Cena (política) con Trump
Fundación John Reed
El sueño de Pancho Villa
EN PALACIO NACIONAL. En la sesión 41 del Consejo Nacional de Seguridad Pública, realizada en Palacio Nacional, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa (centro), indicó que ante las grandes deficiencias que presenta el sistema de justicia penal es momento de cerrar filas, de no repartir culpas, de homologar la actuación y trabajar tanto Federación como estados en el diseño de tareas para su consolidación e instrumentación exitosa. En su calidad de coordinador de la Comisión de Seguridad y Justicia de la Conago, presentó los acuerdos aprobadosFoto La Jornada
A
l reunirse a cenar con Donald Trump en un club de golf de Florida, el multimillonario mexicano Carlos Slim Helú hizo notar que el equipo de Enrique Peña Nieto debe esforzarse más, a fin de dar visos de que tiene una estrategia de primer nivel para enfrentar la eventual película de horror de la que ha hablado el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens Carstens, en su temprana temporada del adiós (pues a mitad de año se irá a otro cargo, de índole internacional).
Hasta ahora, la políticamente desenfocada secretaria de relaciones exteriores, Claudia Ruiz Massieu S. de G., se ha dedicado a fabricar apariencias de bajo nivel, reuniéndose con altos funcionarios del gobierno obamista, que ya va de salida (o con legisladores del vecino país, que están en proceso de redefinir sus posturas a partir del huracán Trump), o paseando alegremente con dreamers, como si fuese una guía de jóvenes exploradores. En todo caso, corresponden a Luis Videgaray las verdaderas esperanzas peñistas de recomposición política con quien ya posee oficialmente los votos electorales suficientes para ser presidente de Estados Unidos.
Videgaray tuvo que dejar la secretaría de hacienda, luego del enojo nacional por la recepción casi de Estado que Los Pinos ofreció a Trump. Ahora, adjudicándose el título de
visionario, busca regresar al primer plano del peñismo como secretario de relaciones exteriores, en lugar de la maltratada Claudia, o embajador en Washington, utilizando su presunta capacidad de negociar los asuntos bilaterales con el yerno de Trump, la misma vía familiar utilizada para organizar la escandalosa visita antes mencionada.
En el camino ha saltado, sin embargo, un factor que puede ayudar a mitigar los efectos nocivos del trumpismo, pero que no se mueve como pieza subordinada o integrada al equipo peñista. La misma madrugada de los resultados electorales estadunidenses, el firmante de estas líneas comentó en Twitter que sólo un mastodonte empresarial, como Slim, podría tener un trato equilibrado del magnate ya encaminado a la Casa Blanca. Incluso se especuló en esa cuenta tuitera sobre la posibilidad de que Slim considerara la posibilidad de ser candidato presidencial.
La cena en Florida confirma que Los Pinos no tiene la exclusividad en la interlocución con Trump. Con el agregado de que Slim mantiene una relación institucional con el peñismo, pero no tiene motivos de agradecimiento o aprecio hacia ese equipo mexiquense que, en realidad, ha desatendido o incluso combatido los intereses del dueño de Telmex para favorecer a adversarios de éste. Recuérdese que el organizador de una serie de encuentros
secretoscon personajes mexicanos, en México, en nombre de Trump, ha sido Corey Lewandowski, quien fue jefe de campaña del rubio personaje, pero fue despedido, sin consideraciones, en un momento crítico de esa campaña, para que entrara Paul Manafort como director. Así funciona Trump, con pragmatismo absoluto.
En marzo del año próximo, cuando la Fundación John Reed, de México, entregue su premio a la trayectoria periodística correspondiente a 2016, se buscará superar la marca de 85 mil 643 personas leyendo al mismo tiempo
El sueño de Pancho Villa. Ante las pretensiones de
regularizarel marco jurídico de las fuerzas armadas mexicanas (lo que probablemente ya estará formalizado en ese marzo de 2017), para darle más
facultadesde
acción, resultará particularmente oportuno leer masivamente las palabras villistas, conforme al texto que el periodista estadunidense Reed difundió:
Cuando se establezca la nueva República, en México ya no habrá ejército. Los ejércitos son el sostén más grande de la tiranía. No puede haber Dictador sin ejército. Pondremos a trabajar al ejército. En todas partes de la República estableceremos colonias militares, compuestas con los veteranos de la Revolución. El Estado les garantizará tierras agrícolas y establecerá grandes empresas industriales para darles ocupación. Trabajarán tres días a la semana y lo harán duro, porque el trabajo honrado es más importante que pelear y sólo el trabajo honrado hace buenos ciudadanos. En los otros tres días recibirán instrucción militar, e irán a enseñar a todo el pueblo a pelear. Entonces, cuando la Patria sea invadida, únicamente con tomar el teléfono desde Palacio Nacional en la Ciudad de México, en medio día se levantará todo el pueblo mexicano desde sus campos y fábricas, bien armado, equipado y organizado para defender a sus hijos y sus hogares. Mi ambición es vivir mi vida en una de esas colonias militares, entre mis compañeros a quienes quiero, que han sufrido tanto y tan hondo conmigo. Creo que desearía que el gobierno estableciera una fábrica para curtir cueros, donde pudiéramos hacer buenas sillas y frenos, porque sé cómo hacerlos; el resto del tiempo desearía trabajar en mi pequeña granja, criando ganado y sembrando maíz. Sería magnífico, yo creo, ayudar a hacer de México un lugar feliz.
El autor de esta columna tendrá la oportunidad de participar en la lectura masiva de
El sueño de Pancho Villa, pues la Fundación John Reed decidió asignarle la presea que honra la memoria del gran periodista estadunidense que escribió México Insurgente como testimonio de su asomo a las entrañas de la Revolución Mexicana (también escribió Diez días que conmovieron al mundo, con base en lo que vivió durante la Revolución Rusa). El tecleador astillado agradece el distintivo a la citada fundación, que tomó en consideración “la profundidad, el valor y la fuerza que aporta con su fino estilo literario, honestamente, en favor de la sociedad mexicana, esa línea ensayista del señor Julio Hernández López, ‘Astillero’. Anteriormente, dicha presea se le otorgó a María del Carmen Aristegui Flores (2012), don Julio Scherer García (2013), Elenita Poniatowska Amor (2014) y Lorenzo Francisco Meyer Cossío (2015)”. La entrega será en marzo del año próximo, en la Comarca Lagunera. ¡Hasta mañana!
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