillo, aunque el presidente de su partido no lo quiere así, sino en combo que sume el blanco y azul, asunto que resolverá el consejo nacional del sol azteca que dominan los aliancistas, quienes sin embargo allí tendrán oportunidad de corregir rumbo y por fin aceptar que Encinas, el perredista, es el mejor candidato para el estado de México.
Por lo pronto, Alejandro, con una argumentación contrastante con el mundillo de saltimbanquis de la izquierda electoral, ha anunciado que hará una precampaña para convencer a su partido, el PRD, de la necesidad de formar un frente de izquierda y buscar sin arreglos con la derecha el triunfo en el estado de México. Ya se verá si valen más las negociaciones de los Chuchos en Los Pinos o la fuerza y presión que hará Encinas, con Marcelo Ebrard y AMLO apoyándole, para que el PRD postule a un perredista.
Y, mientras de Chihuahua vienen las nuevas noticias del AH1N1, y la leva disfrazada que por tres años pretende aplicar el gobernador priísta de aquella devastada entidad a los jóvenes que no estudien ni trabajen, ¡hasta mañana, en esta columna que ve apagarse y reiniciarse, alternada e inexplicadamente, el incendio político de las presuntas irregularidades de la administración de Amalia García en Zacatecas, donde pareciera que todo quedará en ajustes menores de cuentas y arreglos políticos en las élites!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario