jueves, 7 de octubre de 2010

¡Se proyectó! Por Francisco Rodríguez




A FELIPE CALDERÓN sólo hay que invitarlo a eventos matutinos y a programas radiofónicos que se transmitan antes de la hora de la comida. ’Ora que, si lo que se quiere es un escándalo periodístico –y no información—, el momento perfecto entonces sí es después de los postres… y el coñac.

Primeros en no entender esa suerte de sexenal “regla de urbanidad política” fueron, este último martes, los organizadores del anual convivio del semanario británico The Economist, quienes le tuvieron como orador principal.

Alegre, el ocupante de Los Pinos hizo alusión a “la nube rosa” que le rodea. Va el país a toda máquina, va ganando su guerra, los problemas que logra percibir no son por su culpa, y hasta dijo sentirse “incómodo” por las alianzas que su partido ha entablado con el de enfrente, que alguna vez dirigiera Andrés Manuel López Obrador.

Algo se le ha de haber indigestado cuando comía, un par de horas antes, porque desde ese momento “la agarró” contra quien fue su más fuerte competidor –poco más de medio punto, dice, de diferencia en las votaciones— en las elecciones de 2006.

Porque más tarde, en efecto, en el programa que conduce Salvador Camarena en W Radio –filial de Televisa—, el michoacano despotricó por primera vez en público hacia quien no duda en llamarlo “ilegítimo” e incluso “espurio”. Lo narra así el periódico El Universal, para el que colabora semanalmente el entrevistador:

“- ¿Sigue siendo un peligro para México (AMLO)?, preguntó el periodista Salvador Camarena en la entrevista transmitida anoche (la del martes).

“- Pues ojalá y no... no sé, ojalá se... mira, la verdad, lo dije entonces y lo estoy diciendo ahora, me parece una persona con muchos atributos y muchos defectos, como cualquiera, pero el mayor defecto es que le hizo un daño terrible a México con su campaña de rencor y de odio, antes y después de las elecciones. ¡Y el primer damnificado fue él! ¿Por qué? Porque la gente es sensata, hombre, la gente tiene sentido común, la gente no le gusta eso.

Le gusta a sus fanáticos, le gusta a un extremo súper radical, le gusta a esta especie de feligresía, pero no le gusta al mexicano común que trabaja, lleva a sus niños a la escuela y quiere vivir en paz y tranquilidad. En la medida que corrija eso va a poder sacar a relucir los talentos que como cualquier persona tiene y ojalá le vaya bien en eso, sostuvo Calderón.”

Lástima que esta mañana del miércoles aún no he recibido comentario al respecto del psicoanalista social Lara Peinado, porque él podría darnos luces sobre esas palabras de Calderón. Pero aún y lego como este escribidor es en la materia, no es difícil adivinar en esa perorata un gran rencor, cómo es que el tabasqueño aún lo saca de quicio y, sobremanera, cómo es que se proyecta psicológicamente el señor Calderón.

¿Qué daño le hizo AMLO al país? ¿Fue él quien llevó a cabo la campaña de odio –“de contraste”, dicen los mercadólogos panistas— con la que se enlodaron los comicios de hace poco más de cuatro años? ¿Fue el tabasqueño o los asesores españoles “en imagen” quienes soltaron el rumor de que el ex jefe de gobierno expropiaría las casas de la clase media?

Califica Calderón a los seguidores de AMLO cual fanáticos, y así pretende descalificar a una amplia porción de la sociedad que aún cree –creemos— que fueron los poderes fácticos, domésticos y aún extranjeros, los que impusieron su voluntad en el 2006, pasando por encima de la mayoría de los electores.

Resulta ahora, pues, que a quienes no les gusta vivir sin paz y sin tranquilidad son quienes apoyan a Calderón. Y véase cómo es que este individuo les corresponde: 30 mil muertos de acuerdo a cifras oficiales –bien pudieran ser hasta cuatro veces más—, violencia en las calles, niños asesinados, michoacanos “desaparecidos” simplemente porque sus vehículos tienen identificación o placas de su entidad natal.

De tranquilidad económica mejor ni hablemos. Ha crecido en millones el número de pobres y miserables, el poder adquisitivo está muy por debajo del que había en 2006, se han incrementado estratosféricamente los intereses a los créditos al consumo, y por si fuera poco la fallida Administración que un Tribunal –y los poderes fácticos, insisto— encomendó a Calderón, hinca el diente fiscal sobre el cuello de quienes somos sus cautivos, mientras regala los dineros públicos a los empresarios, financieros e inversionistas que lo llevaron a ocupar Los Pinos.

Se dice por todos lados. El verdadero peligro para México resultó ser Calderón.

Pero como lo entrevistan después de la hora de la comida, muchas veces no se da cuenta –o no se acuerda— de lo que ha dicho. Como eso que también le dijo a Camarena: que “el haiga sido como haiga sido”, lo había dicho antes y no después de aquella fatal elección. ¿De verdad no se acuerda?

No siempre los niños ni aquellos otros dicen la verdad, ¿no cree usted?

Índice Flamígero: Ya pasó más de un mes del informe presidencial (sic). Y en radio y TV siguen transmitiéndose mensajes alusivos. Nada más que no mencionan el nombre del michoacano. Sólo dicen que “en el gobierno (resic) del Presidente (recontrasic) de la República se han…”. ¿Sigue en campaña? ¿Y el IFE? ¿Y el Tribunal que regala resultados electorales?

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