Para evitar que enfrenten procesos en libertad, las autoridades estatales configuraron el delito de homicidio en razón de parentesco.
Mié, 21/07/2010 - 05:22
Al menos 160 mujeres de Guanajuato enfrentan un proceso penal por haber sufrido un aborto espontáneo, cuatro fueron sentenciadas hasta con 29 años de cárcel y otras nueve enfrentan la justicia en libertad condicionada.
La directora del Centro de Atención a la Mujer “Las Libres”, Verónica Cruz Sánchez, documentó los casos y alertó que las denuncias por aborto aumentaron, pues de enero a la fecha se han reportado 30.
En Guanajuato, el delito de aborto se castiga con tres años de cárcel y con la posibilidad de la libertad provisional; sin embargo, para castigarlas con la pena máxima, las autoridades del estado les han configurado el delito de homicidio en razón de parentesco.
“Las Libres” denunció que las mujeres enjuiciadas también enfrentan “hostigamiento judicial”, debido a que los agentes del Ministerio Público las persiguen, puerta por puerta, para saber si nació el bebé o abortaron, además de abusar sexualmente de ellas.
“Las acusan de infidelidad, las tocan en sus partes íntimas y las exhiben como en los tiempo de la Santa Inquisición”, lamentó Cruz Sánchez en conferencia de prensa.
Los cuatro casos de mujeres sentenciadas por homicidio en razón de parentesco sufrieron violencia sexual, no tuvieron acceso a los servicios de salud pública e ingresaron a la cárcel entre los 18 y 19 años de edad.
“Los hombres que las embarazaron no se responsabilizaron, las abandonaron y, lo más grave, testificaron contra ellas”, abundó Verónica Cruz.
Los cuatro casos con condenas de hasta 29 años se presentaron en Valle de Santiago, Guanajuato, San Miguel de Allende y Dolores Hidalgo. Las nueve que enfrentan la justicia en libertad, son originaria de León e Irapuato.
“Como ven, allá (en ciudades más industrializadas) las condenas son de tres años y acá (en zonas del norte del estado) las sentencias son de hasta 29 años, parecidas a las dictadas por genocidio”, detalló Cruz Sánchez.
De acuerdo con el Centro de Atención a la Mujer “Las Libres”, los principales acusadores son médicos que forman parte de la nómina del sistema de salud del gobierno de Guanajuato.
También durante los últimos dos años, “Las Libres” registraron 231 violaciones, cuyos agresores —en su mayoría— aún continúan en las calles.
Los casos de mujeres detenidas por abortar se multiplican.
Uno de ellos es el de Frías, quien pertenece a una comunidad de las más marginadas del noreste del estado. Proviene de una familia en extrema pobreza, no fue a la escuela, no sabe leer ni escribir. Es madre de tres hijos, producto de distintas violaciones que sufrió a lo largo de su vida por un vecino que la atacaba durante las madrugadas. El miedo, las amenazas y la vergüenza influyeron para que se quedara callada.
“… Salí a traer el rastrojo… sentí dolor en la panza, y sentí cómo se me escurría algo entre las piernas. Los dolores eran cada vez más fuertes, me dejé caer encima del rastrojo, comencé a pujar para que saliera… pasé mi mano por su nariz, no sentí su respiración, esperé a que llorara… estaba muerto”, declaró ante la autoridad judicial y la cual aparece en el expediente.
La sentencia, 30 años de cárcel por el delito de homicidio en razón de parentesco o relación familiar en agravio de su menor recién nacida; posterior a ello se interpuso el recurso de apelación, en elque le fue modificada la condena a 25 años. Fue asistida por un abogado de oficio.
Desde 1978, Guanajuato no registra un aborto legal.
En espera de justicia
Edad: 26 años. Rocha es originaria de una comunidad marginada de Guanajuato, proviene de una familia de escasos recursos en la cual había muy poca comunicación. Sin la oportunidad de tener una educación básica, alcanzó a cursar el sexto de primaria. Desde su infancia se dedicó siempre a trabajar para ayudar a los gastos de la casa. Es una mujer muy sensible, sentimental y temerosa. Es madre de una niña de cinco años, quien es su razón de seguir adelante y vive con la ilusión de que pronto se le haga justicia.
Testimonio:
“… Mi novio me abandonó cuando se enteró que estaba embazada, nadie de mi familia sabía; mis papás son muy estrictos y tenía miedo de que se enteraran… ese día en la madrugada tenía ganas de ir al baño y fue cuando se me vino el producto, lo agarré y lo saqué; le pasé la mano para ver si respiraba y me di cuenta que estaba muerto”.
Sentencia:
Condenada a 25 años de prisión por el delito de homicidio en razón de parentesco en agravio de su vástago recién nacido. Se interpuso un recurso de apelación en el cual le confirmaron la sentencia. Fue asistida por un abogado de oficio.
Ingresó a la cárcel el 16 de febrero de 2004.
La falta de dinero
Edad: 26 años. Alarcón es originaria de una de las comunidades más marginadas del noreste del estado. Proviene de una familia de escasos recursos económicos y se dedica al trabajo del campo. Cursó la secundaria. Desde pequeña se ha dedicado a trabajar para apoyar a su familia. Su rostro refleja tristeza, es tímida y muy noble. Aquel día, Alarcón no tenía la información necesaria y todo para ella fue imprevisto.
Testimonio:
“Salí al patio a hacer del baño, sentí mucho dolor y después perdí el conocimiento. Mis papás salieron a buscarme porque ya me había tardado y me encontraron desmayada con el producto muerto entre la piernas…”
Sentencia:
Fue condenada a 29 años de prisión por el delito de homicidio en razón de parentesco calificado con ventaja cometido en agravio de su recién nacida. Posteriormente, se interpuso el recurso de apelación en el cual le confirman la sentencia. Fue asistida por un abogado de oficio, luego por un particular, aunque después ya no se le apoyó por falta de dinero.
Entra a la cárcel el 30 de abril de 2008.
En el hospital me denunciaron
Edad: 25 años. Juárez es originaria de una comunidad alejada y pobre del noreste del estado. Proviene de una familia humilde y sin recursos en la cual también había muy poca comunicación entre padres y hermanos. Siempre trabajó para contribuir a los gastos de la familia. En aquel tiempo era una mujer callada y tímida, con muchas inseguridades. Ahora, dentro de cárcel, trabaja en la cocina la mayor parte del día.
Testimonio:
“No podía decir que estaba embarazada por segunda ocasión, mi familia me amenazó con correrme si volvía a salir embarazada. Un día me sentí mal, pensé que tenía diarrea, fui a la letrina y sentí cómo una bolsa muy grande se me salió; ya en mi cuarto me corté el cordón con una tijeras, mi hermana me vio sangrando y le avisó a mi mamá, quien me llevó al hospital y ahí me denunciaron…”
Sentencia
El juez le dicta sentencia condenatoria a 25 años de prisión por el delito de homicidio calificado en razón de parentesco cometido en agravio de un menor recién nacido. Fue interpuesto un recurso de apelación y en la resolución se confirma la sentencia. Fue asistida por un abogado de oficio, de quien no recibió un buen trato.
Ingresa a la cárcel en septiembre de 2002.
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