CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente Enrique Peña Nieto celebró hoy con un acto masivo el cuarto aniversario desde que asumió el cargo y, después de una atropellada relación de “logros”, concluyó pidiendo:
“Que se hable bien de México aunque no se hable bien del presidente, que el juicio de la historia hable del presidente”.
La expresión es idéntica a la usada por Felipe Calderón también al iniciar su quinto año de gobierno. Fue el colofón de un acto titulado “4 años transformando a México”, que sólo tuvo por programa el discurso presidencial con duración cercana a una hora.
Unos 10 mil trabajadores del gobierno federal fueron acarreados hoy en autobuses y vehículos oficiales para escuchar el mensaje.
El encuentro, según el mandatario, fue para hablar de las cosas que no se cuentan pero que cambian la vida de muchas personas y están transformando a México, una expresión que se ha vuelto frecuente desde el eslogan cuya difusión inició en agosto pasado con motivo de su cuarto informe de gobierno.
La Expo Santa Fe -en un auditorio en el que se colocó gradería alfombrada y butacas-, fue el escenario para la celebración discursiva que además, se transmitió vía internet en vivo a todas las dependencias federales.
Al iniciar la tercera parte de su gestión, Peña Nieto consideró que en los dos años que le quedan tratará de consolidar los avances de su proyecto de gobierno.
El presidente priista llevaba preparado un amplio discurso, según dijo, pero trató de improvisar, lo que provocó un ir y venir en temas, con hojas traspapeladas.
Fue así como lo que él llama “los ejes de gobierno” se mezclaban con las reformas estructurales. De educación a la reforma fiscal; de seguridad a pobreza y relacionarla con empleo, para volver a educación. Y luego intentar retomar el discurso.
Entre los logros destacados por Peña Nieto hoy, celebró el incremento al salario mínimo, el mayor en 40 años según sus datos.
En infraestructura mencionó con especial énfasis la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, “al que nadie le quería entrar porque no lo iba a inaugurar en su sexenio. Nosotros con responsabilidad lo hicimos”, dijo, esperando que las futuras generaciones le reconozcan esa acción.
Sobre el sector energía, presumió las asociaciones con el sector privado, dijo, para alcanzar la soberanía energética que el país necesita.
En realidad abordó brevemente los aspectos de la reforma energética con aspectos de privatización, expresando mejoras que tendrá en la población.
Acompañado del gabinete legal y ampliado, así como de su esposa Angélica Rivera, Peña Nieto abordó también su política anticorrupción:
“Hemos conocido muchos casos de escándalo”, dijo el mandatario, para luego destacar acciones de la Secretaría de la Función Pública y la creación del Sistema Nacional Antocorrupción.
“No queremos ir necesariamente a la etapa de las sanciones, queremos prevenir”.
También dijo:
“El estigma que pesa en los servidores públicos es responsabilidad de unos cuantos. Por eso la SFP hace esfuerzos para la prevención y la sanción cuando se amerite”.
Entre otras justificaciones, Peña Nieto expuso que “veces se dice que el presidente viaja mucho. No es tanto. Respecto a nuestros antecesores es similar”. Aunque luego insistió en la necesidad del prestigio internacional del país y de paso, se refirió a la nueva relación con Estados Unidos:
“Algunos censuran mi optimismo. Sí soy optimista”, dijo sobre la relación con el próximo gobierno que encabezará Donald Trump.
Finalmente, el presidente de la República convocó a la unidad nacional, una expresión muy frecuente de los gobiernos posrevolucionarios:
“Convoco a servidores públicos a la unidad nacional. Cuando nos dividimos hay cicatrices como en la Revolución Mexicana que tuvo un millón de muertos”.
Al último, pidió que se hable bien de México.
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