Pasadas las elecciones el gobierno buscará elevar ingresos al gravar alimentos y medicinas, anticipan
Ello implicará que compañías y personas dispongan de menos dinero, lo cual es contraproducente
Roberto González Amador
El gobierno de México perdió capacidad de acción para hacer frente a la mayor crisis que ha experimentado la economía mexicana en siete décadas, mientras los costos de la recesión se cargan del lado de los trabajadores, opinaron analistas económicos y financieros consultados por La Jornada.
“La peor parte de la crisis se va a expresar en el mercado laboral”, dijo Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’sEconomy. En el recién iniciado segundo semestre se recrudecerá el cierre de empresas y es de esperar, dijo, la pérdida de otro medio millón de empleos hasta el cierre del año. “Con la economía cayendo al ritmo actual no es posible esperar otra cosa”, dijo.
La respuesta del gobierno federal en el segundo semestre de 2009, una vez pasada la elección intermedia, será buscar elevar sus ingreso mediante una propuesta de reforma fiscal que incluya gravar el consumo de alimentos y medicinas, hoy exentas, estimó Ernesto Kurczyn, analista de Banamex, también en declaraciones a este diario. Una apuesta que en momentos de recesión consideró arriesgada. “Vemos difícil que por el lado de la política fiscal se impulse la economía”, mencionó.
Crecimiento hasta 2011
¿Y el crecimiento económico a un ritmo como el anterior a la crisis? “En 2011”, respondió Adolfo Albo, director de estudios económicos de BBVA Bancomer.
Los tres especialistas coincidieron en que, una vez pasada la elección de medio término del próximo domingo, el Ejecutivo hará pública una propuesta de reforma fiscal. Con algunos matices, también creen que por ahora la capacidad de la política fiscal y de la política monetaria, a cargo del Banco de México, para estimular un mayor crecimiento son limitadas.
“Ya no se espera que el estímulo fiscal puesto en práctica este año por el gobierno federal haga algo en contra de la recesión”, comentó Coutiño. “Es tarde ya para pensar en un milagro de ese tipo, lo que está por verse es si realmente esas medidas logran reducir la velocidad de la caída en el tercer trimestre y en adelante”, añadió.
Coutiño apuntó que mientras la política de estímulo fiscal fue limitada, la parte monetaria que se expresa en las tasas de interés que fija el banco central, fue incluso una causa del menor crecimiento. “La reducción de tasas de interés por el banco central no se sincronizó con el estímulo fiscal”, dijo. Recordó que Hacienda puso en práctica medidas de apoyo a la actividad económica desde octubre de 2008 y el Banco de México no comenzó a bajar las tasas sino hasta inicios de 2009 “y de una manera tímida y titubeante”. Aquí la tasa de referencia del banco central bajó de 8.25 en diciembre a 4.75 en junio. Pero en Chile, mencionó, lo hizo de 8.25 a 0.75 por ciento en el mismo periodo.
“La consecuencia para México de la política impuesta por el banco central fue que la economía, a pesar de haber estado cayendo en la primera mitad del año, continuó frenada por las condiciones monetarias en el país. En una situación de recesión y de crisis, las condiciones monetarias fueron restrictivas, lo cual impuso un freno adicional a la actividad economica”, consideró.
Alfredo Coutiño anticipó que “desafortunadamente el mercado laboral es el que va a llevar la peor parte de la crisis, como en las crisis anteriores”. La pérdida de empleo este año va a continuar y va a andar entre los 800 mil y un millón de plazas canceladas. Hay empresas, mencionó, que han sobrevivido los primeros seis meses de una u otra manera, pero muchas de ellas están a punto de cerrar, ya no pueden soportar los costos de los primeros seis meses y van a tener que recortar empleo. Es irónico, consideró: la caída de la economía se atenuará, pero el mercado laboral se va a seguir contrayendo.
Sergio Kurczyn, de Banamex, opinó que en las últimas semanas la Secretaría de Hacienda tuvo “un cambio de línea” en cuanto a la actuación de la política fiscal para estimular la economía. “Mientras al inicio del año quería impulsar el gasto público, hace un mes anunció un recorte del gasto por los temores de que los mercados se pusieran nerviosos por los hoyos fiscales y que las calificadoras fueran a bajar la calificación de la deuda soberana de México”, comentó,
Seguramente después de las elecciones, estimó, el gobierno va a presentar un proyecto de reforma fiscal que fortalezca las finanzas públicas en el mediano plazo y “mande la señal” de disciplina fiscal a los mercados y calificadoras. “Pero el gobierno no debería ahondar en un recorte del gasto público en estos momentos; ya de por sí nos parece arriesgado lo que hizo de recortar el gasto en medio de la recesión”.
Consideró que el gobierno panista buscará, después de la elección, un acuerdo con el Partido Revolucionario Institucional para una reforma tributaria “que tal vez consista en ampliar el IVA a los alimentos y medicinas, junto con algunas otras cosas”. Opinó que un cambio fiscal de este tipo implica mayor recaudación y por tanto menos dinero disponible para empresas y familias “y en medio de la recesión es justo lo contrario lo que se debe hacer”. Por ello, estimó que los cambios serían aplicables a finales de 2010 o en 2011.
–¿Entonces, la capacidad del gobierno de generar acciones de crecimiento es limitada?
–Es muy limitada y ya estamos tarde para desarrollarla en mayor medida. Sólo podría hacerse a través de aumentar el gasto en proyectos que no fueran de infraestructura sino de gasto corriente, que tienen efecto inmediato, pero eso significaría ir en contra de lo que se acaba de anunciar de reducir el gasto público y no creo que lo vayan a hacer.
“La recuperación de la economía va a ser lenta”, explicó Adolfo Albo, de BBVA Bancomer. En 2010, consideró, regresará a las tasas positivas, pero a un nivel bajo. “Esperamos que la economía retome su potencial, es decir, tasas próximas a 4 por ciento, hasta 2011”.
El especialista añadió que una vez realizada la elección, es necesario que se trabaje en sacar adelante reformas legales que impriman una mayor competitividad a la economía. “La más importante es en el terreno fiscal, en su sentido más amplio, pero también hay temas de seguridad, servicios públicos, regulación, entre otros, que deben ser atendidos. Todo ello mejora la productividad y va apoyar la recuperación”.
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