El Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo y la histórica y ejemplar constitución de las brigadas de Adelitas, sólo nos enseñan el camino.
Quizá a pesar de todos nuestros esfuerzos, la "reforma energética" aunque maquillada, sea aprobada por los representantes y empleados de los intereses oligárquicos nacionales e internacionales.
Nuestra lucha habrá impedido la entrega plena e incondicional de nuestro petróleo a los intereses de los hambreadores, como lo habían diseñado y prometido los panistas, aliados de los peores priistas. Pero dejarán puertas abiertas.
Sin embargo, estamos haciendo camino al andar. No ha habido en México, desde la Revolución de 1910, un Movimiento Popular de alcance nacional en contra del Gobierno. Y este es el gran mérito de Andrés Manuel López Obrador.
La lucha por en defensa del petróleo es un ensayo. Estamos constituyendo el Poder Popular. Un poder fáctico más, con la salvedad que es el único que tiene legitimidad política, histórica y social.
Hoy es por el petróleo. Mientras no caiga fecal, será en defensa de los intereses populares y en solidaridad de cada una de las luchas sociales, que cada día son más en este País, por desgracia.
Pero pronto, será la lucha por poder. Preparémonos, porque una lucha de Resistencia Civil Pacífica que no aspira a dejar de serlo, no habrá de sonreir.
Antes de las Adelitas, el Pueblo dormía mientras privatizaban todo: Telmex, la minería, CFE, los bancos, las carreteras, etc., etc. Dormíamos también mientras se consumaba el gran despojo del fobaproa. Y los "representantes populares" actuaban para sus propios intereses, sin reclamo, reproche o denuncia.
Ayer Pablo Gómez lo dijo fuerte y claro : "Los diputados y senadores somos representantes del Pueblo". Así es y así haremos que sea para siempre.
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