Octavio Paz y Carlos Fuentes |
“Entre Paz y yo se cruzó una cucaracha ambiciosa”, declaró Carlos Fuentes en una entrevista para referirse indirectamente al historiador Enrique Krauze. Ambos escritores mantenían una disputa que el propio historiador había iniciado en 1976 cuando atacó en un despiadado ensayo la obra del novelista.
Antes de ahondar en esta polémica, que culminó en el famoso insulto. Es necesario dilucidar si en verdad Krauze es una cuchara ambiciosa o no. Comencemos con lo más importante, Krauze es uno de los intelectuales más respetados por la derecha mexicana. Debido al prestigio de su obra, la cual es una defensa rigurosa de los valores del capitalismo, o utilizando los términos del propio intelectual, los valores de la “democracia liberal“.
Sus libros más leídos son Siglo de caudillos y Biografía del poder, siendo éste una obra que el Fondo de Cultura Económica ha editado en ediciones conmemorativas de lujo.
Su prestigio como intelectual no sólo se debió a sus libros de historia, sino también a su trabajo editorial como fundador de la Editorial Clío, proyecto dedicado a la divulgación de la historia de México, y a la revista cultural Letras Libres.
Como todos sabemos, para acceder a las altas esferas del poder se necesita de padrinos. Krauze tuvo uno muy importante: Octavio Paz. Éste invitó al joven historiador a ser secretario de redacción de la revista Vuelta en 1977. Para 1981 se convirtió en subdirector de esta publicación, cargo que ocuparía hasta 1996. Bajo la tutela del Nobel mexicano, Enrique Krauze conoció la forma en que la élite cultural mexicana puede servir para servirse del poder.
Su carrera se convirtió en una escalera de reconocimientos y prestigio: es miembro de la Academia Mexicana de la Historia y de El Colegio Nacional, entre los reconocimientos que ha recibido destacan la Beca Guggenheim, la Medalla al Mérito Histórico Capitán Alonso de León, la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X, el Sabio, (otorgada por el gobierno español), el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía; en 2014 fue reconocido por la CANIEM con el Premio Nacional Juan Pablos al Mérito Editorial, distinción que reconoce la carrera de los editores dedicados a la difusión de la cultura en libros o publicaciones periódicas.
Ahora, su larga carrera intelectual se ha topado con un muro sólido: el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien ha dicho que ya no habrá más intelectuales orgánicos que mamen del erario público.
Como sabemos, aunque el propio historiador lo niegue una y otra vez, él fue el director editorial de la campaña sucia contra el actual presidente de México para evitar que llegara al poder. Desde el portal Pejeleaks, un portal digital en donde Krauze coordinaba los artículos, junto con su mano derecha el crítico literario Fernando García Ramírez. Guerra sucia financiada por magnates como Agustín Coppel y Alejandro Ramírez Magaña, según declaraciones del propio Krauze para revista Proceso.
¿Será que el fantasma de Ocatvio Paz podrá ayudar a Krauze a salir bien librado de esta nueva telenovela? No lo sabemos. Por lo pronto, recordemos la polémica que se tejió entre Carlos Fuentes y el historiador.
Fuentes vs. Krauze
Paco Ignacio Taibo I llamó a esta discusión la polémica entre los “carlistas y los octavistas”, porque los partidarios de ambos bandos destacaban.
La polémica inició en 1976 con la crítica de Krauze a Terra Nostra. Pero el origen del conflicto se remonta algunos años atrás. Hacia 1988 el ayudante de Octavio Paz publicó en Vuelta su ensayo “La comedia mexicana de Carlos Fuentes”, en el cual aclaró que su malquerencia como lector de Fuentes se remontaba hacia 1971.
Las interpretaciones de este ensayo ponían al descubierto una posible conspiración dirigida por Paz en contra de Fuentes. Para disipar esta teoría Krauze declaró en una carta publicada en 1988 que él era “responsable total del ensayo” y que Paz no necesitaba de nadie para expresar sus desacuerdos públicamente. Sin embargo, esas suposiciones no se disiparon del todo, pues todo mundo sabía que Octavio Paz tenía grandes diferencias políticas con Fuentes.
El historiador declaró en entrevista que Paz no quería perder la amistad de Fuentes, y que en un principio el autor de El laberinto de la soledad se opuso a la publicación de su ensayo. Lamentó en entrevista: fue “la secuela de mi ensayo sobre Carlos Fuentes que de alguna manera lastimó o terminó con la fructífera amistad” entre ellos. Krauze, según sus propias palabras, amenazó a Paz con su renuncia si su ensayo no se publicaba en la revista.
Fuentes mantuvo silencio al respecto de esta polémica. Hasta el 30 de octubre de 1990. Cuando fue entrevistado con motivo de la edición española de Mondadori por su novela La campaña y por el inicio de la serie de televisión El espejo enterrado, basada en uno de sus libros más destacados.
Fuentes le explicó al reportero Miguel Angel Gonzalo que El espejo enterrado “se desenterró, salió a la luz y nos mostró lo que éramos”. A continuación reproduzco parte de la entrevista que el diario Proceso recoge con motivo de este tema:
El periodista comenta:
—Este año (el espejo) ha mostrado al mundo nada menos que a Octavio Paz, un antiguo amigo suyo.
—Este año (el espejo) ha mostrado al mundo nada menos que a Octavio Paz, un antiguo amigo suyo.
A lo que responde Fuentes:
—Nuestras relaciones ahora son malas, aunque yo le he mandado felicitar por el Nobel. Tuvimos una larga amistad, pero a veces se cruzan cucarachas en el camino de la amistad. Cucarachas ambiciosas.
—Nuestras relaciones ahora son malas, aunque yo le he mandado felicitar por el Nobel. Tuvimos una larga amistad, pero a veces se cruzan cucarachas en el camino de la amistad. Cucarachas ambiciosas.
Si bien, Fuentes siendo el diplomático que era. Jamás se hubiera atrevido a explicar que el insulto era para Enrique Krauze.
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