Ricardo Alemán
Itinerario Político
17 de febrero de 2010
La suerte del titular de Gobernación parece echada. Y es que son muchos los indicios de que en la casa presidencial de Los Pinos no lo quieren o, por lo menos, lo empujan al despeñadero.
Todos saben que Fernando Gómez Mont renunció a su militancia en el PAN, en rechazo a las alianzas electorales pactadas por PAN y PRD. No es secreto que dimitió mediante una carta que no sólo ridiculizó al jefe formal de Acción Nacional, sino que evidenció una profunda fractura entre los objetivos presidenciales y su brazo derecho, el titular de Gobernación.
Lo que pocos saben es que “el modito” de la renuncia —vale recordar que en política la forma es fondo—, indignó no sólo al inquilino de Los Pinos, sino a buena parte del gabinete y, sobre todo, a los potenciales presidenciables. En pocas palabras, que luego de su carta de renuncia al PAN, a Gómez Mont se le vino el mundo encima.
Y fue tal el enojo de la casa presidencial que el domingo último llegó a distintos medios una filtración que salió precisamente de Los Pinos, y que el lunes ya era noticia para consumo generalizado. ¿Y cual era la nota? Poca cosa, que el Día del amor y la amistad le mandaron decir a Gómez Mont que debía recordar que negoció con el PRI el “no a las alianzas”, sin informarle al Presidente. En pocas palabras, le dijeron “desleal”.
El descontón fue demoledor para el secretario de Gobernación. Sin embargo, antes que paralizarse tomó la iniciativa y el mismo lunes pactó dos entrevistas periodísticas —con Excélsior y Reforma—, en las que intentó desmontar la especie de una traición o deslealtad política de Gómez Mont a Felipe Calderón. El martes sus declaraciones armaron la escandalera. En efecto, había pactado con el PRI la reforma al IVA, a cambio de que el PAN no pactaría electoralmente con el PRD.
Y si existían dudas, la tarde del mismo martes ofreció una entrevista al informativo radiofónico de Joaquín López Dóriga, al que confirmó no haber incurrido en deslealtad alguna, que desempeñó bien su trabajo y que mantiene su lealtad al Presidente. Y claro, que estará en el cargo hasta que Felipe Calderón lo decida.
Pero más allá de los afanes esclarecedores de Gómez Mont, de los dimes y diretes salidos de Los Pinos y la Segob, lo cierto es que el daño ya está hecho. Sólo el que no quiere ver, no verá que es un hecho contundente el rompimiento de Gómez Mont con Felipe Calderón. Y si tiene cola de pato, pico de pato, patas de pato, podemos suponer que se trata de un pato. Y el pato muestra a Gómez Mont fuera de Gobernación.
EN EL CAMINO
Pero no todo está perdido para Gómez Mont. Viene un rompimiento en la alianza PAN y PRD contra el PRI, que dejaría colgado al PAN. Eso daría la razón al titular de Gobernación.
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