CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Urgido de cambiarle el rostro de destrucción que luce la capital del país después del sismo del pasado 19 de septiembre, Miguel Ángel Mancera acudió nuevamente a la residencia oficial de Los Pinos para demandar al presidente Enrique Peña Nieto su apoyo a fin de que fluyan lo más rápido posible los recursos federales y comenzar así la reconstrucción.
“Queremos darle una respuesta inmediata a la ciudadanía. La ciudad y las delegaciones ya cumplieron, pero nos hace falta dar el último paso, nos hace falta su apoyo”, clamó.
Ataviado con los chalequitos negros con vivos rosas pagados con los recursos de los contribuyentes, Mancera, uno de los principales damnificados políticos del terremoto, planteó la necesidad de “tener una disposición de carácter general para obviar algunas de las reglas de operación que vuelven complicados los trámites que se deben realizar”.
Durante la presentación de las “Medidas para la reconstrucción de la Ciudad de México por el sismo”, el funcionario capitalino hizo también una petición puntual al Ejecutivo federal, encaminada a acelerar la reconstrucción de la capital del país, donde perdieron la vida 228 personas y cientos de edificaciones cayeron o quedaron severamente dañas en su estructura:
Que el gobierno federal otorgue apoyos parciales e inmediatos del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
Mancera Espinosa subrayó que el levantamiento de censos de los inmuebles dañados y de los futuros beneficiarios ya concluyó en cada una de las 16 delegaciones.
Fuera de eso, el mandatario local ocupó una buena parte de su discurso en ensalzar la participación de las instancias federales y locales en los momentos de emergencia. En particular, a las fuerzas armadas de cuyos efectivos, dijo, recibió mucho apoyo.
“Primero quiero agradecer y reiterar nuestro reconocimiento una vez más, en el momento más difícil de la emergencia, en el momento más complicado apareció y se hizo presente la fuerza de México a través de las fuerzas armadas. Así que todo mi reconocimiento a la Marina y al Ejército por el apoyo que han dado a la Cuidad de México. Estamos verdaderamente muy agradecidos, no sólo en la administración local, también la sociedad que ha recibido mucho apoyo de ustedes”, dijo.
Flanqueado por el presidente Peña Nieto y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, repartió halagos también a los servidores públicos de la Coordinación Nacional de Protección Civil, Policía Federal, Secretaría de Salud, Comisión Nacional del Agua, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros y hasta el sector privado.
En el discurso de Mancera fue notoria la ausencia de los cientos de miles de héroes anónimos que, sin más herramientas, que su voluntad y enjundia, salieron a las calles a ayudar a los damnificados, repartir alimentos, abrir centros de acopio y rescatar víctimas. A ellos, a esos héroes anónimos, Mancera los ignoró.
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