Lila Downs borra fronteras, y a la vez, lo que crea siempre tiene raíces en México. La artista binacional percibe México y Estados Unidos desde una particular mirada, fruto de haberse criado en ambas culturas, con madre mixteca y padre estadunidense, y haber vivido en ambos países. Desde ahí ofrece su música. En los dos lugares es una de las más reconocidas intérpretes de canciones tradicionales mexicanas, que las recrea con elementos como el hip hop. También es compositora de temas como La cumbia de mole. Canta en español, inglés y mixteco.
Ahora toma el título de una canción de Carlos Santana, otro destacado artista binacional, para nombrar su actual gira: Black magic woman. Como parte de ésta, el sábado se presentará en la ciudad de México.
En entrevista habló sobre qué aporta hoy en nuestro país una música como la que ella crea: “Ése es el misterio del arte. Está ahí en el momento en que necesitamos mamar de él o ella, de esa dualidad misteriosa de la que artistas como yo somos simplemente parte, pero en realidad eso camina y tiene vida propia; se trata de las voces de diferentes tiempos que se canalizan por medio de uno. Hay momentos en nuestro país en que hemos sido más pro yanquis o más antiyanquis. Siempre hay esa dicotomía: vamos y venimos. Yo, por fortuna, caigo entre los dientes de esa maquinaria y tengo el privilegio de ir y venir, a diferencia de muchos de mis paisanos que no pueden cruzar la frontera tan libremente, y eso crea en mí un diálogo diferente”.
En alto, la identidad
Así, cuando le han preguntado qué se puede celebrar hoy en México, dice: “Es verdad que está cabrón, pero hay muchas cosas en nuestro país que adoro, y que vengo a mi tierra y digo (lanza un suspiro): ‘¡tortilla!, ¡tlayuda!, ¡quesillo!... las cosas que nos mantienen vivos como seres humanos, en la vida cotidiana; eso cómo lo extraño, y se nos olvida que eso también es parte de nuestra identidad. A lo mejor por eso he compuesto temas que nos ponen en alto, como Tierra de luz, en la cual invité a doña Mercedes Sosa (la entrevista se llevó a cabo días antes de que falleciera) a cantar conmigo. Sí, la compuse a mi tierra, Oaxaca, por todo lo que hemos pasado, pero también a toda esta tierra de México, porque es la tierra de luz, es la tierra que nos salva del suicidio, de las cosas oscuras del Occidente. México es muy espiritual”.
La artista, quien vive en Manhattan y el Distrito Federal, y visita a su madre en Tlaxiaco, cree que la generación 10 o 20 años más joven que ella “está ávida de hacer cosas nuevas con el arte tradicional”.
Black magic woman está incluida en su disco más reciente, Ojo de culebra (2008). Pero, además, el nombre de la gira (que se interrumpió porque tuvieron que operarla) viene de que desde hace tiempo quería invitar a Angelique Kidjo y Totó La Momposina a hacer una gira en Estados Unidos. “No coincidimos, y se quedó la idea de hacer una gira con los temas de la magia y de la mujer. Esta canción me ha servido de medicina. Al principio me sentí rara cantándola, pero después me di cuenta de que es como una especie de terapia para mí y también con la respuesta del público lo he notado: una conexión muy fuerte con la canción, sean latinos, gringos o europeos. Me gustan las canciones que unen a los públicos.”
Sus espectáculos suelen tener mucha producción. “Me aburre ser muy austera. Siento que tiene que haber más cosas, para que así sea como: ¡ah!, la experiencia de ir a ver algo que te mueve. A mí sí me gusta el show.” Para el del sábado, el colectivo Tónico Visual grabó besos de parejas.
La gira incluye ciudades en México y Estados Unidos. Se presentará en su ciudad natal, Tlaxiaco, el próximo día 16.
Asomo de censura
Ciertos temas de Downs refieren a la situación social y política de su estado natal, como Perro negro (no se encuentra con la parca/ porque se hizo un trato para gobernar...) Algo extraño pasa con los conciertos agendados en Oaxaca, lo cual la lleva a pensar que haya censura: “Ha habido ocasiones en que la gente dice: ‘vente, Lila, ya tenemos todo’, y de pronto, cancelado. ¿Por qué? No sé, pero más o menos se da uno cuenta. Ahorita no hay libertad en Oaxaca”.
La artista, quien menciona a Calle 13, Concha Buika y Lhasa como la música de hoy que le gusta mucho, fue incluida en el top 10 del reconocido festival Womex y la invitaron a la edición 2010.
Actualmente, ella y su pareja, el artista neoyorkino Paul Cohen, componen las canciones para el musical Como agua para chocolate, basado en la novela de Laura Esquivel, producido por Margo Lyons, con dirección musical de Ted Sterling, que se montará en Broadway en 2010. Es la primera vez que Downs participa en una labor de este tipo. “Coincidimos con el director en crear un lenguaje nuevo y muy propio de la obra. Y que no sea aburrido, que tenga canciones que sean un poco como La cumbia del mole. Es lo que nos reiteran: quieren que el público baile y cante, que tenga ese sentido popular.”
Además planea grabar con un mariachi femenil, con integrantes de entre 14 y 21 años, de El Paso y Ciudad Juárez. “Esa región necesita mujeres fuertes que demuestren su independencia, su autonomía.” Luego vendrá un disco de boleros de América Latina.
El día 10, a las 20:30 horas, estará en el Salón José Cuervo, con Paty Piñón (percusión), Leo Soqui (acordeón), Rey David Alexander (trombón), Luis Huerta (batería), Jesús Mendoza (bajo), Ángel Chacón (guitarra) y Celso Duarte (arpa y violín).
Tania Molina Ramírez
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