ÁLVARO DELGADO
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Desplomada al tercero y hasta el cuarto lugar de las preferencias electorales en la elección por el gobierno del Estado de México, según encuestas públicas, Josefina Vázquez Mota despidió a su principal estratega político, el colombiano Mauricio de Vengoechea, quien siempre ha trabajado para los priistas.
De Vengoechea llegó al equipo de Vázquez Mota ufanándose de ser experto en guerra sucia –“hacemos campaña negativa, nos encanta hacerla con humor”– y con la tesis de que la compra del voto no influye en las elecciones, como ha reclamado el Partido Acción Nacional (PAN).
“Esa es una tesis de políticos. Yo no creo en la compra de votos. Yo creo que la influencia de la compra de votos es mínima en una elección, mínima porque todos compran un porcentaje de votos tan pequeño que no influye en los niveles de las encuestas”, declaró el año pasado en República Dominicana.
Al consultor colombiano se le atribuye el embate de Vázquez Mota y del PAN contra Delfina Gómez Álvarez, la candidata de Morena, que fue la principal estrategia en la primera parte de la campaña y que, desde el debate de la semana pasada, cambió para centrarse en los ataques al priista Alfredo del Mazo.
Con esta estrategia, Vázquez Mota inició su campaña en primer lugar de los sondeos, pero los más recientes la ubican por detrás de Gómez y Del Mazo, inclusive, en el cuarto sitio, debajo del perredista Juan Zepeda.
La candidata presidencial del PAN, quien en la elección de 2012 quedó en tercer lugar, contrató a De Vengoechea en vez del español Antonio Solá –a quien no le ha pagado aún su asesoría de 2012–, pese a su trayectoria de trabajo con los priistas y a que es creyente de que la compra del voto no influye en las elecciones.
Tampoco influye el dinero del narcotráfico, dijo De Vengoechea, como lo comprobó en Colombia cuando en 1994 fue asesor de Ernesto Samper, quien recibió dinero sucio: ”No sólo se acusó, se comprobó que entraron seis millones de dólares a la campaña del narco. ¡Se comprobó! Pero esa elección estuvo empatada… ¿Y por qué esos seis millones de dólares no hicieron que Samper ganara con una diferencia abismal? ¡Porque no funciona!”.
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