22 de marzo. Después de la medianoche, en los primeros minutos de este día, se dio a conocer que el empresario Mario Alberto Palacios había vencido con tan sólo 24 votos de diferencia --y en una segunda vuelta— al exdirigente Óscar Estrada en la contienda por la candidatura panista para jefe delegacional de Benito juárez: 280 a 256.
Al conocer el resultado, sin embargo, no hubo festejos por parte de los seguidores de Palacios, en parte por prudencia, pues la jornada había transcurrido en medio de denuncias de los seguidores de Estrada acerca de irregularidades como inflamiento del padrón de militantes e incluso gritos de “fraude”. Pero también porque, como comentó alguien cercano a Palacios, el resultado no fue enteramente satisfactorio, pues esa fórmula perdió frente a una alianza la candidatura a la diputación local por el distrito 17, el más panista de la capital.
De hecho, el triunfo de Federico Manzo como candidato por ese distrito calmó el enojo de los seguidores del autonombrado TUCOPP (Todos Unidos Contra la Pareja Presidencial), una alianza que apoyó a Estrada entre exprecandidatos a la jefatura como Alfredo Vinalay y Paula Soto. Desde hace días, el TUCOPP había denunciado que, con el apyo de la estructura oficial del partido, se operó un “inflamiento” del padrón para favorecer a Palacios y los respectivos candidatos de esa fórmula a diputados locales por los distrito 17 y 20. La acusación subió de tono cuando, al acudir a emitir su voto, el propio Estrada acusó que Gabriel Gómez del Campo, hermano de la dirigente capitalina, estaba involucrado en esas irregularidades.
Pocos imaginaron que la jornada electoral panista para elegir al candidato a jefe delegacional de Benito Juárez tuviera resultados tan estrechos entre un candidato y otro. Desde las 18 horas, un nutrido grupo de militantes aguardaba en el Parque de los Venados, el resultado del conteo de votos con la esperanza de que se dierann a conocer de manera pronta; sin embargo el desenlace se alargó por seis horas más debido a que votantes confundieron urnas y depositaron boletas en urnas que no correspondían.
A las 19 horas el conteo de votos determinaba que Mario Palacios tenía una diferencia de 9 a 10, es decir, del 2 por ciento. Según datos preliminares, el cómputo dictaba que Palacios aventajaba con 330 votos por de 300 de Estrada. Pasadas las 8 de la noche a Palacios sólo le faltaban cuatro votos para ganar en primera vuelta y 17 boletas seguían traspapeladas. Finalmente, Palacios se quedó a un sólo voto de ganar en primera vuelta.
En el conteo de la segunda vuelta aparecieron 193 votos que por mal llenados fueron anulados. Resulta que los votantes se confundieron porque debieron llenar tres opciones que cruzaban posibilidades entre los tres precandidatos (el tercero era Jorge Cruz, que quedó fuera de la contienda desde la primera vuelta), y sólo cruzaron una de las opciones. Así que de los más de 700 militantes activos que acudieron a votar ) lo que equivale al más del 70% del padrón, el resultado final fue decidido por 536 votos: 280 a favor de Mario Palacios y 256 para Óscar Estrada. Algunos presentes expresaron que ni el propio Palacios se imaginaba que sería una contienda reñida, pues “el creía que iba ser de lo más fácil y que la iba a ganar con una gran ventaja”.
( Pinches panistas : Tan poquitos y tan tranzas...)
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