Periódico La Jornada
Martes 20 de abril de 2010, p. 9
Ciudad Juárez, 19 de abril. Para llegar a disfrutar del concierto del grupo de funk jazz experimental Los Músicos de José, algunos de los asistentes a un abarrotado Centro Cultural Paso del Norte tuvieron que pasar varios retenes de las fuerzas federales en las calles de de esta ciudad.
Otros tuvieron que convencer a sus familias de que salir en una ciudad calificada de la más peligrosa del mundo para ver, a las 20 horas, al grupo era casi una necesidad para su salud mental.
“No podemos vivir encerrados en nuestras casas”, dijo el sábado pasado tras el concierto Antonio Luna, de 26 años. “Su música nos ha llenado de optimismo, son magníficos”.
El grupo llegó en la mañana desde la ciudad de México y en todo momento estuvo acompañado por personal de la Fundación Mascareñas, que organizó el concierto.
Opción de entretenimiento
Ésta fue la única opción de entretenimiento para un sábado en una ciudad de oficialmente un millón 300 mil habitantes, que hasta hace dos años estaba llena de lugares de diversión, y donde en los años 40 actores como Elizabeth Taylor y John Wayne disfrutaban del alcohol prohibido en Estados Unidos.
Ciudad Juárez, en la frontera con El Paso, Texas, fue precursora de los casinos de Las Vegas.
“Creo que es el lugar más bonito en el que hemos tocado”, dijo David López, guitarrista del grupo que actúa en lugares míticos como el Joe’s Pub, de Nueva York.
“Tuvimos un gran concierto, pero es una desgracia que el pésimo gobierno que tenemos tome estas decisiones”, añadió al descubrir negocios incendiados, casas abandonadas y restaurantes casi vacíos.
López, uno de los siete integrantes de este grupo, que lleva más de 15 años en los escenarios, se refería a la llamada guerra contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón. Ha dejado más de 5 mil asesinatos en Ciudad Juárez en los dos años pasados y más de 700 en los tres meses y medio de 2010.
Los músicos en una imagen de 2005Foto Francisco Olvera
La gran diferencia que encontró este grupo con sus otras actuaciones fue el público. “A mí me tocó saludar a señoras mayores y a varios niños, se fueron bien contentos”, afirmó Aldo Max (trompeta y teclados).
“Al público lo sentí como muy sensible, sentí todo el problema que vive esta ciudad”, subrayó.
En las casi dos horas que duró el concierto, cada melodía finalizaba con bravos e intensos aplausos. Al final, el público que casi abarrotó el teatro, de excelente acústica y parecido al Metropolitan Opera de Nueva York, se levantó para despedir a Los Músicos de José.
“Muchos grupos ya no se atreven a venir a tocar a Ciudad Juárez”, dijo el dentista Gonzalo Bustos, de 24 años. “Estamos agradecidos porque vinieron, son profesionales de la música.”
Para brindar su concierto a los juarenses, Los Músicos de José tuvieron que enfrentar los temores de sus padres y novias. “Mi abuela me dijo antes de tomar el avión que me cortara la barba para que no me confundieran con los Zetas”, afirmó Ángel Leal (trompeta) en referencia al cártel de ese nombre.
Prometieron que tras el concierto regresarían al hotel y no irían a ninguno de los bares que quedan abiertos en una ciudad, en la que han cerrado más de 11 mil negocios, según la Cámara Nacional de Comercio, y con más de 116 mil casas abandonadas, según el ayuntamiento de Ciudad Juárez.
“Hace tres años, cuando vinimos por primera vez, todo el mundo nos decía que no había nada en Ciudad Juárez, pero llegamos y nos gustó mucho la gente, las energías, hicimos buenos amigos”, afirmó David López.
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