viernes, 3 de octubre de 2008

Castigo a los responsables del 2 de octubre, clamor popular

■ La represión en Tlatelolco, crimen de Estado, afirma el Comité 68

Gustavo Castillo, Mariana Norandi y Emir Olivares

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Integrantes del Comité Nacional de Huelga durante el movimiento estudiantil de 1968, marcharon ayer al conmemorarse 40 años de la masacre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco

Foto: José Carlo González



Sobre Paseo de la Reforma, la marcha conmemorativa de la masacre del 2 de octubre se desarrolló en forma pacífica
Foto: Francisco Olvera
Decenas de miles de personas marcharon en la capital del país para conmemorar la masacre del 2 de octubre de 1968. El Zócalo de la ciudad de México fue abarrotado por estudiantes, amas de casa, empleados públicos e integrantes de organizaciones sociales que se movilizaron en dos contigentes: uno que partió del Museo Nacional de Antropología y otro de la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.

Los contingentes avanzaron por Paseo de la Reforma y las avenidas Juárez y Madero, donde se vieron pancartas en las que los manifestantes demandaban el cese de la represión gubernamental contra los movimientos sociales, libertad para los presos políticos y, sobre todo, textos en los que exigían castigo para los responsables de la masacre ocurrida hace 40 años en Tlatelolco.

Se reconstruye aparato represivo

Durante el mitin en el Zócalo, Raúl Álvarez Garín, representante del Comité 68, advirtió que el gobierno de Felipe Calderón “está reconstruyendo el aparato de represión contra los movimientos sociales, como pasó en el caso Atenco”. Aseguró que “ya se alcanzaron acuerdos” entre Estados Unidos y nuestras autoridades “para decretar la suspensión de garantías en la frontera norte de México, porque están pensando que si hay un desplome de la economía nacional podría haber migraciones masivas hacia ese país, y para contenerlas se pretende que el Ejército se enfrente a mexicanos en territorio nacional”.

Las marchas se realizaron de manera pacífica. Sin embargo, grupos de jóvenes con el rostro cubierto con paliacates o máscaras antigases se infiltraron en el contingente que partió de Tlatelolco y provocaron desmanes en la avenida Madero, entre las calles de Palma e Isabel la Católica, causando daños a comercios y bancos de la zona.

Posteriormente esos mismos grupos protagonizaron conatos de enfrentamiento con los granaderos que resguardaban el antiguo Palacio del Ayuntamiento.

Algunos manifestantes portaban fotografías de Ignacio del Valle, dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), preso en el penal de máxima seguridad de El Altiplano desde mayo de 2006; también llevaban imágenes de Demetrio Vallejo y Valentín Campa, líderes ferrocarrileros encarcelados en 1959 después de que el gobierno reprimiera la huelga del gremio.

Las movilizaciones partieron aproximadamente a las tres de la tarde. El grupo que salió del Museo Nacional de Antropología fue encabezado por los padres de Lucía Morett, estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que solicitó refugio a Nicaragua tras los ataques del ejército colombiano contra un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ubicado en territorio de Ecuador.

Después se sumaron al contingente grupos de universitarios y estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que a lo largo de toda la marcha, además de los tradicionales goyas y huelúms, gritaban al unísono: “Poli-UNAM, unidos vencerán”.

Los integrantes de lo que fue el Consejo Nacional de Huelga (CNH), que aglutinó a la dirigencia del movimiento estudiantil de 1968, así como de las coaliciones de maestros e intelectuales, se tomaron del brazo y caminaron casi al final de ese contingente, pero eran los que recibían más aplausos de parte los observadores que formaron una fila que se extendió, al igual que el cordón policiaco, desde el museo hasta el Zócalo.

Raúl Álvarez Garín caminó al frente de la descubierta, organizando a los grupos que se sumaban a la marcha, siempre detrás de Mirtocleya González, la abanderada del 68. Atrás de ellos iban Fausto Trejo, Leopoldo Ayala, César Tirado, Pablo Gómez, Francisco Gallegos, Esmeralda Reynoso, Carlota Botey, Gastón Martínez, Ignacia Rodríguez, Enrique González Rojo y Eugenio Filloy, entre muchos más que dirigieron el movimiento estudiantil.

Caminaron por las calles del centro de la ciudad recordando la historia de 1968.

Antes del cruce de las avenidas Reforma y Florencia, en la Zona Rosa, se sumaron al grupo Carlos Monsiváis, Rolando Cordera y Gerardo Estrada.

Durante la movilización se repartió un documento titulado Proclama del Comité 68 en el 40 aniversario del 2 de octubre. En ese texto se menciona que “la masacre perpetrada en la Plaza de las Tres Culturas, hace 40 años, fue un crimen que se enmarca en una política de Estado que tuvo el propósito central de destruir un movimiento cuyas demandas –amparadas en la Constitución– expresaban el cuestionamiento y el rechazo al autoritarismo y a la represión gubernamental”.

El contingente que partió de Tlatelolco estuvo encabezado por habitantes del municipio de San Salvador Atenco, que demandan libertad para Ignacio del Valle y otros 12 integrantes del FPDT que aún están presos.

Sin embargo, la mayoría de los participantes en la movilización eran estudiantes del instituciones académicas del Distrito Federal y otras entidades. Este grupo gritó consignas contra la desaparición de la escuelas normales públicas, la reforma educativa, la Alianza por la Calidad de la Educación, Elba Esther Gordillo, la reforma energética y los aumentos en gasolinas y alimentos.

Aproximadamente a las 18 horas el contingente entró en la Plaza de la Constitución, donde se realizó un mitin. Entre los oradores participaron representantes del FPDT, la UNAM, la Universidad Autónoma Metropolitana, del magisterio disidente de Morelos, IPN, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y del Comité del 68.

Los maestros de Morelos recordaron que son ya 50 días que se mantienen en paro indefinido y advirtieron que no regresarán a impartir clases hasta anular la Alianza por la Calidad de la Educación. “Hoy decimos que este movimiento magisterial se ha convertido en un gran movimiento social; hoy decimos que en Morelos, como en el 2 de octubre, no daremos un paso atrás, porque se está depertando la conciencia de un pueblo, de toda una sociedad y de todos los trabajadores”.

Los estudiantes de la UNAM reiteraron su compromiso con la educación pública y popular, y afirmaron que “sólo con la organización independiente lograrán la expulsión definitiva de las organizaciones delictivas, como son los porros de la universidad”.

En ese sentido, cabe mencionar que cuando se desarrollaba el mitin, frente al antiguo Palacio del Ayuntamiento se presentaron conatos de enfrentamiento entre granaderos y jóvenes, lo que provocó que los oradores hicieran un llamado a “no caer en la provocación” y pidieron a los asistentes que formaran un cordón humano alrededor de la plancha del Zócalo para garantizar la seguridad y continuidad del acto.

El mitin concluyó sin que hubiera enfrentamientos directos con la policía, aunque las autoridades reportaron la detención de 20 jóvenes que participaron en los desmanes.

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