El periodista y académico Jenaro Villamil habló sobre su nuevo libro La rebelión de las audiencias.
En entrevista para Aristegui CNN, explicó que se trata de una “rebelión masiva e irreversible… ya no regresan a la pantalla televisiva o la ven de otra manera… Es un cambio civilizatorio importantísimo”.
“Son casi 60 años de dominio hegemónico de un modelo de televisión, que es el que se describe en el libro. Pero además, son 90 años del dominio de un partido que ya cayó, digo, sigue gobernando, pero ya cayó en términos de credibilidad, de confianza y hasta de miedo. Por eso, muchos se asustan del tono de las audiencias y de la deliberación en las redes; los insultos, la forma también de bullear, obviamente hay una parte que está promovida y está financiada, pero también hay una parte que es absolutamente genuina y tiene que ver con esta parte del destape. Es una oleada o varias oleadas, que lo peor que le puede pasar… es querer controlarlas y eso es lo que está sucediendo”, expuso.
En cifras, apuntó, en 4 años el gobierno de Enrique Peña Nieto ha gastado alrededor de 23 mil 700 millones de pesos en propaganda, todo “un despilfarro”.
“Alrededor del 15% se ha destinado a redes. Estamos hablando de entre 2 mil 500, 3 mil millones de pesos, de dinero público, para contratar call centers, cuentas falsas, bots, y están ahí, todos lo vemos, lo vemos en Facebook, lo vemos en Twitter, lo vemos en Instagram. ¿Han logrado algo?, ¿han logrado revertir la percepción pública en relación con el fracaso del gobierno de Enrique Peña Nieto?, ¿han logrado incrementar el apoyo social al gobierno federal?, ¿han logrado eliminar por ejemplo todo este episodio del socavón que se disparó precisamente por las redes?”, cuestionó.
“Efectivamente existe una estrategia de ensuciarlas (las redes sociales). Efectivamente existe una estrategia para inducir, pero también lo que hay que entender es que el mundo digital es binario… ya no es tan unilateral el asunto”, aseveró.
“Los movimientos políticos y sociales siempre necesitan de organización real; las redes sociales pueden generar un estado de ánimo pero no conducen inmediatamente a la organización. Son dos niveles distintos. Evidentemente, la sociedad mexicana está muy molesta, muy harta y muy desorganizada, pero no es un efecto de las redes, es un efecto de la caída de un sistema político”, indicó.
Detalló que en las redes surgió el movimiento 132, que en 2012 se opuso a la llegada de Peña a la Presidencia.
Actualmente, “estamos en una primera etapa, es como una especie de destape, hay de todo… sentimos episodios de intolerancia. Es algo que está todavía en una especie donde no hay un conductor o conductores y qué bueno, porque también eso podría generar manipulación. Hay nodos (ejes de influencia que detonan conversaciones) y hay fragmentación… lo que sí está siendo es la rebelión en el sentido que ya rompieron el control que antes se tenía de la agenda informativa, y de la agenda de entretenimiento y de la agenda de cultura, los únicos que no lo han entendido son los políticos y los gobiernos”. Una muestra de ello es que las cuentas de televisoras en las redes sociales, son las que menos ‘agenda trending‘ establecen; sino que las agendas informativas se generan por medios como Aristegui Noticias, Sopitas, Proceso…
Ante la pregunta de si la “televisión ya no nos gobierna” -como menciona en su libro-, Villamil respondió que en 2005 hizo un libro en el que decía que la TV sí gobernaba en México pero con el paso de los años y el avance de las nuevas tecnologías, cambió la realidad.
El periodista consideró que Televisa no podrá estar en sintonía con las audiencias porque para esto necesita ser crítico, “es ser un contrapoder del poder. Y Televisa jamás lo va a poder ser. ¿Cómo se va a volver crítico de un gobierno al que ayudó a llegar?”.
No obstante, señaló que “evidentemente la televisión es el único medio que tiene el alcance de llegar al 94% de los hogares, eso es un alcance muy poderoso sobre todo en términos publicitarios. Pero el problema es que ya el hecho de llegar al 94% de los hogares no te garantiza nada, porque ya hay una fragmentación de las audiencias, y el sector que genera opinión pública o que genera movilización de la opinión pública no es el clásico televidente pasivo que está acostumbrado a ver telenovelas y partidos de futbol. Por eso empiezo el libro con una frase de Emilio Azcárraga Milmo, ‘hacemos una televisión para una clase modesta muy jodida, que no saldrá de jodida’, esa era la ideología de la fórmula televisiva mexicana. Mal que bien ya hay un sector, no todos, no toda la gente, que están cansados de que los vean como ciudadanos jodidos, es decir, que los estén manipulando, ese el movimiento que ya no saben cómo encajar”, sostuvo.
En la víspera del 2018, avizoró que “vamos a entrar en la ruta de colisión: un sistema que va a querer defenderse, todavía muy fuerte, y todo un movimiento de rebelión y movimientos antisistemas que van a tratar que este sistema no prevalezca. Va a haber un choque sobre todo en redes, ojo, no es un asunto de violencia en las calles, van a intentar que sea violencia en las calles… van a querer repetir la fórmula de 2006, inocular el miedo, inocular la polarización… las redes van a ser campos de batalla minados”.
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