Convertida en enorme y efectiva maquinaria clientelar y manejada como coto de poder y financiamiento, la delegación Iztapalapa, la más pobre y la de mayores problemas en el DF, es también fuente de poder y riqueza. El grupo político de Nueva Izquierda (NI), con el senador René Arce a la cabeza y su hermano el diputado Víctor Hugo Círigo como operador, controlan el principal bastión perredista en la ciudad y están en disputa con otros grupos del PRD que intentan penetrar su coto.
Y en defensa del coto, todo se vale. El reparto de despensas es táctica favorita de Arce y Círigo, y para ello tienen toda una red de distribución y entrega en colonias y distritos de Iztapalapa, donde reparten víveres etiquetados como programas públicos del GDF, a cambio compromisos de voto a favor de precandidatos de NI a diputados y a jefe delegacional, a elegirse el próximo domingo, y en la que es precandidata Silvia Oliva, ex esposa de René Arce.
Un video en poder de esta columna muestra a Círigo en una entrega masiva de despensas, en los primeros días de febrero pasado, en un salón de fiestas de la colonia Santiago Acahualtepec, donde cientos de personas hacen fila y salen con despensas en mano. Círigo aparece dando instrucciones y con él están Eduardo Maya, precandidato de NI a diputado por el distrito 26, donde está la colonia, además de Cuauhtémoc Díaz Tapia, personal de resguardo de la ALDF, y Carlos Hernández, jefe de Unidad de Resguardo de la misma Asamblea, que preside el diputado Círigo.
También se obtuvo copia de uno de los “padrones” utilizados por NI en el reparto de despensas, con datos de personas afiliadas a grupos clientelares de Los Chuchos como “Cristo Rey”, “Cabecitas de Algodón”, “Nueva Vida” o “La Esperanza”, entre otros. A cada persona le piden su credencial de elector y se asienta en el padrón su clave de elector y su número de sección electoral, datos que la ley prohíbe pedir a beneficiarios de programas públicos, porque sólo sirven para uso electoral.
El artículo 38 de la Ley de Desarrollo Social dice que los programas sociales no pueden ser utilizados con fines distintos al desarrollo social. El Código Electoral del DF, en su artículo 26, establece que es obligación de los partidos políticos “abstenerse de realizar afiliaciones forzadas o por medio de dádivas que impliquen un medio de coacción”. Mientras que el Código Penal del DF señala en su articulo 353 penas de prisión y multas a quien: “solicite votos por paga, dádiva o promesa de dinero u otra recompensa”. ¿Se los aplicarán a los reyes de la despensa?
sábado, 21 de marzo de 2009
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