Tomás Oropeza Berumen
México, 22.08.2010.- A unas semanas de cumplirse el centenario del estallido de la Revolución de 1910-17 el gobierno de Felipe Calderón reconoce que el ejército y la marina son la única fuerza con la que cuenta para sostenerse en el poder. Amenazando con que después de noviembre del 2012, cuando termine su mandato, las fuerzas armadas podrían continuar en las ciudades y montañas del país haciendo la tarea de policía que les impuso violando la Constitución Política Mexicana. Y en el colmo, advierte con establecer nuevos impuestos para sostener el aparato de represión.
Actividad en la que por cierto están muy lejos de triunfar, por la sencilla razón de que ninguna guerra se gana sólo con las armas. Y menos cundo se trata de una guerra civil. Donde uno de los bandos es ubicuo pero no presenta frente, pega y huye, tiene informantes en todos los cuerpos policiacos y castrenses y hasta en las altas esferas del gobierno y la clase dominante, no tiene programa político y se nutre de la pobreza generada por la injusticia del modelo económico capitalista que sólo sirve al interés de una oligarquía mafiosa que ha hundido en la miseria a las grandes mayorías. La guerra es el negocio y el medio para que un gobierno ilegítimo y corrupto como el de Calderón pueda seguir en el poder y deshacerse de sus opositores políticos.
El diálogo convocado por Calderón fue un blof. Igual que el debate para discutir la legalización de las drogas. Hasta el PRI rechazó hacerle el juego y lo dejó plantado en el Casino Militar, donde se llevaron a cabo los Diálogos para la seguridad. Igual el PT, pero no así un sector del PRD.
La crisis del sistema político se profundiza todos los días. Hasta en el PAN ha surgido un sector crítico y más a la derecha de Calderón, el que encabeza el yunquista Manuel Espino, amenazado de expulsión.
La ultraderecha esta alebrestada y este domingo sacó a sus trogloditas a manifestarse en las calles de León, Guanajuato, contra la realización de la Conferencia Mundial de la Juventud, organizada por el IMJUVE, es decir el gobierno. Varios membretes de conservadores, como la Marcha Internacional por la justicia, la vida, la familia y la paz, se expresaron contra los matrimonios de homosexuales y la adopción de estos, así como en defensa de las leyes que castigan el aborto. Criticando a la Suprema Corte de Justicia y al mismo Calderón.
Por su parte en Guadalajara el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez convocó a los católicos a defender la familia frente a las modas del amor libre, los métodos anticonceptivos, el aborto y el divorcio, mientras en las calles de la capital tapatía los neocristeros se manifestaron en defensa de Sandoval, quien enfrenta una demanda del jefe de Gobierno del D.F, Marcelo Ebrard, por injuria. Al mismo tiempo que organizaciones de lesbianas y homosexuales exigían al gobierno de Jalisco respeto a los resolutivos de la SCJN.
En Monterrey, NL, bastión de uno de los grupos empresariales más poderosos del país, los soldados sólo han sido buenos matando estudiantes y torturando a chivos expiatorios.
No pudieron evitar el asesinato del presidente municipal de Santiago, Edelmiro Cavazos Leal a quien encontraron muerto envuelto en la bandera del PAN. Tampoco hicieron nada para impedir cincuenta narcobloqueos en las calles cercanas a los cuarteles de la policía y el ejército, ni un atentado contra instalaciones de Televisa.
Por su parte los empresarios regiomontanos y su gobernador Rodrigo Medina, solicitaron mayor presencia de las fuerzas armadas en la entidad, aprovechando las circunstancias.
En la militarizada ciudad Juárez, Chihuahua, el fin de semana se produjeron varias decenas de muertes dizque vinculadas al mundo del hampa. El miércoles Rubén Reyes Salazar, miembro del Gobierno Legítimo de Andrés Manuel López Obrador y luchador social fue asesinado. En enero pasado su hermana, Josefina, reconocida defensora de los Derechos Humanos fue acribillada. Ambos habían denunciado las atrocidades que comete el ejército en aquella frontera donde el modelo maquilador impuesto por los gringos y los gobiernos del PRI fracasó y generó desde 1964 decenas de generaciones de niños abandonados, familias desintegradas y madres sobreexplotadas.
Juárez, la ciudad más violenta del mundo que seguramente está incluida en las guías del turismo negro con que lucra la agencia Global Exchange Reality Tours, donde los turistas podrán ver los escombros que produjo el primer coche bomba que estalló hace unas semanas en Bolivia y 16 de Septiembre. También podrán ir al Campo Algodonero donde se han encontrado los cadáveres de centenas de mujeres trabajadoras asesinadas por depredadores protegidos por el poder.
Para exigir justicia y castigo a los asesinos de Rubén Reyes, de oficio panadero, se realizaron dos kaminatas contra la muerte, una en Chihuahua, capital, y otra en aquella frontera. En Chihuahua, donde ya van seis de estas marchas semanales encabezadas por el editor de la revista La Gota, Carlos Fong, se sumaron los familiares de Pamela Leticia Portillo Hernández, una jovencita desaparecida hace unos para exigir a las autoridades que la localicen.
La violencia también se ha hecho presente al Sur del país. En las proximidades del municipio autónomo de San Juan Copala, Oaxaca, los paramilitares de la Unión de Bienestar social de la región Triqui (Ubisort) pertenecientes al PRI y protegidos por el ejército emboscaron a 23 activistas que preparaban una caravana que llegaría a la capital del país para denunciar el estado de sitio y cerco que sostiene el gobierno de Ulises Ruiz contra ese pueblo rebelde. El saldo fue de cuatro muertos y un herido, todos miembros del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente (MULT-I).
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