martes, 8 de diciembre de 2009

Yunes: el tiburón del PAN



“Para ganarle a Fidel Herrera, solamente Miguel Ángel Yunes”, dijo hace dos días el coordinador de los diputados panistas en Veracruz, Alejandro Vázquez Cuevas. Lo explicó así: “Fidel es un tiburón de aguas profundas: O lo sacas a la superficie para verlo y poderlo escopetear, o te lleva a su nivel… en donde te va a acabar”. Y por eso, su estrategia es entregar la candidatura a gobernador a otro tiburón. Algunos panistas, como el diputado, piensan que para que su partido crezca en Veracruz deben acostarse con un personaje acusado de depredador: Yunes, director del ISSSTE, viejo priísta, muchas veces señalado, aunque él lo niega, de usar recursos públicos para su promoción. Como Herrera, pero al parecer hay niveles: “Lo que el partido está haciendo es abrir, dentro de su pecera, la jaula de un depredador posiblemente más voraz que Fidel”, explica una fuente panista. “Él [Yunes] es un candidato muy competitivo”, insiste, casi con inocencia, el diputado Vázquez. Tan competitivo, sí, que los militantes locales están a punto de ser brincados. Como Gerardo Buganza. Diputado federal, antes senador, empresario y panista, ha esperado con disciplina la candidatura. Pero la maquinaria de Yunes es abrumadora. Se sabe que él personalmente negociaba con el PRD una alianza… que se cayó el fin de semana. Pero no para allí: Promete ayuda para trabajadores defraudados de Veracruz, brinca por el “uso político de vacunas” en Veracruz, y ya anunció que construirá una clínica-hospital… ¿en dónde cree? En Veracruz. Todo, claro, desde su silla en el gobierno federal.
Agustín Carstens ofreció ayer certezas de que Banxico mantiene su autonomía. Importante, porque a pesar del mal desempeño económico (una caída de más de 7% que no tendrá ninguna nación en el mundo), y aún con el recesivo paquete fiscal del Presupuesto 2010, el país mantuvo firmes variables clave, como el tipo de cambio, las tasas, las reservas internacionales o la inflación. Variables que no dependen, por cierto, de Hacienda, sino de Guillermo Ortiz. La aclaración de Carstens llega cuando a varios economistas les preocupa que el Ejecutivo federal intervenga en el Banco Central con la posible llegada de su principal activo en política económica: Carstens. Les preocupa poner en entredicho la autonomía, pero también porque el desempeño del secretario en la actual crisis, por las razones que sean, no ha sido exitosa. Les preocupa porque, conocida la histórica animadversión del presidente Felipe Calderón contra Ortiz, pesen más los argumentos personales que la urgencia del país. O eso se dice.

Apunte final: No hay manera que el PRD nacional avance en el DF sin negociar. Con todo lo que Rafael Acosta Juanito significó para Andrés Manuel López Obrador, su caso deja en claro algo: que en la capital del país se votan personas y proyectos, no partidos. ¿O alguien recuerda el nombre de la o el candidato perredista para Iztapalapa?

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