viernes, 28 de agosto de 2009

Felipe sala su infomercial

Astillero

Julio Hernández López



En el colmo de la impericia política, Felipe Calderón se ha enredado en su propia fiesta anual de autoestima facturada. Sometido a la magna soberanía de otras cámaras, las de la televisión, al peligroso aprendiz de Los Pinos le pareció fácil programar para el primer día de septiembre, por la mañana (las invitaciones oficiales ya habían comenzado a ser entregadas), un rodaje particular en los foros de Palacio Nacional para informar a un público conformado por amigos, empleados, familiares y extras de lo que supuestamente ha hecho ese actor felipín durante un año trágico en muchos sentidos. Nomás que a los organizadores de la muy discutible celebración se les olvidó que existen Constitución y Congreso de la Unión (no todo ha de ser tiempo televisivo triple A) y los lobos priístas que están por tomar el control de la cueva de San Lázaro se aprovecharon de los ridículos errores de los corderitos pinoleros (aparte de citar a los legisladores federales a un informe en Palacio en el que se enterarían de lo que horas más tarde les sería entregado por escrito en la sede de la Cámara de Diputados, se les pedía que llegaran al inmueble histórico con una hora de anticipación y con credencial del IFE para que se identificaran). La pifia significó para el PRI un primer triunfo de su bancada dominante aun antes de instalarse, y para Los Pinos una nueva muestra de que todo lo que toca lo sala (sus propios proyectos en primer lugar, desde luego), a tal grado que, finalmente, la fiesta privada de presentación pública del informe, que en realidad será un infomercial, se dará en los estudios de Palacio Nacional el día 2, luego de que por la tarde del primero se hayan cumplido los detallitos que a los estrategas del salero se les habían olvidado. Total, se ordena la hechura de otras invitaciones oficiales, y ya.

Las aguas salinas que ya han comenzado a irrigar las parcelas nacionales utilizaron ayer una vertiente alterna para dar cauce a uno de los buches amargos que ningún partido quiere hacer por sí mismo pero que forma parte de las ideas compartidas de manera vergonzante por la cupula pripánica: el IVA a alimentos y medicinas. Claudio X. González, el conocidísimo ramal empresarial del salinismo, ha asomado al foro para proponer, como dirigente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, que se comience con un 3 o 4 por ciento el cobro de ese impuesto en los ramos delicadísimos del comer y la salud. Es un error muy grave que no se instaure tal tributo, pues le resta capacidad de competencia al país y acaba beneficiando a los más ricos, cosa que es inaceptable para un líder proletario gortarino. Por tales motivos, el dirigente empresarial guerrillero comenzará en pocas semanas una campaña de difusión y debate sobre las ventajas de ir explorando el tal IVA en los rubros mencionados. Primero sería una puntita fiscal, el 3 o el 4 por ciento, y luego se iría ajustando a través del tiempo, según las circunstancias lo permitan.

Por lo pronto, el jefe Salinas, a través de una de sus oficinas declarativas alternas, trata de abrir el camino a ese tema hacendario espinoso, para que luego los diputados escuchen el clamor empresarial y, aunque no sea lo que ellos quisieran, se puedan sacrificar aprobando la mencionada extensión del IVA (los panistas en vías de ocupar curul ya dijeron ayer, por voz de César Nava, luego de visitar en Los Pinos a Felipe Calderón, que está descartado el citado impuesto). Pero ha de aceptarse que de algo ha de financiarse la nueva República de Agualeguas, cuyo presidente en funciones mucho habrá de esforzarse para que se capten recursos y luego se repartan entre los allegados. Por lo pronto, el precandidato presidencial, Quique Peña Miento, está solicitando fondos de campaña, aunque estos oficialmente vayan etiquetados como recursos para obras sociales, en especial para la atención de los adultos de la tercera edad. Los requerimientos electorales del precandidato gaviotón seguramente serán atendidos por Luis Videgaray, quien era su secretario de Finanzas en el gobierno del estado de México y ahora está perfilado para ser el presidente de la comisión diputadil federal encargada de definir los presupuestos.

Los tintes políticos en la violencia criminal se multiplican en el país. En Guerrero van subiendo de tono las voces que desde el día del asesinato de Armando Chavarría dirigieron sus primeras especulaciones airadas a la casa del gobierno estatal. Zeferino Torreblanca (Torre Roja, se escribió aquí en aquella ocasión) es el principal beneficiario de la desaparición física de un adversario que le iba arrebatando la posibilidad de postular candidato perredista a la sucesión. Pero, además, la estructura del poder estatal no ha hecho más que faenas forenses descuidadas y declaraciones sin sustancia, mientras uno de los hijos de Chavarría ha dicho abiertamente que el gobernador de Guerrero es corresponsable del crimen político por haberle retirado la escolta oficial (durante años, Chavarría fue secretario general de un gobierno cruzado por peligrosos intereses delincuenciales). El nuevo timbre de preocupación política se ha dado en un municipio de Jalisco, donde Maximiano Barbosa y su hijo fueron atacados con armas de fuego por personas hasta ahora no identificadas por las autoridades. Político bravío, metido en conflictos varios, Barbosa fue fundador de El Barzón, la peculiar organización de defensa de deudores que ahora pareciera destinada a potenciarse cuando en el horizonte hay signos de tormenta económica peores que los del momento en que apareció la resistencia barzonista.

La tragicomedia nacional mantiene en uno de sus puntos más lamentables el caso de quien ya se convirtió en Juanete de las políticas pedestres de izquierda y que ahora se declara más popular que su creador quien, a su vez, desde andanzas oaxaqueñas, da a conocer su esperanza de que el ente hechizo no sucumba al canto de las sirenas.

Y, mientras se cierra el negocito de la compra de vacunas contra la influenza, mismas que nomás servirán a 50 por ciento de los usuarios, ¡feliz fin de semana!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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