sábado, 29 de julio de 2017

La estrategia de muerte en la CDMX

Marinos custodian la escena del enfrentamiento en Tláhuac. Foto: AP / Rebecca Blackwell
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En junio de 2015 fuerzas de seguridad desmantelaron un narcolaboratorio a la altura del kilómetro 37 de la carretera Ajusco-Picacho; el mes siguiente, el 18 de julio, uno más en la colonia Acoxpa y, para septiembre del mismo año, empezaron a aparecer mensajes pegados en las delegaciones policiacas de Tlalpan, Xochimilco y Cuauhtémoc: todas firmadas con las iniciales CJNG (Cártel de Jalisco Nueva Generación).
El 20 de octubre de 2015, apareció el cuerpo de un hombre colgado en el puente La Concordia de la delegación Iztapalapa, y entre los círculos policiacos se habló de otro colgado en Viaducto, pero que elementos de la policía capitalina lograron bajar el cuerpo antes de que la ciudadanía se percatara de ello.
Y el 6 de noviembre policías preventivos fueron emboscados en la colonia Coapa. Se informó que en la agresión murió Fredy Cristóbal Avelino y, 21 días después, a la una de la mañana del 27 de noviembre, fue encontrado el cuerpo de otro hombre, pero vestido con pantalón de mezclilla y la chamarra del policía masacrado días atrás.
El presunto uniformado tenía dos disparos en la espalda y grabado sobre ésta las iniciales CJNG. Lo curioso no sólo era que portaba una chamarra de la policía capitalina, sino que además tenía sobre sí un gafete con el nombre de Fredy Cristóbal Avelino.
El cuerpo fue hallado sentado y recargado en un árbol, luego fue movido a una caseta de donde se lo llevó una camioneta Tahoe, que era seguida por tres autos más con luces de estrobos. ¿Por qué el hombre que apareció muerto traía una chamarra de policía y el gafete de un elemento emboscado 21 días antes? Son parte de las interrogantes que en su momento surgieron en torno a esas misteriosas ejecuciones.
Sobre esta persona que traía el gafete policial estaba una cartulina con el siguiente mensaje: “La plaza es nuestra y aquí todos pagan, el que no respete le toca levantón. Mano con Ojos (subrayado) los vamos a desaparecer. mancera CUMPLA YA”.
Ese mismo mes, apareció una enorme manta en un puente peatonal de la delegación Tlalpan. El mensaje estaba dirigido al “SR. Mancera”, a quien le advierten que ya le han dado mucho tiempo para que “limpiara” sus corporaciones policiacas. El aviso lo firmaba el “cártel de Sinaloa F.M. N G d Chapo, Mano con Ojos y Cárteles Unidos” y, al final, “la última sobre”.
Durante diciembre apareció en la colonia Avante el cuerpo de un hombre ejecutado, con la mano derecha mutilada y sobre él el mensaje: “Mancera si no respeta los acuerdos hay muertos aquí esta otro la plaza tiene dueños CJNG”. Unos más en Tepepan, en la delegación Xochimilco.
Todos los cuerpos eran levantados por civiles armados que viajaban en vehículos particulares y quienes eran notificados por sectores de la policía preventiva, gente que ya había sido aleccionada para que, al encontrar un cuerpo ejecutado con mensajes del narcotráfico, se les avisara con oportunidad.
Presuntamente el planteamiento fue: levantar cualquier indicio para que no se publicitara la presencia del narcotráfico en la Ciudad de México. Pero fotografías y reportes policiacos se filtraron a los medios.
Ejecutados, colgados y mutilados de 2015 fueron producto, presuntamente, de la rabia por los desmantelamientos de narcolaboratorios y por la detención de tres hombres en la colonia de CTM Culhuacán en marzo de 2014 y a quienes se les habían decomisado 4.7 millones de dólares.
Haya sido La Mano con Ojos, La Última Sombra, Cárteles Unidos, CJNG o cualquier otra escisión de los grandes cárteles de la droga, lo cierto es que los policías serán hoy los que más expuestos se encuentren tras el aparatoso operativo de la Marina donde fue abatido “El Ojos”, líder de La Mano con Ojos o el Cártel de Tláhuac.
Y el temor lo expresaron el 20 de julio pasado los propios uniformados, luego de que por la frecuencia radial de la corporación capitalina se escuchó la siguiente orden: “Me están indicando que por la zona tenemos el vuelo de tres helicópteros, Televisa, Marina y Sierra Papa (SSP), ahí el jefe Apolo da la indicación ‘R1: nadie entra, nadie sale de Tláhuac’. Personal de Seguridad Pública, de Tránsito de dicha demarcación queda de arresto hasta nuevo aviso”.
Y luego, “confirmado, sí hay un pequeño toque de queda en la zona… cualquier ambulancia que se dirija al Hospital General de Tláhuac o a cualquier hospital por la zona va a ser detenida por personal de Marina, la cual se hará cargo de los traslados”.
Otro mensaje de radio de ese jueves 20 confirmaba: “…ya se tenía a la Marina desde hace varios días (en el lugar). Nos llegó la emergencia de disparos y ahí vamos, nos recibieron apuntándonos y nos abrieron los marinos. Cuando vimos que empezó a correr toda la gente y después el jefe Apolo dio el R1 de que no nos acercáramos y dejáramos a la Marina sola, así fue. Los dejamos solos.
“Después de media hora empezaron los desmadres, pero chulos, la corredera de gente, la quema de camiones. Los pinches mototaxistas se nos pusieron bien al pedo, nos bloquearon todas las calles principales y, pues según ellos dicen que valimos madres, ¡porque tú sabes que no se van a ir contra la Marina y vamos a estar en R1 todos!”.
Esto último que comunicaba un policía es parte de la realidad: la Marina se retirará de Tláhuac después de un tiempo y quedarán solos los policías locales frente al embate de sicarios. Veremos entonces signos de división, pleito por el territorio, ejecutados, más mensajes que quizá no lleguen a hacerse públicos. Y la pregunta será, ¿dónde está Miguel Ángel Mancera?, ¿dónde el gobierno federal que dio seguimiento a la estrategia de muerte de Felipe Calderón para acabar con el narcotráfico?
Peña Nieto no pudo, Mancera tampoco, Miguel Ángel Osorio Chong menos, lo único cierto es que, al día siguiente del operativo contra La Mano con Ojos, grupo al que se le atribuye la venta de droga en Ciudad Universitaria, todo volvió a la normalidad: el narcomenudeo continúo, las ganancias siguieron, cayó un líder, surgirá otro. Y el sexenio, ya terminó.
Ahora nos enfrascaremos en la filtración del narco en las elecciones rumbo al 2018, la presidencial y la renovación del Congreso de la Unión, lugares donde los cárteles quieren siempre ubicar sus piezas.
Twitter: @jesusaproceso

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