“A mí los CINCO jinetes
me hacen los puros mandados,
ya los tengo controlados
los vencí a los muy zoquetes”.
“Y quiero ser muy preciso,
para cualquier inversión,
tenga usted la convicción
México es un Paraíso”.
Eso dijo fecal-ron
henchido el pecho de orgullo,
pendiente de algún murmullo
cargado de admiración.
Ayy calderas, date cuenta,
ya no bebas chelas frías,
luego esas alegorías
tu mente insensata inventa.
Para empezar no son cinco,
sólo son cuatro jinetes,
o ya no sirven tus lentes
o la embriaguez te hizo circo.
Ya deja de debrayar
o para el próximo viaje
se empacará en tu equipaje,
bozal, correa y collar.
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