López Obrador en el Parque de La Paz. (Foto Facebook Rogerio Castro) |
Pedro Echeverría V.
1. Imaginen nada más: si en Mérida –ciudad campeón de la NO participación- reunió López Obrador a seis mil militantes y simpatizantes en un mitin para firmar una declaración de Morena; obviamente sin acarreo y sin regalar más que unas pequeñísimas bolsas de agua, puta pues me imagino que en otras ciudades es una avalancha de gente. ¿Qué tiene el pinche AMLO que yo no tenga? Pues en primer lugar ánimo, confianza, convencimiento y, obviamente, trabajo. Es cabronsísimo viajar temprano de Campeche a Mérida, luego saludar de mano y beso a miles de simpatizantes y luego lanzar un discurso de una hora o más. Más de media hora se llevó saludando de manos por un pasillo para luego subir al escenario situado frente a la vieja cárcel porfirista.
2. Supongo que la vieja consigna de gobierno y empresarios debe seguir vigente y muy firme: “López Obrador no debe ser presidente por ningún motivo”; “hay que hacer hasta lo imposible para evitarlo porque es un peligro para México”. Sin embargo el tal AMLO, lleno de terquedad y convicción, va por la tercera candidatura presidencial con la convicción de que será presidente. Yo, después de observar lo que ha pasado en Mérida este domingo 2 y de reflexionar acerca de la desesperación de los demás partidos, así como lo que sucedió en el Estado de México, pienso que ya nadie lo podrá parar. Aunque se unan los partidos que firmaron el Pacto (PRI, PAN, PRD), aunque impongan la segunda vuelta, se la van a pelar. Por lo menos es que se puede ver hoy.
3. Tengo una hermana (Haydée) metida en Morena que antes me visitaba para pedirme consejos; hoy está tan clavada en el trabajo político que lleva 20 días sin tener tiempo para conversarme porque según ella se están construyendo comités de Morena en todas las colonias y pueblos de Yucatán. En Yucatán, donde con mis experiencias y artículos he tratado de demostrar que históricamente no se mueve una hoja aunque haya fuerte viento en el país, parece que pueden cambiar, aunque levemente, muchas cosas. Si Morena demuestra que sí se puede en Yucatán, podría cambiar mi profundo pesimismo de diez años a un reservado optimismo. ¿Cómo se puede ser optimista si por donde uno mire, lea o piense, sólo se ven derrotas para los explotados?
4. Ahora entiendo por qué no peleó López Obrador su triunfo indiscutible en el Estado de México. Tenía la obligación de entregar el 100 por ciento de sus energías en la carrera presidencial y el Estado de México pudo haberle causado una carga. Parece que en la batalla de julio de 2018 nadie podrá pararlo porque va con todo, es decir, para él “la tercera es la vencida”. Su problema es que tendrá que luchar contra todo el aparato de partidos y empresarios dispuestos a poner todos sus recursos para evitar que llegue. Pienso que la izquierda y centro izquierda debe poner todo en esta “última oportunidad” para no tener que esperar otras dos o tres décadas. Estamos en un despertad electoral que me sorprende. Pienso que hay que vivir la experiencia lopezobradorista. (2/VII/17)
http://pedroecheverriav.wordpress.com
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