viernes, 20 de octubre de 2017

Un mes después del sismo, los pueblos más pobres de Puebla viven en la zozobra y el olvido


Hoy se cumple un mes del sismo de 7.1 que sacudió al país. En las comunidades más pobres de Puebla las casas siguen en ruinas, los voluntarios han dejado de llegar y la ayuda que en los primeros días atascó a las comunidades hoy escasea.

Cuatro comunidades de Puebla tienen el aspecto de “pueblos fantasma”. Por sus calles solamente deambulan los pobladores que viven en la zozobra de que les ayuden a reconstruir sus casas o, por lo menos, les den material de construcción para poder levantarlas ellos mismos.

Por Osvaldo Macui,  Yonadab Cabrera, Esteban de Jesús y Jesús Viñas
Puebla/Ciudad de México, 19 de octubre (PeriódicoCentral/SinEmbargo).- Poco a poco, y conforme pasan los días, los habitantes de Tochimilco, Jolalpan y Chiautla de Tapia, en Puebla, ven cada vez más lejana la reconstrucción de sus casas tras el terremoto del 19 de septiembre, que dejó a estas comunidades en escombros. La queja es la misma: “nos abandonaron”.
Los habitantes de Pilcaya, en Chautla de Tapia, así como los de Alpanocan y Santa Cruz, en Tochimilco, y los de Santa Anta Tamazola, en Jolapan, coinciden en que la semana del sismo de 7.1 los gobiernos federal y estatal fueron a visitarlos, levantaron el censo de sus viviendas y luego desaparecieron. No han regresado a estas poblaciones, ya no hay apoyos ni voluntarios y la gente sigue viviendo en casas de campaña instaladas en los patios de lo que eran sus hogares.
TOCHIMILCO
Alpanocan se ubica a las faldas del volcán Popocatépetl, entre los límites de Puebla y Morelos. Es junta auxiliar de Tochimilco y en esta población que se dedica al campo, el 90 por ciento de las viviendas sigue en los escombros, la gente que vive aquí continúa haciendo labores de limpieza, pero, además, la mayoría de los apoyos se quedan en la cabecera municipal.
La llegada de voluntarios y el frenesí de entrega de víveres de los primeros días han quedado en el recuerdo, pues en los caminos de Alpanocan sólo se observa a los pobladores caminando por sus calles y entre los escombros. La gente de esta comunidad está a la espera de que se reconstruyan sus viviendas.
Valeriano Vidal relató al medio local Periódico Central que desde el temblor no ha podido llevar el sustento diario a su casa, pues el fenómeno natural tiró su horno de pan que estaba hecho de adobe, por tal motivo no ha podido salir a vender su producto como hacía antes del 19 de septiembre.
Valeriano, quien mostraba una sonrisa de esperanza, contó que apenas les alcanza para comer y que han tenido que acudir a comedores comunitarios a pedir “algún bocado” para cenar por la noche.
En cambio, Marcelina Sánchez se apena porque entren a la casa de campaña donde vive desde hace un mes, pues “está todo tirado”.
La mujer relató que el sismo tiró el cuarto donde habitaban su esposo, sus hijas y ella. Dijo que aunque las casas de campaña les han ayudado a pasar la noche, pidieron a la autoridad aclarar cuándo iniciarán con la reconstrucción de casas.
Comentó que aunque su casa ya fue censada, la autoridad le dijo que no era seguro que su vivienda fuera de las primeras en reconstruirse.

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