Columna Asimetrías. El Verdadero Destinatario de Calderón

Por Fausto Fernández Ponte



04 junio 2009
ffponte@gmail.com


“Felipe Calderón no vive en la realidad: le propuso a los salvadoreños que imiten su imaginario programa contra la pobreza en México”.
Marina Arias.

I

Al arribar Felipe Calderón al recinto en donde asumiría Mauricio Funes la Presidencia de la República de El Salvador, éste escribidor vió que el mexicano fue abucheado por algunos de los presentes, quienes le gritaron “¡Fraude! ¡Fraude!”

Don Felipe ignoró los gritos. Pero esa actitud al parecer indiferente no ocultó sus reacciones, visibles apenas en la contracción muscular de su rostro. Más el propósito de ese abucheo trascendió el ámbito de la denostación misma, devenida de la rabia.

Y al trascender ese ámbito accedió a otro estadio, el de la fehacencia histórica de lo ocurrido ese 2 de julio de 2006, inicio del hito --o etapa-- del decurso mexicano hasta hoy. Nuestro presente es ominosamente excepcional, de interdicción civil muy grave.

Ese es el apogeo de un proceso de degradación institucional del modelo político mexicano, iniciado hace ya muchos sexenios, desde el de Miguel Alemán (1946-52), pero acelerado en los últimos 29 meses a partir, preciso es señalarlo, de ese 2 de julio.

En pos de esa meta --la de alcanzar el ápice de la pirámide del “coup d´État dado con esa elección de 2006 por una facción ideológicamente obsesivo-compulsiva del poder político del Estado— se fueron sucediendo los golpes de fuerza, hasta hoy.

En esos afanes golpistas, el Presidente de Facto ha estado muy atareado en los últimos meses, elaborando improvisadamente mensajes de violencia pseudolegal a muchos destinatarios cuya identidad es inferida y, y por ello, supuesta.

“Se trata de mensajes dirigidos a Chana para que los entienda Juana”, escribe la leyente Arias, quien añade: “Las acciones contra el “narco” son menajes dirigidos en realidad a otros destinatarios: el pueblo de México...

II

“Los “operativos” del Ejército y la Armada, la vieja y nueva policía federal y la Procuraduría General de la República y las detenciones ilegales en masa de funcionarios elegidos de gobiernos de los Estados y municipios y policías locales, son en avieso.

“Yo soy una mexicana que cree que esas acciones no tienen por propósito el declarado por el mandatario espurio, sino otro, indeclarado, pero muy evidente: mntener aterrorizada a la población, en perpetuo estado de “schock” …

“Y mantener también aterrorizada a las fuerzas sociales y políticas a las que el descontento provocado por la severísima crisis económica que podría mover a acciones organizadas de reivindicación orientada a promover un cambio de fondo…

“Puede decirse que don Calderón (sic) esgrime el proverbial garrote contra los propios mexicanos para que éstos sepan que si se alebrestan ya saben de antemano cuáles son (serían) las consecuencias (de ello). Desatar el terror para control de la población”.

La leyente Connie Cardenal, quien informa leernos en “El Mexicano”, de Tijuana, B. C., coincide: “Yo, que no soy delincuente (o “narco”), vivo en el terror de que allanen mi morada y me detengan bajo sospechas de haber cometido delitos prefabricados…

“Como abogada litigante estoy horrorizada cómo retuercen la filosofía del derecho constitucional y reglamentario, las premisas y los silogismos que dan vida a los preceptos de éste, y los derechos y las garantías individuales y sociales…

“Lo que más me sobrecoge y me preocupa es que el Presidente Calderón sea abogado, egresado de la Escuela Libre de Derecho, con una tradición, conservadora, de hacer prevalecer no sólo la letra, sino acentuadamente el espíritu de la Ley…

III

“Estoy convencida de que eso es precisamente lo que busca el Presidente Calderón: intimidarme, amedrentarme, obligarme a adoptar una conducta sociopolítica pasiva, a conformista, someterme a los cánones que dimanan de su gobierno…

“Todas las acciones (realizadas por el gobierno) en materia de seguridad pública no tienen nada que ver con ésta. Son acciones cuyos objetivos son obscenamente políticos, pero disfrazados de otra cosa. Para mì (que) eso es dictadura…

“El Ejército y la Armada, así como la policía federal, hoy bajo nueva guisa y más atribuciones legales que dudo de su constitucionalidad) asedian y han tomado, ocupado militarmente a México, como si éste país fuera territorio por conquistar”.

Prosigue la abogada Cardenal: “Aquí en Tijuana simplemente no hay ley, con lo que quiero decir que el marco jurídico carece de vigencia real en la vida cotidiana, social o individual. Prevalece la ausencia del estado de derecho mínimo”.

Y concluye: “La ley que se invoca y se aplica como norma de convivencia civilizada es la las fuerza armadas del crimen organizado y del Ejército, enfrentadas entre sí en una puja en la que las víctimas somos los que conformamos la población civil…

“Es un estado de excepción e interdicción civil que bajo imperativos excepcionales de fondo y forma se priva de facto de derechos civiles a la población, invocando el dictador definiciones sofistas de preceptos legales sinprimacía constitucional”.

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