Ciudadanos en la Ciudad de México, Morelos, Jalisco, Yucatán, Chihuahua, Estado de México, Veracruz y los estados sureños Oaxaca, Guerrero y Chiapas protestaron este lunes contra el aumento a los precios de las gasolinas. En Cuernavaca, transportistas bloquearon una planta de Pemex e hicieron paro de labores. En Chihuahua se bloquearon dos carriles de la carretera. La autopista México-Toluca también estuvo obstruida. Las protestas alcanzaron a despachos de gasolina, que también son bloqueados.
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Ciudad de México, 2 de enero (SinEmbargo).– Ciudadanos se manifestaron este día en contra del incremento al precio de las gasolinas en la calles de la Ciudad de México, Chihuahua, Sonora, Tamaulipas, Jalisco, Morelos, Michoacán, Yucatán, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Guerrero, Quintana Roo y otros estados.
De acuerdo con la Policía Federal, hubo 16 bloqueos en distintas vías.
En Chihuahua, dos tramos carreteros fueron bloqueados esta mañana. Se trató de dos manifestaciones simultáneas, una de ellas en la carretera Chihuahua–Ciudad Juárez, a la altura del kilómetro 31+400. En el lugar se encontraban al menos 80 personas agremiadas a la Alianza Mexicana de Organizaciones de Transportistas, lideradas por Leonel Méndez, quienes colocaron 20 camiones de carga para bloquear en ambos sentidos el tramo Sacramento–El Sueco.
La Policía Federal informó que se bloqueó la carretera Jiménez–Delicias, en el kilómetro 072+000, donde la Asociación de Agricultores de Camargo bloqueó por completo la autopista. Los manifestantes indicaron que mantendrían el bloqueo por tiempo indefinido, hasta que el gobierno resuelva la situación del precio del combustible.
“Van estar por tiempo indefinido hasta recibir una solución por parte del gobierno”, informó la Policía Federal Coordinación Chihuahua.
En la capital chihuahuense, un grupo de El Barzón se manifestó contra los aumentos en los combustibles.
En la Ciudad de México, frente a la gasolinera de la marca Hidrosina, ubicada en Avenida Reforma, una docena de personas bloqueaba un cruce de Avenida Insurgentes Sur.
#PrecauciónVial presencia de manifestantes en Av. #Insurgentes a la altura de Calz. Manuel Villalongín al Sur, sin afectar vialidad.
“La Reforma Energética, lo peor para México”, dice una lona de los protestantes.
Los inconformes tomaron la gasolinera y en distintos momentos de la mañana bloquearon Paseo de la Reforma.
En el Hemiciclo a Juárez también se registraron protestas.
El Secretario de Movilidad de la Ciudad de México, Héctor Serrano Cortés, subrayó que el ajuste a las tarifas del transporte público concesionado será sólo para considerar el incremento al precio de la gasolina, a fin de garantizar la operación de las unidades, “pero sin lastimar más los bolsillos de los capitalinos”.
Detalló que aún no está definido el porcentaje del incremento.
Al sur del país, la indignación se reflejó en zonas de Oaxaca, Guerrero y Chiapas.
En Oaxaca, ciudadanos se manifestaron con cacerolazos frente a las oficinas del Sistema de Administración Tributaria (SAT). En el Estado de México, bloquearon la entrada a la autopista México-Toluca, la cual fue liberada horas después.
En Chiapas bloquearon vialidades en Huhuetán y también se registran protestas tanto en Campeche como en Acapulco, Guerrero.
En Guadalajara, Jalisco, se manifestaron en la Glorieta Minerva.
En Morelos ciudadanos protestaban en Cuautla, Tepoztlán, Jojutla y la autopista de Cuernavaca. De acuerdo con una foto publicada en Twitter, un grupo de granaderos los rodearon.
Además, transportistas hicieron paro de labores en calles de la capital morelense. Un grupo numeroso de ellos bloqueó el acceso a una planta de Petróleos Mexicanos (Pemex).
En Cuernavaca, además de manifestarse frente a una planta de Pemex, ciudadanos tomaron instalaciones de la gasolinera del DIF estatal. “Ya basta, no al gasolinazo”, mostraron en un cartel grande.
Un protestante portó una máscara del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari y el resto se manifiesta con carteles.
“Peña Nieto, repudiamos el gasolinazo. Joder a México, ya lo logré”, rezaó una leyenda colocada en un camión de Cuernavaca.
En Puebla, 150 gasolineras cerraron por el desabasto, reportó la Organización Nacional de Expendedores de Gasolina.
En diversos puntos de Veracruz, los taxistas se manifestaron en un auditorio para exigir un ajuste a las tarifas. Y al suroeste del país, transportistas bloquearon con largas filas de tráileres una avenida en Yucatán.
Estas protestas a nivel nacional se sumaron a las numerosas registradas ayer y en días pasados desde que la Secretaría de Hacienda anunció un incremento a los combustibles de entre 14 y 20 por ciento.
Filas de autos han esperado fuera de las gasolineras, día y noche en algunos casos, desde los días previos a Navidad. Las colas se han repetido en distintos estados del país aunque Pemex dice que se “ha empezado a normalizar el abasto”. Esto fue previo a un aumento de precios a partir del domingo 1 de enero.
El gobierno minimizó la situación, pero los ataques en su contra se multiplican, mientras el Presidente Enrique Peña Nieto, que está o estaba de vacaciones, guarda silencio.
Desde mediados de diciembre, Petróleos Mexicanos ha reconocido problemas puntuales de abasto por distintas causas: porque el mal tiempo impidió que descargaran buques con gasolina importada que llegaban al Golfo de México, porque las tomas clandestinas habían inutilizado temporalmente ductos clave, por compras de pánico.
Cuando el gobierno ofreció los detalles del “gasolinazo”, consecuencia del proceso de liberalización de la gasolina que se realizará durante todo 2017, aumentó la preocupación social y el miércoles la Procuraduría Federal del Consumidor anunció un operativo para detectar si algunas gasolineras estaban acaparando combustible para especular, un rumor cada vez más extendido.
Sin embargo, para los expertos el problema de fondo es otro: el colapso del sistema de refinación de petróleo y la falta de previsión del gobierno.
“Todo el sistema de refinación y distribución está putrefacto”, dijo a la agencia AP Miriam Grunstein, académica de la Rice University de Houston. A su juicio, los mexicanos están pagando los platos rotos de años de mala gestión, desinversión, falta de competencia y falta de visión a largo de plazo. “Con Pemex no hay planeación, hay ocurrencia, e ir tapando agujeros sale más caro”.
“Hay menos gasolina y la gente compra más pero si tuviéramos un sistema sano habría suficiente. Atribuir los problemas actuales al aumento de la demanda (como también hizo la petrolera) es absurdo”, dijo a AP
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