lunes, 8 de julio de 2019

Cercado, el clan Lozoya

El dilema de Emilio 
 Traidora a mi clase social: heredera de Disney
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▲ AMARGO ADIÓS. Policías federales empezaron a abandonar ayer el centro de mando de la corporación, ubicado en Iztapalapa .Foto Cristina Rodríguez
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or la carretera que baja al lago, en el pintoresco San Miguel Regla (Hidalgo), se levanta una majestuosa barda de piedra de cuatro o cinco metros, casi comiéndose la orilla del asfalto. Es la finca Rarámuri, propiedad de Emilio José Lozoya Thalmann. Economista y político mexicano; tiene 71 años, es egresado de la UNAM, militante del PRI, hijo de un ex gobernador de Chihuahua, Jesús Lozoya Solís. Tuvo una larga carrera en el sector público que culminó cuando su compañero de la Facultad de Economía, Carlos Salinas de Gortari, lo designó, primero, director general del Issste y luego Secretario de Energía. Según Wikipedia, pertenece a la generación de políticos en la que también figuran Manuel Camacho Solís, José Francisco Ruiz Massieu, Alberto Anaya y Hugo Andrés Araujo. Lozoya Thalmann se casó con Gilda Margarita Austin y procrearon tres hijos: Margarita, Jesús y Emilio. Los vecinos de San Miguel Regla narran que hace tiempo no se ve movimiento en la finca hidalguense, que en mejores días recibió la visita de personajes de la política y los negocios. Parece desierta. Cuatro de los integrantes del clan Lozoya enfrentan una orden de aprehensión girada por la Fiscalía General de la República: el ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, su esposa Marielle Eckes, su madre Gilda Margarita Austin y su hermana –que lleva el mismo nombre que la madre–. Sólo dos miembros de la familia aparentemente no están en problemas en este momento: el padre y el hermano Jesús, aunque han solicitado amparo. Finalmente fue judicializado en México el caso de la empresa brasileña Odebrecht. La fiscalía encontró que los movimientos financieros de los imputados no corresponden a sus ingresos regulares. Presuntamente existe una conexión al pago de sobornos. En otras palabras, al parecer Emilio utilizó a integrantes de su familia para mover el dinero. La esposa, Marielle Eckes, es ciudadana alemana. Más allá de las cuestiones legales, Emilio enfrenta un dilema: ¿se entregará o permitirá que su esposa, madre y hermana pisen la cárcel? Han tendido un cerco muy difícil de librar los funcionarios mexicanos que han llevado el caso: Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, lo inhabilitó por 10 años, pero además reunió información que ha sido muy valiosa: el fiscal de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, quien ya le seguía la pista por el tema de los donativos de Odebrecht a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, por lo cual incluso fue destituido como titular de Fepade, ha sido incansable y preciso, y el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, libró la inusitada orden de aprehensión familiar. Falta el tiro final: la captura o entrega.
Traidora a su clase social
La directora y productora de cine, Abigail Disney, dice: Elijo ser una traidora a mi clase social. Multimillonaria, asegura que se siente avergonzada por la fortuna de la compañía fundada por Walt Disney, de quien es heredera. Es fundamental recordar que sólo eres un miembro de la raza humana, como todos los demás, y no hay nada en tu dinero que te haga mejor que nadie. Abigail pertenece a un grupo de herederos millonarios de Estados Unidos que ha escrito a todos los candidatos presidenciales una carta con una insólita solicitud: apliquen un impuesto a los ricos.
Ombudsman Social
Asunto: la Policía Judicial de Calderón
Ahora sí, en esta confrontación artificial entre la Policía Federal y el gobierno de la República podemos ver que la vida nos depara muchas sorpresas. En 2009 esta misma corporación, junto con el Ejército, sacaron de las instalaciones de Luz y Fuerza, en Marina Nacional y Melchor Ocampo, a mis compañeros que ahí estaban laborando. A toletazos y con pistolas en mano mandaron a la calle a 44 mil trabajadores siguiendo órdenes de Felipe Calderón, ahora propuesto por ellos mismos como su representante sindical. Ahora se dicen víctimas de violación a sus derechos humanos y laborales. ¿Quién en su sano juicio puede creer en ellos cuando casi todos hemos sido víctimas de sus extorsiones y prepotencia?
José Guillermo Basavilvazo Rodríguez (Gmail)
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Veo en algunos una lógica rupestre de puro interés personal: apoyé para que me dieran; no me dan, me vuelvo un crítico.
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