domingo, 11 de abril de 2010

Enganchan cárteles a jóvenes sin casa y los convierten en sicarios: fuentes oficiales

“Nada se hace para combatir de manera real los índices de marginación”, denuncian


El reclutamiento se realiza sobre todo en Tamaulipas, por Los Zetas y el grupo del Golfo


Un militar realiza labores de seguridad pública en China, Nuevo LeónFoto Ap
Gustavo Castillo García

Periódico La Jornada
Domingo 11 de abril de 2010, p. 3
Para engrosar sus filas, los cárteles de la droga, especialmente en Tamaulipas, reclutan muchachos que viven en la calle o en extrema pobreza, quienes a cambio de 500 dólares mensuales y un trozo de piedra (droga sintética) sirven de sicarios en la lucha entre Los Zetas y el grupo del Golfo.

En esa entidad, los narcobloqueos han servido para detectar a grupos de sicarios de ambos bandos que buscan llegar a municipios como Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria y Río Bravo, y que provenían de entidades como Sinaloa, Tabasco, Guerrero, Michoacán y Baja California, donde servían a cárteles como el de Sinaloa, La Familia y el de los Arellano Félix, revelaron funcionarios del gobierno federal.

“Los grupos están sustituyendo a los sicarios caídos y han incrementado su fuerza con niños y jóvenes, aquellos que vivían en la calle o que estaban cometiendo delitos menores, o bien que viven en la pobreza.

“Los chavos que antes podían estar limpiando parabrisas o viviendo de la recolecta de desechos, ahora son miembros de grupos armados. Están ligando un problema de seguridad pública con uno de marginación.

“¿Cuándo se va a terminar con este asunto? Pues nunca, porque no se está haciendo nada para combatir de manera real los índices de marginación y pobreza”, señalaron las fuentes.

La violencia que se genera en Tamaulipas y Nuevo León está afectando también la zona de La Laguna, en Coahuila, así como a Veracruz y Tabasco, por el rompimiento del cártel del Golfo con Los Zetas.

La península de Baja California, así como Río Colorado, Sonora, se ven afectadas por la disputa entre las organizaciones de los Arellano Félix y de Sinaloa.

Aquí, señaló una fuente, se debe advertir que, en la lógica gubernamental, desde hace más de cuatro años se debió terminar con la organización de los Arellano Félix, debido a que sus principales líderes fueron detenidos y uno asesinado por un grupo rival. Benjamín fue capturado en 2004 en Puebla; Francisco Javier, El Tigrillo, detenido en 2006 por autoridades de Estados Unidos, y Ramón, asesinado en Mazatlán, Sinaloa, en 2002.

No obstante, la organización está tan viva que se ha dado el lujo de tener una escisión y que una de las facciones ayude a otro grupo. El cártel se dividió tras la detención de El Tigrillo.
Enedina Arellano y su hijo Fernando Sánchez tomaron el control del “ala histórica”, pero su jefe de sicarios, Teodoro García Simental, se alió con el cártel de Sinaloa y comenzó a disputar la plaza a sus ex jefes.

Aun con esa fragmentación, el grupo de Fernando Sánchez, actual líder de los Arellano Félix, apoya con sicarios a Los Zetas en Tamaulipas.

En Morelos y Guerrero, la muerte de Arturo Beltrán Leyva y la escisión de sus principales sicarios –Édgar Valdez Villarreal, La Barbie; Gerardo Álvarez Vázquez, El Indio, y Sergio Villarreal Barragán, El Grande– ha acarreado la ola de violencia que afecta ambas entidades.

La muerte de Arturo Beltrán provocó que El Grande apoyara a Héctor Beltrán, mientras La Barbie y El Indio tratan de tomar el control de la zona de influencia de sus ex jefes.

Además cada bando ha sumado fuerzas. Los cárteles de La Familia, de Sinaloa y Los Zetas también han participado en la violencia en Morelos y Guerrero.

Uso de pandillas

En Chihuahua, Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, que dirige el cártel de Juárez, se enfrenta a la organización de Joaquín El Chapo Guzmán Loera e Ismael El Mayo Zambada.

En esa entidad ha crecido la utilización de las pandillas del área; por un lado, El Viceroy ha usado –mediante lo que se conoce como La Línea– a Los Aztecas, mientras el grupo de Sinaloa se vale de Los Artistas Asesinos.

En Michoacán, lo que era el cártel del Milenio o Los Valencia en un principio estaba peleado con La Familia, pero han tejido una alianza y han sumado fuerzas con el grupo de Sinaloa para defenderse de Los Zetas.

Según las fuentes consultadas, la violencia en Jalisco y Colima está ligada con la disputa que Los Zetas y los Beltrán Leyva también tienen contra Ignacio Nacho Coronel, líder del cártel de Sinaloa en esa zona.

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