martes, 11 de septiembre de 2018

Fue en Nochebuena. Se cenaron lo de la gente. Mataron a nueve. Jugaron futbol con una cabeza…


Sin Embargo

Ubicado en la sierra del sur de Sinaloa, el municipio de Concordia ha concentrado tal número de masacres y asesinatos en los últimos dos años, que ha obligado a huir a sus pobladores y mantiene en vilo a quienes se atreven a retornar. Hasta hoy no hay detenidos, a pesar de la presencia permanente del Ejército y la Policía Estatal.

El año crítico fue 2017, con 64 muertes violentas en este municipio rural que no rebasa los 30 mil habitantes. Todas con un denominador común: la justicia ausente.

Concordia, Sinaloa/Ciudad de México, 11 de septiembre (Noroeste/SinEmbargo).- La Nochebuena que quisieran borrar de sus memorias sucedió ese 24 de diciembre de 2012. Al Platanar de los Ontiveros, un pueblo incrustado en la montaña a más de tres horas de la cabecera municipal de Concordia, llegaron a pie unos veinte hombres armadoscon lista en mano. Sacaron a pobladores de sus casas, y los asesinaron en la cancha del pueblo. Degollaron a un joven estudiante con un machete. Comieron entre burlas la cena de la gente, y patearon la cabeza de su víctima como en un juego de futbol. Camino abajo por el arroyo, mataron a otros cinco. En suma: nueve muertos.
“Desde entonces el Diablo no se ha ido”, recuerda Viviana N.
“Sí, pasan dos, tres, seis meses, y no pasa nada, pero luego… vuelve…”

 Al instante el pueblo quedó solo. El efecto fue fulminante.

La violencia sigue pese a la presencia de fuerzas federales. Foto: Noroeste

Esa masacre es el parteaguas de una historia de cientos de exiliados y la suma de 200 crímenes impunes en los últimos seis años. El año crítico fue 2017, con 64 muertes violentas en este municipio rural que no rebasa los 30 mil habitantes. Todas con un denominador común: la justicia ausente.
Tras una solicitud de transparencia, la Fiscalía General del Estado de Sinaloa informó, seis años después, que por el multihomicidio de El Platanar no hay ningún detenido.
Tampoco por la serie de hechos que desde mayo de 2017 ha ocasionado que más de 300 familias se encuentren “refugiadas” en Mazatlán para salvar su vida, y que quienes se atreven a regresar, vivan con miedo. Todo esto, a pesar de la presencia permanente del Ejército y de la Policía Estatal.
En Sinaloa, han sido años marcados por las pugnas de grupos delictivos y por los reacomodos de los cárteles del narcotráfico, tras la guerra emprendida por Felipe Calderón (2006-2012) y la detención de reconocidos capos.
2017: EL AÑO FATÍDICO 
Aunque los asesinatos y los multihomicidios nunca terminaron de irse de la sierra de Concordia, el repunte de 2017 provocó una oleada de migraciones forzadas, cuyas consecuencias continúan.
El 4 de mayo, cuatro maestros que se dirigían a la remota comunidad de El Cuatantal fueron atacados por hombres armados. Tres murieron.
Los atentados continuaron en los caminos, en emboscadas, contra jornaleros, mineros, ganaderos… También las amenazas a la gente para que abandonaran sus pueblos.
El 28 de julio, una nueva matanza cimbró la memoria colectiva de los sierreños. Muy cerca de Potrerillos, por el aserradero de El Batel, ocho hombres fueron torturados y asesinados, cinco de ellos decapitados y uno colgado. El éxodo siguió creciendo, dejando atrás la alegría que caracterizaba a esas comunidades.
Para Miguel Ángel Gutiérrez Sánchez, activista del Movimiento Amplio Social Sinaloense (MASS), la impunidad es el principal factor por el cual no se ha normalizado la vida en la sierra, a pesar de la repartición de apoyos sociales.
“No hay detenidos, y siempre es lo mismo: que no hay denuncia. ¿Cómo quieren que la gente denuncie si tienen miedo?”, cuestionó.
El MASS acompaña las gestiones de personas desplazadas en Mazatlán, la mayoría mujeres.
Más de 300 familias continúan en el puerto en busca de una vivienda. No confían en que mejoren las condiciones de seguridad en los altos. Otros han regresado, pero sin garantías, lamenta Gutiérrez:
“La gente está entre dos filos, sin vivienda en la ciudad y sin seguridad en la sierra, sin alternativa, y por eso queremos que el Gobierno del Estado responda cómo le van a hacer los afectados”.

