No cabe duda que el político queretano panista, Diego Fernández de Cevallos, sigue siendo centro indiscutible de noticias.
Desde su secuestro en su rancho La Cabaña, el pasado 14 de mayo, según las versiones de los medios, ha sido el ojo del huracán de comentaristas de prensa, radio y televisión. Desde luego que el hecho delictuoso en su contra, puso en movimiento a las autoridades de seguridad pública nacional, las cuales se vieron precisadas a abandonar sus trabajos por petición expresa de la familia para lograr su liberación.
El hecho es que el periódico El Universal, la madrugada del pasado viernes, recibió de parte de un sobrino de Fernández de Cevallos, la noticia de la liberación a que fue sujeto, quien fue diputado federal, senador y ex candidato a la Presidencia de la República y esto ha hecho que se desprendan una serie de consideraciones, supuestos y desmentidos de otros medios, los cuales no han podido corroborar lo asentado en el diario referido.
Independientemente del curso que sigan las investigaciones de la liberación del político, conviene saber qué ambiente rodea a ese hecho. Desde luego lo primero que asoma al entorno político es el hecho de la próxima renovación del Comité Ejecutivo Nacional del blanquiazul. Luego, las declaraciones casi al mismo tiempo de Vicente Fox y del presidente Calderón que apuntan ambas en el sentido de que sería un retroceso que se volviera al pasado, es decir, que volviera el tricolor a ocupar la Presidencia de la República.
Por otra parte, dentro de un clima de frivolidad, se ha magnificado la boda de Enrique Peña Nieto para llamar la atención de la opinión pública nacional, mientras que el priísta Manlio Fabio Beltrones realiza socarronamente viajes por diferentes partes del país y Marcelo Ebrard, anuncia que la izquierda tomará rumbo preciso con las elecciones del estado de México. Total que en un ambiente cargado de movimientos conectado todos ellos con miras futuristas, aparece la liberación anotada de Fernández de Cevallos, que ha sido, como en el lenguaje de la vieja tauromaquia “ave de las tempestades”.
Desde luego que el caso del secuestro de Diego Fernández, no ha perdido actualidad y en caso de que vuelva a aparecer ante los reflectores públicos, atraerá con toda seguridad la atención no solo nacional sino internacional, porque solamente el político podrá aclarar una serie de conjeturas que se han desprendido de su desaparición, no sólo por las cantidades que se pedían por él según los medios, sino por el hecho mismo que su actuación política fue precedida de estremecimientos de sus correligionarios y también de sus adversarios. Es más, se estuvo especulando que había sido puesto en libertad el día 20 de noviembre del corriente, curiosamente el día que se celebra el aniversario de la revolución mexicana, en este año en que cumple 100 años dicho movimiento.
Pasaron muchos días, cerca de 200 desde que se anunció el secuestro del personaje de 69 años y realmente las autoridades respetaron al parecer los deseos de la familia de ser ésta la que tratara los pormenores del hecho delictuoso y en estos días un sobrino como ya se indicó, fue el encargado de comunicarlo al periódico referido, el pasado viernes en la madrugada, hora en la cual era imposible corroborar la noticia por las autoridades respectivas.
Realmente este caso, pone en relieve muchos otros, no de tanto impacto colectivo, pero que se han dado en el clima de inseguridad que vive México y que muchos de ellos no han podido ser resueltos por factores mil, que han puesto a nuestra Patria como insegura y con ausencia manifiesta de medidas que protejan la vida, el patrimonio y la integridad personal de muchos mexicanos, los cuales han sufrido y sufren las angustias de una errática política de seguridad. Esperaremos del curso de este célebre “affaire” en los próximos días.
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