Molinar, el chef. Carlos Loret de Mola

Juan Molinar es un buen chef



Juan Molinar es un buen chef. Los fines de semana es común encontrarlo tocando los ojos de los pescados para verificar su frescura, oliendo las especies para imaginárselas en un sartén, mordiendo un trozo de queso que acaba de importar su proveedor al que saluda por nombre.

En el mercado de San Juan lo conocen desde antes de que saliera en la tele. Ayer les dio gusto saber que su cliente de toda la vida fue nombrado secretario de Comunicaciones y Transportes.

En política, sin embargo, no tiene fama de ser el paciente cocinero que aguarda la cocción. Más bien lo conocen por “entrón”, por bravo. No el que decora el postre, sino el que rebana el cochinillo.

Con su designación, el presidente Calderón apuesta por un cercano, un amigo, un hombre de confianza, pero que no emana del microondas de Los Pinos. Molinar tiene trayectoria propia, panista de peso, que le ha apoyado en distintos momentos, que fue de su “cuarto de guerra” en campaña.

¿Cuánto sabe Juan Molinar de comunicaciones y transportes? Nada.

Y ese es justo el mensaje: el Presidente, al encomendarle recoger el tiradero que quedó en el sector telecomunicaciones, deja claro que ahí la bronca es política y manda un político para intentar resolverla; uno de mano dura, por si se ofrece.

Pero ese es un tema de la élite. La otra tarea del nuevo secretario de Comunicaciones es mucho más importante para la gente: será el encargado de sacar a los mexicanos de la crisis.

El programa antirrecesión del gobierno federal está basado en el gasto en infraestructura. Y ese lo ejerce la SCT. Son miles de millones de pesos para generar empleos y reactivar la economía. Miles de millones de pesos que serán liberados y orientados, en año de comicios, por Juan Molinar, también uno de los más eficaces operadores electorales que tiene el PAN.

SACIAMORBOS

Estará pensando que mejor hubiera resuelto la bronca con ella como le hizo un ex secretario de Gobernación: por la vía de la Judicial.