Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Martes 7 de diciembre de 2010, p. 9
Jesús Ortega Martínez reiteró que será en marzo cuando deje la presidencia nacional del PRD, y no de manera inmediata, como exige un grupo de corrientes pertenecientes al bloque denominado G-8.
Sostuvo: “no voy a perder el tiempo en conflictos internos y en disputas internas que son, aparte de inútiles, aberrantes frente a la población”.
Se mostró sorprendido del rechazo de sus compañeros de partido a las alianzas que ha establecido con el PAN para algunas elecciones estatales, y el anuncio que hicieron de ponerlo a consideración de la base perredista a través de una encuesta.
“De verdad no comprendo esa inconformidad, porque algunos de ellos son parte del gobierno de Gabino Cué en Oaxaca. ¿Cómo oponerse a las alianzas, y luego ser parte del gobierno que surge precisamente de una? Es una actitud esquizoide, esquizofrénica”, señaló en entrevista.
Manifestó que no es tiempo de defender intereses particulares o individuales, sino de atender los problemas nacionales. Pero de cualquier manera pidió a los militantes no caer en provocaciones, ante el amago del G-8 –integrado por Izquierda Social, Izquierda Democrática Nacional, Red por la Unidad Nacional de las Izquierdas, Grupo de Acción Política, Democracia Social, entre otros– de tomar la sede del partido para presionar su salida de la dirigencia nacional.
¿Desbandada?
Aunque no hay fecha prevista para tal acción, desde el domingo personal del partido comenzó a sacar sus cosas, y el estacionamiento ayer lucía prácticamente vacío.
Hasta ahora no hay visos de negociación entre los grupos antagónicos, aunque se mencionó que Ortega se reuniría con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, en busca de una salida, y se vislumbró la posibilidad de que se convoque a la reunión del consejo nacional suspendida desde septiembre.
Trascendió que entre algunos perredistas se comenta que detrás de las diferencias está la disputa por cargos, incluso entre aliados, como ahora ocurre con Nueva Izquierda y Alternativa Democrática Nacional por la secretaría general del partido, cuando se concrete el cambio de la dirección nacional.
Interrogado sobre la promoción que se realiza para expulsar a Jesús Ortega, Marcelo Ebrard se pronunció por que se busque un “acuerdo de unidad”, y confió en que esto se alcance dentro del sol azteca.
Sobre las declaraciones de miembros de ese partido de que podrían tomar las instalaciones del instituto político si Ortega no renuncia, Ebrard señaló que en ése, como en otros casos, el gobierno capitalino “siempre tendrá que vigilar que se respete la ley”.
Con información de Bertha Teresa Ramírez
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