Karina Avilés
Alrededor de 60 niños, casi una tercera parte de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México (OSIM), fueron llevados al hospital con “quemaduras de retina, córnea y lesiones de primero y segundo grados en la piel” –aseguraron los menores– luego de una presentación, fuera de programa, para el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Alonso Lujambio, en el patio principal de la dependencia, donde estuvieron expuestos a un sol que caía a plomo y a intensas luces de los reflectores.
El concierto para el titular de la SEP se efectuó el pasado sábado entre las 11 y 12 horas. Ante el problema, Lujambio se presentó por la noche en el Hospital Dr. Luis Sánchez Bulnes de la Asociación para evitar la Ceguera en México, donde, según el testimonio de los niños enfermos, les puso “gotitas en los ojos” y luego les regaló pizzas.
Tanto los niños afectados como integrantes del equipo de la orquesta señalaron que el responsable directo de los hechos es el director del Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM) y director de la OSIM, Enrique Barrios, por ser quien determinó llevarlos a una presentación que ni siquiera formaba parte del programa, y no tomar las precauciones debidas, como la instalación de un toldo para evitar la exposición al sol. Uno de los maestros de la orquesta simplemente resumió: “los quemaron”.
Eduardo Manrique, de 15 años, y Addi Corpus Ramírez, de 17, contaron que, para empezar, su participación en la SEP no formaba parte de las actividades oficiales de su 14 gira nacional, como se evidencia en el programa de la misma, cuya copia tiene este diario, en el que únicamente se incluye un concierto el viernes 31 de julio a las 20 horas en la Sala Nezahualcóyotl y, otro más, en la sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes, a las 18 horas, el sábado primero de agosto.
Sin embargo, en entrevista, el director de la OSIM, Enrique Barrios, aseguró, entre otros señalamientos que se contradicen con los testimonios de los niños, que “dentro de la programación de actos teníamos planeada una corta presentación en el patio principal de la SEP”.
Lo cierto es que el relato de los integrantes de la orquesta indica que un día antes les avisaron que tenían que acudir a la SEP para hacer una demostración frente al secretario Alonso Lujambio, con el propósito de explorar la posibilidad de que la orquesta fuera incluida en la programación de los festejos del Bicentenario.
Así, el sábado pasado los 160 integrantes de la OSIM llegaron “como a las nueve de la mañana a la SEP. También habían citado a un coro. Empezamos a ensayar, no había sol, luego empezó y cuando llegó el secretario (Lujambio) nos repartieron unas gorras y empezó el concierto... El sol caía a plomo. Fue bajando desde las percusiones, los metales y las cuerdas, hasta que llegó a la mera cabeza del director”, refiere Addi Corpus, quien se libró de ser afectado.
Miriam Villafuerte, percusionista, contó que el concierto estaba en pleno alrededor de las 12 horas, y señala que el tiempo que estuvieron expuestos fue de cerca de dos horas, porque primero fue el ensayo y luego el concierto, donde tocaron el Himno Nacional, el Huapango de Moncayo, el primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven, el Danzón Número 2 de Arturo Márquez, Cubanerías, Mambo y, luego, “repetimos el Himno con una tonalidad y luego con otra”. Sin embargo, el director Barrios dijo que sólo “fueron cinco piezas breves”.
Eliub Ricardo Ortiz León, un joven que se veía muy afectado, con grandes parches en ambos ojos y cuya madre, Petra León, viajó toda la noche en autobús desde Oaxaca al Distrito Federal para saber qué le pasó a su hijo, dijo que en el concierto “había demasiados reflectores y lo que nos dijeron anoche (en el hospital) fue que nos entró directamente la luz”.
En el mismo sentido, Diana Badillo Sánchez, de 14 años, quien mostraba fuertes quemaduras en el rostro y tenía los ojos parchados, expresó que “la luz artifical se reflejaba en las partituras, además de que en el concierto me tocó el sol. El secretario agradeció al final y yo me salí porque ya no soportaba; mi compañero de al lado se desmayó, luego se me nubló la vista, la piel se me quemó”.
Eduardo Manrique, con los ojos cerrados y quien dijo que los médicos del hospital le señalaron que tenía quemadura de córnea, intentó contar a este diario otros detalles; sin embargo, una persona que se dijo médico del Seguro Social, se lo llevó y, luego, tomó del brazo y por la fuerza a la representante de este diario para sacarla de las habitaciones de un hotel en Reforma en donde mantenían a los niños más afectados.
Otros de los menores de plano se encontraban en las habitaciones, con los ojos cerrados o parchados, con dolores intensos, la piel quemada, sin poder soportar ningún tipo de luz, tendidos en las camas. A Luis Arturo Cornejo, de 16 años, le dijeron en el hospital que “tenía quemadura en los ojos, que poco a poco iba a volver a ver; en tres o cuatro días”.
Los menores refieren que las partituras blancas actuaron como reflejantes de la luz, por lo que al ver directamente las hojas sufrieron el daño, además de que los reflectores artificiales, en la opinión de la mayoría, causó otros estragos.
Al término del concierto en la SEP fueron llevados a su hotel. Ahí comenzaron varios con ardor de ojos, dolor, irritación, lagrimeo y, pese a ello, el director no detuvo el programa y los niños fueron trasladados a la sala Blas Galindo, donde los menores refieren que estalló la situación. Hubo varios pequeños que comenzaron a llorar, otros no podían ver casi nada y fue gracias a la intervención de Sergio Ramírez Cárdenas, quien hasta hace poco dirigía la orquesta, que los niños dejaron de tocar.
Ramírez Cárdenas, según los niños, los invitó a que salieran del concierto si se sentían mal. De ahí, alrededor de 60 menores fueron llevados al nosocomio.
Barrios apuntó la responsabilidad hacia “algo especial (que) había ayer (el sábado), diferente, no en el tratamiento a los niños, sino en el ambiente”, y eso fue lo que los afectó.
Aunque la mayoría de los menores recibieron atención hasta la sala Blas Galindo, es decir, entre cinco y seis horas después, el director de la OSIM dijo que los “niños son el futuro de México y los tenemos que cuidar de esta manera”.
El reporte ambiental
De acuerdo con el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México, en la semana del 26 de julio al 2 de agosto los niveles máximos de ozono en la zona centro del Distrito Federal fueron los siguientes :
Domingo 26 de julio, 80 IMECAS
Lunes 27 de julio, 55 IMECAS
Martes 28 de julio, 52 IMECAS
Miércoles 29 de julio, 115 IMECAS
Jueves 30 de julio, 84 IMECAS
Viernes 31 de julio, 80 IMECAS
Sábado 1º de agosto, 95 IMECAS (regular)
Domingo 2 de agosto, 15 IMECAS
El miércoles 29 de julio fue el único día que el sistema de monitoreo señaló que podía ser causante de efectos adversos a la salud de la población, en particular los niños y los adultos mayores con enfermedades cardiovasculares y/o respiratorias como el asma.
En seis días la calidad del aire en la zona centro fue regular y ayer domingo fue buena.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
La historia de la familia Ramírez es casi como de película. El matrimonio Ramírez compuesto por Enrique Ramírez Miguel y María Villalón...
-
El encargado de despacho de la PGJEM, Alfredo Castillo, explicó que el cuerpo de la niña tardó en emitir un olor fétido debido a que su cue...
-
El voto de castigo. Cartón: Rocha MÉXICO, D.F. (Proceso).- México es un claro ejemplo de la indisociable relación entre una demo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario