lunes, 19 de julio de 2010

El verde olivo y la gran estrategia

• Todos somos Juárez, ¿y el narcoterrorismo…?
• Más focos rojos
Peligroso inicio de semana con las señales de lo ocurrido en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde explotó un coche bomba, asesinando a elementos de la Policía Federal y a civiles, algunos heridos de gravedad. Delicado que justamente el botón llamado “Todos somos Juárez” registre el temerario desafío si toma en cuenta que precisamente esa ciudad ha sido el emblema escogido por Felipe Calderón para demostrar que se pueden recuperar los mentados espacios. Volátil que la “ridícula minoría” haga suya la etiqueta de narcoterrorismo poniéndose para la interesante foto bilateral, en la cual ya circula importante información, estrategia y planes de contención para evitar crucen la delgada línea fronteriza.
Ciudad Juárez, se ha dicho hasta el cansancio en este irreverente espacio, es el símbolo del fracaso de este (des)gobierno.
Ahí donde se han anunciado innumerables programas sociales, de educación, de empleo, de seguridad y cultura, my friend… hoy muy poco se ha llevado a cabo. Ahí donde Margarita y Felipe escucharon las voces de madres agraviadas, molestas y lastimadas de ese Vive México, hoy sigue en el abandono de la agenda integral federal.
El desorden es de tal magnitud que un día se anuncio la salida (por la puerta de atrás) de nuestras fuerzas armadas para darle la plaza a los elementos del titular de la (in)seguridad publica, Genaro García Luna, para después desmentir y señalar que la plaza es responsabilidad conjunta; luego entonces, resultaría que Juárez es la ciudad más (peligrosa) vigilada del planeta. Ahí donde hace escasos cuatro meses fueron ejecutadas tres personas vinculadas al consulado de Estados Unidos, encendiendo los focos rojos que de por sí, amable lector, ya bailaban enloquecidos en los tableros de seguridad nacional.
El atentado del coche bomba que dio la vuelta al mundo, colocando una vez más esa linda imagen de nuestro país, es motivo de ocupación y preocupación internacional, que contrasta con las frivolidades del distintivo sonsonete escupido por Abelardo Escobar Prieto al mencionar que el acto terrorista fue una reacción naturaldel organizado crimen por las medidas emprendidas por este (des)gobierno y que el hecho violento no provocará que se ceda en el combate… bla, bla, bla…
Y para documentar el optimismo (Monsi dixit) de la excelente coordinación en los momentos de crisis, nada como atestiguar el circo demente de declaraciones que sin control soltaban, por un lado el comandante de la Quinta Zona Militar, por el otro, el alcalde de la vapuleada ciudad, y para finalizar el coro de los tres chiflados, el titular de la PGR, desencadenando con tanta información una mayor desinformación… lo que ya es un conocido sello del monumental desmadre de comunicación que se agudiza en momentos de alta tensión donde se carece, of course, de estrategia…
Esa misma que en el rubro al combate contra esa “ridícula minoría”, el recién estrenado titular de Gobernación,Mr. Blake, ha dejado en claro que no cambiará, no modificará y Los Pinos va derecho y no se quita… y nada de solicitudes de actores políticos, de sectores, de cúpulas empresariales, eclesiásticas, ciudadanos, de expertos y analistas en el sentido de que la estrategia de Felipe Calderón debe ser revisada.
Nada de eso.
Es más, Mr. Blake, en su nutrido media road show, expresó que la lucha (ya le dieron flit al término guerra) contra la organizada delincuencia será mas democrática y menos de un solo hombre.
Ahhhhh chinga.
¿Quién será ese jicotillo al que se refirió el secretario de Gobernación…? O mejor aún, pensando mal (something quit easy with these morons)... ¿no será que ya entrados en desgastados gastos se pretende compartir responsabilidad en el fracaso integral de la cacareada estrategia…? Y así dejar huella que el tiradero nacional no fue sólo obra de los civiles, sino también de los… militares.
Y así sentar las bases —hoy que todavía el Congreso no entrega bases jurídicas ni legales— para que llegado el inolvidable momento Kodak pasen a la foto de la historia nuestras fuerzas armadas.
Esa sí, my friend, es una gran estrategia…
Por la mirilla
¿Y Diego Fernández de Cevallos, apá...?
gomezalce@aol.com

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