 
Alertan por la escasa judicialización de los delitos. Foto: Noroeste

CLAMAN POR PACIFICACIÓN
Por establecer el Estado de derecho y la legalidad en la zona serrana, se pronunció el abogado José Antonio Serna Valdés.
Bajo su perspectiva, pacificar este municipio es relevante para toda la región, incluyendo Mazatlán, pues la violencia tiene la facilidad de dispersarse y multiplicar sus impactos tanto en la vida social como en la economía.
“Aquí son los tres niveles de gobierno los que están obligados a garantizarle la seguridad a los ciudadanos de Concordia y de los poblados serranos, porque se puede ver como un vacío de autoridad lo que está ocurriendo y no pueden eludir el tema”, apuntó el presidente del Colegio de Abogados Marco Antonio Arroyo Cambero.
Al gremio de los abogados, remarcó, le preocupa la escasa judicialización de los delitos.
“Es preocupante que los policías no estén reportando los hallazgos, lo mínimo sería que desconocen cómo actuar como primer respondiente, pero lo más grave sería que se tratara de corrupción; esperemos que no sea el caso, pero sí es urgente modificar las estrategias”, opinó el litigante.
MASACRES: UN IMPACTO INVISIBILIZADO
En la incidencia delictiva del municipio de Concordia, la Fiscalía registra 174 delitos en 2017 y 105 en 2018, que son las carpetas de investigación que mantienen abiertas en este convulso periodo.
Sobresalen los 64 homididios del primer año y los 25 en lo que va de 2018. Pero también se tienen expedientes de lesiones dolosas, abuso sexual, amenazas, extorsión, narcomenudeo, robo, entre otros. Masacre es un término impreciso que no es tipificado como un delito. La Real Academia la define como: “matanza de personas, por lo general indefensas, producida por ataque armado o causa parecida”.
En Colombia, por ejemplo, el Centro Nacional de Memoria Histórica lo considera hechos traumáticos para las comunidades, cuyos alcances rebasan los de delitos comunes y marcan a futuras generaciones.
En la municipalidad de Concordia, se han acumulado al menos ocho matanzas colectivas, que han implicado el aniquilamiento de familias, el desplazamiento forzado de pueblos enteros y secuelas profundas en el futuro. Aquí presentamos un recuento de algunas de las más impactantes de los últimos años. Sus culpables siguen en la impunidad y los grupos armados siguen actuando en los altos, sin que nadie los detenga.
2012: DICIEMBRE 24
ASESINAN A NUEVE EN EL PLATANAR
Un comando de unas veinte personas armadas con AK47 entró a este pueblo, localizado en una zona remota de la sierra, y masacró a nueve personas. Cuatro de las víctimas fueron asesinadas en la cancha del pueblo. Según los primeros reportes, mientras las personas celebraban la cena de Nochebuena, los sicarios llegaron con una lista en mano. Y sacaron de sus casas a cuatro hombres cuyos nombres aparecían en ella. Los llevaron a la cancha el pueblo. A un joven que estudiaba criminalística en la UAS lo decapitaron. Después mataron a otros cinco en la parte de abajo, hacia el arroyo del pueblo.
2013: MARZO 21
Fue localizada una camioneta quemada en un camino que comunica a la comunidad de Mesillas, Concordia, con cuatro cuerpos, y a un costado de estos, una osamenta.
Después se informó que cuatro de las personas que fueron halladas asesinadas en la zona serrana de Concordia son el ex juez Mixto de este municipio Isidro Hernández Ramírez, y su familia, según informaron familiares de las víctimas al Ministerio Público.
En tanto, la osamenta fue identificada con el nombre de Bernando “N”, quien era originario del Distrito Federal.
2014: MAYO 20
Fueron asesinados cinco miembros de una familia en la zona conocida como La Mesa Verde, en el municipio de Concordia. Estas personas habían sido privadas de su libertad junto con cuatro personas por hombres armados que arribaron a su domicilio en la comunidad de La Ciénega, las cuales lograron escapar de los gavilleros e informar a las autoridades sobre la masacre.
AGOSTO 6: ACRIBILLAN A CINCO EN CASAS VIEJAS
El comisario del poblado Casas Viejas en el municipio de Concordia, Sinaloa, Alejandro Guerrero Reyes, y cuatro integrantes de su familia fueron ejecutados por varios sujetos armados.
Los primeros reportes de las fuerzas de seguridad señalaron que un grupo de hombres armados con fusiles de asalto y pistolas ingresó al poblado a bordo de una camioneta con logotipos de una empresa de galletas.
Los delincuentes, que llevaban cubierto el rostro con capuchas, amenazaron a los habitantes de la comunidad para que les indicaran dónde localizar a Guerrero Reyes.
2015: JUNIO 25
PÁNUCO, Concordia: Un empresario minero y dos de sus hijos fueron abatidos en la zona serrana de Concordia, donde en diciembre de 2014 y en abril pasado también fueron abatidos a balazos otros dos de sus hijos, dedicados también a las actividades mineras. Las víctimas fueron identificadas como Óscar Fitch Tovar y sus hijos Jorge Rigoberto y Heraclio Isaac Fitch Valenzuela. En diciembre fue asesinado Eduardo Fernando Fitch Valenzuela, y Raymundo Fitch Valenzuela en abril. Todos de la familia propietaria de la mina Nuestra Señora del Rosario, mejor conocida como “La Mina de Fitch”.

MAYO 4: MATAN A MAESTROS EN EL CUATANTAL
CONCORDIA: Tres profesores de primaria y telesecundaria de la comunidad El Cuatantal, Concordia, fueron asesinados y uno más sobrevivió al ataque, hecho que conmocionó a los concordenses y en Escuinapa, de donde eran originarias las víctimas.
Las personas asesinadas fueron identificadas como Luis Alberto “N”, de 53 años; Ramón “N”, de 55; y Feliciano “N”, de 31.
De acuerdo con la información de las fuerzas de seguridad, el ataque ocurrió en el camino que comunica a los pueblos La Petaca y Potrerillos, en la zona serrana.
Tres profesores de primaria y telesecundaria de la comunidad El Cuatantal, Concordia, fueron asesinados. Foto: Archivo, Noroeste
JULIO 28: MATAN A OCHO CERCA DE POTRERILLOS
CONCORDIA: Siete integrantes de una familia y un amigo de ellos fueron asesinados a balazos, cinco de ellos además fueron decapitados y uno colgado, por un grupo armado en la comunidad serrana de El Aserradero de El Batel cerca de la sindicatura de Potrerillos.
2018: MAYO 22
Cuatro personas, al parecer de oficio minero, fueron asesinadas a balazos en un camino vecinal cerca del poblado de Pánuco, en Concordia.
Extraoficialmente se dijo que viajaban en una camioneta Nissan Frontiher cuatro puertas color dorada, donde fueron encontrados asesinados por armas de fuego tipo AK-47 denominadas “cuerno de chivo”.

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