Cecilia Romero recibió una llamada. Le dijeron que no se equivocara; que su candidatura no tenía el apoyo que presume: el del presidente Felipe Calderón. Así fue como su aspiración por la dirigencia nacional del PAN se hundió. Aunque para ella su paso por el Instituto Nacional de Migración no es sino “una línea más” en su currículum, en el más alto nivel del gobierno federal no se evalúa su gestión como ella cree. Su autodestape, a sólo unas semanas de una de las mayores tragedias de migrantes en la historia del país (72 muertos en Tamaulipas) y después de señalamientos de corrupción en la oficina que dirigió, se vio como una frivolidad. Una insensibilidad no de ella, sino de la administración federal y del PAN. Ya imaginaban los titulares no sólo en México sino el extranjero, de donde eran los migrantes asesinados: “Premian con la dirigencia del PAN a señalada por la tragedia en Tamaulipas”. El más contento por la llamada es Gustavo Madero: el retiro de la ex del INM le devolvió el alma al cuerpo.
Luego de la escaramuza entre Calderón, Andrés Manuel López Obrador y la dirigencia nacional del PRD, el balance de la semana parece resumir que el ex candidato presidencial regresa por sus fueros. El jefe del Ejecutivo lo revivió con la ratificación de su eslogan de 2006 (el famoso “Es un peligro para México”), mientras los perredistas del Edomex cerraron semana con la aprobación de las candidaturas comunes para contender con el PAN en 2011. López Obrador ratificó que pedirá licencia al PRD, mientras otros frentes de la izquierda se polarizan: anoche, en el programa Código de Canal 40, Martín Esparza dijo que va con Marcelo Ebrard porque AMLO “ya tuvo su oportunidad”. Para aquellos que creen que el político tabasqueño ya dejó las filas del perredismo, se equivocan: no será ahora cuando pida licencia, si es que la pide. Dará la batalla contra las alianzas en Edomex, primero; después irá por la elección de la dirigencia nacional. Ambas discusiones son un foro que no se piensa perder.
Con una lluvia de reclamos sobre Bernardo de la Garza, titular de la Comisión Nacional del Deporte, cerró el Festival Olímpico Bicentenario. Le reclaman una pésima organización (que casi todos los medios nacionales reseñaron); un gasto injustificado y un efecto colateral que la ciudad no necesitaba: cierres de calles, circulación empantanada, etc. La última estocada la puso Ana Gabriela Guevara. Criticó que trajeran a Michael Phelps y que la gente no tuviera acceso a él o a los deportistas. ¿Las razones de su enojo? Que hasta ella pagó: su regreso a la pista fue deslucido por la mala organización.
Apunte final: El secretario de Educación, Alonso Lujambio, y el director del IMSS, Daniel Karam, firman hoy un convenio de colaboración que busca combatir la obesidad e impulsar una cultura de prevención. La emergencia que vive el país por la epidemia de obesidad ha movilizado a gran parte del gabinete federal. Hoy tendremos una muestra de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario