En nuevo lance de birlibirloque para hacer como que hacen, pero sin hacer nada en realidad, la Cámara de Diputados aprobó reformas financieras y bancarias para supuestamente ponerle un control a la banca que abusa de sus usuarios mexicanos, a ciencia y paciencia de quienes cobran por regularla y supervisarla.
Entre lo más relevante de la iniciativa aprobada, se establece que el Banco de México (BM), -una entidad sumamente laxa cuando se trata de banqueros y grandes empresarios sacadólares- fije el monto mínimo que deba cobrar la banca, cuando el verdadero problema es el máximo al que llegan los intereses que los bancos multiplican alegremente, elevando los montos de deuda y forzando al incumplimiento, no por irresponsabilidad del usuario (como alega Hacienda y todos sus bien cebados jilgueros) sino por la incapacidad real de pagar.
Diversos legisladores de oposición y hasta Carlos Slim (él mismo banquero y gran empresario) habían insistido en que el Congreso pusiera un tope a la usura bancaria, más que nada para impedir que el engranaje económico del país se alente o de plano se detenga, y se evite otro Fobaproa, que parece ser lo que busca la cleptocracia oficial.
Por eso el diputado perredista Othón Cuevas reprochó a sus compañeros el haber cedido a "las presiones de los cabilderos de los bancos" para impedir que se aprobara el freno a los abusos bancarios, especialmente en tarjetas de crédito, su nuevo filón de oro en México.
Y para hacer como que hacen, los diputados aprobaron que:
1. los bancos no envíen tarjetas de crédito preaprobadas sin previa solicitud, cuando en realidad no lo hacen, salvo a los magnates (entre ellos legisladores y ministros de la Suprema Corte) a quienes entregan tarjetas "Gold" por los montos de dinero que manejan, pero ellos no tienen problemas de morosidad;
2. se aumente el límite de crédito sin consentimiento del cliente, que tampoco lo hacen salvo a los magnates, pues al necesitado ciudadano común que solicita aumento del crédito, le hacen llenar una solicitud, le exigen comprobantes de ingresos y se tardan un mes en decidir que lo niegan; y
3. se cobre intereses por sobregiro en la cuenta, cuando en realidad lo que hacen -hasta sin sobregiro- es cobrar un cargo mensual por mora (que se multiplica), más gastos crecientes de cobranza, más IVA (que nunca enteran a Hacienda), todo lo cual se capitaliza en el estado de cuenta que llega al deudor.
¿Dónde estuvo el control al abuso y la protección al usuario?
Los diputados, en la misma línea oficial impuesta por la tecnocracia, culpan en sus argumentos de la reforma a la irresponsabilidad de los ciudadanos por las deudas que se elevan con un simple teclazo en las computadoras de los bancos, sin que a éstos se les exija cobrar en México las mismas tasas que cobran en sus matrices del Primer Mundo. Pero para lavarse las manos, los diputados alegaron que su iniciativa intenta frenar el "uso irreflexivo de una tarjeta , pues puede llevar a una familia a perder su patrimonio".
Otra desfachatez de los autonombrados "representantes populares".
miércoles, 10 de diciembre de 2008
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